INFANCIA Y FAMILIA: CENTROS DE ATENCIÓN A LA FAMILIA – CONCLUSIONES DEL TERCER DESAYUNO DE INFOCOP

16 May 2007

El pasado viernes, 27 de abril, tuvo lugar en la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, el tercer Desayuno de Infocop, en el que participaron representantes de las distintas fuerzas políticas, y psicólogos del mundo profesional y académico. Con el título Infancia y Familia: utilidad de los centros de atención, esta tercera convocatoria se desarrolló con gran éxito en un ambiente amable, abierto y de franco entendimiento.

Infancia y familia son asuntos de enorme interés no sólo para el público de Infocop, constituido principalmente por psicólogos colegiados y estudiantes de Psicología, debido a su trascendencia profesional para esta disciplina, sino también para cualquier ciudadano responsable interesado en el funcionamiento social, la educación, la sanidad y cualquier otro asunto en el que la familia sea un factor importante.

Así es que, próximos como se encuentran los comicios de ámbito local y autonómico, que tendrán lugar el día 27 de mayo en numerosas Comunidades Autónomas, Infocop no ha podido resistirse a la tentación de convocar un desayuno en el que se aborden asuntos tan candentes como son el de la infancia y la familia, dada la gran presencia con la que cuentan en los programas electorales, la escasa visibilidad que tienen en la realidad de la intervención diaria, y por la conexión que existe entre estos temas y las competencias actuales en el ámbito de la infancia y la familia, transferidas mayoritariamente a las comunidades y corporaciones de ámbito local.

En esta ocasión, el encuentro, moderado por D. José Ramón Fernández Hermida, Director de Publicaciones del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos y Director de Infocop, contó con la participación de D. Emiliano Martín, psicólogo experto y técnico del Ayuntamiento de Madrid; D. Javier Alcázar, Coordinador Ejecutivo de Economía, Mundo del Trabajo e Inmigración de la Comisión Permanente Federal de IU; D. Jesús Zurita Fuertes, psicólogo y técnico de la Junta de Castilla y León; Dña. Virginia Aranda Pizarro, Diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid; D. Antonio Martínez Coca, Jefe del Servicio de Familia de la Dirección General de la Familia, Menor y Adopciones de la Conselleria de Bienestar Social de Valencia; y D. Jorge Fernández del Valle, experto en la materia y docente de la Universidad de Oviedo.

 

José R. Fernández Hermida

 

Emiliano  Martín

 

Javier    Alcázar

 

Virginia   Aranda

 

Jorge   Fernández del Valle

 

Antonio Martínez    Coca

 

Jesús    Fuertes

En el transcurso del debate, quedó reflejado el claro acuerdo vigente entre las distintas fuerzas políticas, compartido por los profesionales de la Psicología, en que la atención a la familia es altamente importante y debería ser una prioridad dentro de cualquier programa político. Este acuerdo se integra, según coincidieron los presentes, con el flujo permanente de información que muestra que en los últimos años ha operado una transformación de la estructura familiar, que de alguna manera debe conllevar un mayor compromiso del Estado en el apoyo de la familia. Como bien señalaron los psicólogos que participaron en el evento, la atención y prevención en el ámbito de la familia es absolutamente necesaria e imprescindible para evitar que surja una alta cantidad de problemas, como pueden ser las dependencias o conductas delictivas, y para el correcto desarrollo social y personal de unos menores que gocen de una buena salud mental. Sin embargo, y a pesar del común acuerdo de los participantes en este sentido, se concluyó que en España no existe una política de atención integral a la familia, que se dan enormes carencias en este ámbito, y que existe una necesidad urgente de crear centros de atención a la familia que se ocupen no sólo de familias en riesgo, sino también de familias normalizadas que se enfrentan a los problemas comunes de cualquier familia, a saber, dificultades en la comunicación, violencia (no necesariamente física, sino relacional) entre los miembros, crisis, conflictos de pareja, y un largo etcétera que constituye un ámbito claro de actuación de los psicólogos y psicólogas.

Tres preguntas importantes

El encuentro, de aproximadamente una hora y media de duración, se vertebró en torno a tres preguntas clave, lanzadas a los asistentes al iniciarse el debate: ¿Son necesarios servicios específicos de apoyo a la familia y a la infancia? ¿Por qué serían necesarios? Y, ¿cómo habría que establecer esos servicios?

En relación a la primera pregunta, y de manera unánime, el acuerdo en la respuesta de los participantes fue total y se concretó en la necesidad y responsabilidad que deberían asumir los gobernantes de crear servicios específicos de atención a la familia, que respondan a las nuevas necesidades de las mismas. Esta unanimidad quedó reflejada en la intervención de D. Emiliano Martín, quién señaló que la realidad de las familias en nuestro país, como en cualquier otro país de nuestro entorno sociocultural, es cambiante, y ha sufrido, en los últimos veinte o veinticinco años, profundas transformaciones. Esas transformaciones han generado y están generando nuevas necesidades, nuevos problemas, nuevas oportunidades, que exigen, a su vez, respuestas nuevas y diferentes, coherentes con esos cambios, y, en definitiva, una adecuación a las nuevas circunstancias. Señaló, además, que en España, respecto a otros países de nuestro entorno, se aprecia un claro retraso en el tema de la atención y apoyo a la familia y menores. En este sentido D. Javier Alcázar incidió en que, en nuestro país, la política de apoyo a la familia no se corresponde con la realidad actual de la misma, que es mucho más compleja, por razones culturales, sociales, de mestizaje, de migración, etc. Añadió que, además, y sobre todo, hay un problema de carácter económico, de redistribución de la riqueza y que el gasto social, dentro del cual se incluyen las políticas de apoyo a la infancia, no se corresponde con el crecimiento económico que ha experimentado el país; enfatizando que en España históricamente las políticas de infancia y familia se han tratado como un tema menor.

Enlazando ya con la segunda de las cuestiones planteadas, relativa a por qué serían necesarios este tipo de centros y políticas de apoyo a la familia, y como muestra de la escasa importancia que se concede en nuestro país a estos temas, Alcázar abundó en que España es el país de la Unión Europea de los 15, que menos gasta al año en políticas de apoyo a la familia, invirtiendo 101 euros por ciudadano, entendiendo por esto, el conjunto de gastos de todas las administraciones; mientras que Luxemburgo, situado en el extremo opuesto, es el que más gasto realiza en políticas de apoyo a la familia, invirtiendo 1.168 euros por ciudadano al año. Es decir, según analizó Alcázar, España se sitúa 340 euros por debajo de la media de gasto en políticas de apoyo a la familia de la Unión Europea de los 25, lo que significa que incluso los países que se han incorporado más recientemente tienen una tradición y una trayectoria de políticas de apoyo a la familia que España no ha tenido históricamente. Quiso agregar que la brecha de gasto social, que incluye las políticas de apoyo a la infancia y familia, sin contar específicamente las necesidades educativas y laborales, en porcentaje de gasto de producto interior bruto con respecto a otros países de la Unión Europea, todavía se mantiene en torno al 8%. Alcázar no quiso dejar pasar la oportunidad de señalar que, a juicio del partido del que es miembro, las tareas de la salud en el ámbito de la Psicología están aminoradas, y se ven también como cuestiones menores. Insistió en que la atención a las familias, entendiendo la atención a los colectivos, pero sobre todo la atención a la persona, como parte de una estructura que repercute en la familia, por ejemplo en los centros de trabajo, debería contemplar como una de las actuaciones de las mutuas laborales la atención del psicólogo, la atención de la salud mental, igual que existe la atención médica. Lo mismo, señaló, que en el ámbito de la educación, en donde es, bajo su punto de vista, absolutamente necesario y urgente que se incremente cuando exista, pero se dote de forma general, cuando no, de presencia de profesionales de la Psicología. Indicó, finalmente, que el hecho de que España tuviera capacidad de llevar la salud mental de una forma más abierta al conjunto de colectivos y al individuo, y de dotar de medios de apoyo a las políticas de infancia y familia, sería, sin duda, un signo claro de madurez de nuestra sociedad.

Como argumentos claros en favor de la creación de centros de apoyo a la familia, D. Jorge Fernández del Valle señaló que, si bien no se ha creído desde los estamentos políticos en este tipo de servicios, la demanda social de los mismos ha crecido exponencialmente en los últimos años, indicando que lo que ahora buscan las familias es la respuesta que no están encontrando en salud mental, en educación… Añadió que la necesidad de este apoyo a la familia, y no sólo a la familia en situación de riesgo, sino también a la familia normalizada, siempre ha existido, aunque sea ahora cuando se está haciendo visible, y quiso resaltar que ya a principios de los 90 se hizo, también desde la Psicología, una clara apuesta por los modelos de apoyo a las familias, cumpliendo con un doble objetivo: preventivo y de acompañamiento a las mismas. En este sentido recordó a los presentes que cuanto más se incida en la prevención, y cuánto más temprana sea ésta, mejores resultados podrán obtenerse. En último lugar quiso apuntar que las personas son altamente reacias a acudir a los servicios sociales, porque se relacionan con una imagen marginal, y que sería importante incidir en cambiar esa imagen y comenzar a publicitar este tipo de programas.

Dña. Virginia Aranda Pizarro, en coincidencia con lo expuesto por otros participantes, señaló que los asuntos sociales, lamentablemente, no están en la prioridad política de ninguno de los partidos que han gobernado, aunque quiso aclarar que sí es cierto que ha habido un guiño y un paso importante con la Ley de Dependencia, que ha supuesto una consolidación de derechos y un reconocimiento de que la política social es fundamental para prevenir y para estabilizar determinadas situaciones. Quiso resaltar, en línea con lo expresado por todos los presentes, la enorme importancia de hacer políticas de familia e infancia. En este sentido, y con el fin de ilustrar la atención que su partido concede a estos centros y política de apoyo, señaló que el PSOE, al inicio de la legislatura, en el año 2004, presentó una proposición no de ley para la creación de centros de apoyo a las familias que fue rechazada por el PP, que es el que tiene la mayoría en la Comunidad de Madrid, y no prosperó. Según sus palabras, estos centros de apoyo a la familia son fundamentales, y se trata de dispositivos que deben estar dentro de la red de los Servicios Sociales para garantizar la atención en todo el territorio que compone la Comunidad de Madrid, y en los que se podría contar con psicólogos que cubrieran la necesidad que hay de este tipo de profesionales, afirmación esta última que desemboca y nos conduce a la tercera de las cuestiones planteadas: cómo organizar la atención a las familias.

Aranda, quiso introducir aquí algunas matizaciones. Según la Diputada de la Asamblea de Madrid, las políticas de infancia y familia son políticas diferenciadas. Todos los temas sociales, incluso todos los demás temas, se encuentran interconectados. Sanidad, educación, trabajo… son cuestiones transversales en conexión. Por tanto, así como en las políticas de infancia el PSOE encuentra una definición clara de por dónde tienen que ir, con la familia es distinto porque considera que se trata de un asunto transversal, y como tal debe ser tenido en cuenta desde todas las áreas de actuación. Según señaló, políticas de familia son no sólo la creación de centros de apoyo específicos a la familia, sino también, y de manera complementaria, poner en marcha actuaciones orientadas, por ejemplo, a la puesta en marcha una ley como la Ley de Dependencia, ofrecer la gratuidad de los libros de texto, con el fin de descargar económicamente a muchas familias o promover la Ley de igualdad, de forma que se den pasos en favor de resolver las grandes dificultades de la conciliación de la vida familiar y laboral, que tanto está afectando a las familias. Alcázar, por su parte, apuntó, en relación al punto de vista global de las políticas de infancia y familia que, es imprescindible aumentar el gasto en estas políticas, dado que es un problema de gasto, de prioridad económica y política.

Invitados al III Desayuno de Infocop 

Desde una perspectiva más concreta y cercana a la intervención, D. Jesús Zurita Fuertes, D. Antonio Martínez Coca, y D. Emiliano Martín, respondieron a esta misma pregunta, relacionada con las posibles formas de organización de los servicios, ofreciendo una descripción más técnica de las propuestas que desde sus respectivas Comunidades se están desarrollando en relación a la atención a la familia y menores. En las tres Comunidades, Comunidad de Castilla y León, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid, se están llevando a cabo programas que afrontan algunas de las necesidades a las que se ha hecho referencia hasta el momento.

Comunidad de Castilla y León

En Castilla y León, explicó D. Jesús Zurita, se trabaja sobre la familia para mejorar la vida de los niños. Con este objetivo se han diseñado 4 programas de distinto carácter, en los que participan 140 profesionales (personal contratado por el sector público) y en los que el psicólogo tiene un papel absolutamente preponderante, asumiendo la responsabilidad técnica y formativa de los equipos. Los programas cubren distintas necesidades y objetivos, y pueden ser, cuando se estima oportuno, complementarios.

Un aspecto fundamental, en el que quiso incidir Zurita, fue el evaluativo. Señaló como aspecto necesario para el buen desarrollo de estos programas el incluir una evaluación de los mismos.

Comunidad Valenciana

Antonio Martínez Coca describió que las distintas acciones de promoción, protección y ayuda a la familia y la infancia se llevan a cabo desde el Gobierno Valenciano y desde otras administraciones públicas, así como a través de entidades sin ánimo de lucro subvencionadas por el Gobierno autonómico, que llegan donde no pueden hacerlo otras entidades locales.en la Comunidad Valenciana. La atención que se está ofertando desde los Servicios Especializados de Atención a la Familia e Infancia (SEAFI´s) o los especializados de orientación y mediación familiar, integrados en el Plan Integral de la Familia e Infancia -PIFI-, puede venir condicionada por la atención que se quiere ofrecer a los menores. En estos servicios, según explicó el Jefe del Servicio de Familia de la Dirección General de la Familia, Menor y Adopciones, se atiende a las familias, independientemente de que existan menores en las mismas o no, bajo la filosofía, en su caso, de que la mejora del bienestar en la familia va a repercutir en el bienestar del menor. Estos dispositivos están específicamente orientados a la atención a la familia y son equipos interdisciplinares, que pueden tener carácter municipal o no. La intervención de estos servicios, en coordinación con los equipos de Servicios Sociales generales, de carácter municipal, incluye la atención a las problemáticas relacionadas con cualquier tipo de conflictividad familiar que necesite orientación psicosocial, mediación o terapia familiar para su resolución. Martínez señaló que participan unas 100 entidades locales, que detectan las posibles necesidades y, si lo estiman adecuado, derivan a los Equipos de Intervención Especial, en cada uno de los cuáles participa, al menos, un psicólogo.

Comunidad de Madrid

D. Emiliano Martín quiso incidir en que dentro del marco del Plan de familia del Ayuntamiento de Madrid, se han creado 6 dispositivos de apoyo a las familias en la ciudad de Madrid, en los que participan 36 psicólogos, que presentan una demanda absolutamente impactante, y que ha desbordado todas las previsiones. Se trata de centros dirigidos no a familias especialmente problemáticas, ni a menores en riesgo, sino a familias normales que tienen las dificultades y problemas pequeños, grandes, los conflictos, las crisis… Todo lo que puede enfrentar una familia normalizada, una más de cualquier ciudad española. Según describió Martín, esas familias tienen, y lo expresan, necesidades relacionadas con los problemas de comunicación, conflictos en la pareja, dificultades en las relaciones padres hijos, problemas de violencia, y no sólo de violencia de género, sino de violencia en la familia entre unos y otros miembros, en todas las direcciones, en el diálogo, en la forma de relacionarse… que por supuesto, condicionan la vida familiar. Para todas estas dificultades, existen procedimientos y herramientas, como la mediación familiar, que están demostrando buenos resultados, que son eficaces y que son sencillos de llevar a cabo a la hora de resolver conflictos.

Conclusiones de un debate

En el transcurso de este III Desayuno de Infocop, se ha hecho patente el alto grado de acuerdo que existe entre los distintos partidos y profesionales de la Psicología, en cuanto a la necesidad de dar mayor prioridad a las políticas de familia y menores y de crear centros que atiendan a las mismas, así como en el escaso eco que estas necesidades continúan mostrando en la materialización de los programas políticos de los distintos partidos que han gobernado.

La experiencia está evidenciando que, cuando se ha empezado a ofertar apoyo a las familias, la necesidad del mismo se ha hecho absolutamente visible. Así mismo, y a la luz de los programas y dispositivos que actualmente están en marcha, se está demostrando que es éste un ámbito en el que la participación del psicólogo parece de especial relevancia, y en el que sus aportaciones pueden resultar especialmente valiosas.

Lamentablemente, puede deducirse del debate que aunque la demanda se está multiplicando, y los resultados obtenidos son particularmente buenos, no parece haber un giro importante en el reducido gasto que las administraciones asignan a este capítulo de atención específica a la familia. Hay marcadas excepciones a esta regla. Queda la esperanza de que la toma de conciencia de los gestores y la presión de los ciudadanos cambie las prioridades económicas de las administraciones a favor de este importante ámbito de la intervención psicológica.

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