MIRANDO LAS ORGANIZACIONES HUMANAS DESDE LA PERSPECTIVA DE LA COMPLEJIDAD

14 Jun 2007

Juan Pastor y Antonio León García-Izquierdo

Universidad de Oviedo

El paradigma de la complejidad

Durante siglos hemos creído que la realidad era simple y lineal, lo que la convertía en predecible y controlable. Pero hoy día, y gracias al paradigma de la complejidad (perspectiva desarrollada en las Ciencias Físicas y Biológicas que está penetrando, cada vez con mayor profundidad, en las Ciencias Humanas), sabemos que vivimos en una realidad compleja, caótica (no lineal) y borrosa. Es preciso, por tanto, adaptar nuestras prácticas y nuestro vocabulario a esta nueva perspectiva de la realidad.

Desde el paradigma de la complejidad, el mundo ya no es visto como una colección de objetos, sino, por el contrario, como una compleja red de elementos relacionados (complejidad procede de complexi, entrelazar, y complexus, red). El mundo es visto como una gran red de relaciones, pues todo elemento de este gran organismo (desde los elementos químicos hasta los seres humanos) tiende a interaccionar con otros. Desde esta perspectiva, será el conjunto de todas esas relaciones entre elementos lo que constituya dicho mundo, el cual emerge de forma espontánea (a partir de esas interacciones) y se autoorganiza a sí mismo (el «todo» emerge a partir de las relaciones entre las «partes») sin plan preestablecido ni control externo alguno.

Nuestra vida humana es incierta, impredecible e incontrolable porque es caótica. No es que hayamos surgido del caos, lo que ocurre es que somos caos: caos intentando organizarse. Históricamente, el caos se ha relacionado con el desorden, la confusión o la aleatoriedad. Pero actualmente, y gracias al paradigma de la complejidad, sabemos que el caos es sinónimo de hipersensiblidad, esto es, que cambios ínfimos en las condiciones iniciales pueden resultar relevantes.

 

La explicación matemática reside en la no linealidad, es decir, en la desproporcionalidad causa-efecto. La dinámica no lineal es indeterminada, incierta e impredecible, pues las interacciones o fluctuaciones están sujetas a una ambigüedad que nos impide especificar su evolución con total certeza (la interacción entre pocos elementos del sistema puede desencadenar comportamientos muy complejos donde pequeñas perturbaciones pueden dar lugar a grandes cambios y viceversa). De ahí la imposibilidad de predecir y controlar el comportamiento humano.

Desde esta perspectiva, la predicción se redefine en términos de «atractores» y «fractales» (no es posible predecir o controlar el comportamiento humano; pero sí establecer «pautas» de conducta y «patrones» de comportamiento que se repiten en el tiempo).

Complejidad y organizaciones humanas

Es nuestra intención ahora, mirar las organizaciones humanas desde la perspectiva de la complejidad, viéndolas como «Sistemas Adaptativos Complejos» (pues partículas, células, colonias animales, grupos humanos y organizaciones humanas comparten características comunes). Desde la perspectiva de la complejidad podemos ver las organizaciones humanas (por ejemplo, las organizaciones laborales) como una compleja red no lineal de relaciones humanas, que se organiza a sí misma (más que organizaciones serían «autoorganizaciones»), con largos períodos de estabilidad, salpicados por cambios bruscos (catástrofes).

Las organizaciones humanas son caóticas, esto es, hipersensibles a los cambios de un entorno al que no se adaptan pasivamente, sino que «co-evolucionan» con él, modificándolo. Estas (auto)organizaciones no encuentran su funcionamiento más adecuado ni en el orden rígido (perspectiva clásica) ni en la aleatoriedad derivada del azar, sino en el «borde del caos», esto es, en un «equilibrio inestable» entre planificación e improvisación, allí donde la creatividad «emerge» permitiéndonos innovar y, por ello, adaptarnos mejor a un entorno turbulento, caótico, complejo, borroso, conflictivo, desordenado, incierto, indeterminado, cambiante, catastrófico, ambiguo, incoherente y paradójico.

 

Desde la perspectiva de la complejidad, ya no habría «soluciones mágicas», sino, por el contrario, soluciones «borrosas» (lo que funciona en una organización, no tiene por qué funcionar en otra distinta). Desde este paradigma, las organizaciones ya no se ven como reglamentos o estructuras, sino, más bien, como el resultado «emergente» de la actividad de organizar, para lo que resulta imprescindible capacidad y habilidad para gestionar grupos humanos (liderazgo, motivación laboral, gestión de conflictos, manejo de grupos humanos, toma de decisiones, solución de problemas, innovación creativa, etc.). De esta manera, la Psicología de las Organizaciones puede ser concebida como una «caja de herramientas» privilegiada al servicio de la organización y la gestión de este caos, ordenado pero desorganizado, que es la vida en las organizaciones humanas.

Nos asusta la complejidad, por eso que huimos de ella refugiándonos en la parsimonia y en la simplificación. Pero simplificar el comportamiento humano no nos permite ni describirlo, ni conocerlo, ni comprenderlo, ni explicarlo. El paradigma de la complejidad, sin embargo, nos permite aprehender más adecuadamente el comportamiento de sistemas complejos como las organizaciones humanas.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista Psicothema: Pastor, J. y León, A. (2007). Complejidad y Psicología Social de las organizaciones. Psicothema, Vol. 19 (2), 212-217.

Sobre los autores:

Juan Pastor Martín es Doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Oviedo. Particularmente interesado por el comportamiento colectivo, últimamente está interesado en el desarrollo de las posibles aplicaciones organizacionales del paradigma de la complejidad (motivación laboral, comportamiento organizacional, gestión de conflictos, liderazgo, etc.).

Antonio León García-Izquierdo es Doctor en Psicología y profesor en la Universidad de Oviedo, donde desarrolla su labor de investigación sobre el comportamiento en las organizaciones, principalmente en estudios sobre la calidad de vida laboral, justicia organizacional, selección de personal y rendimiento, y salud laboral; así como una línea de investigación principal en sistemas adaptativos complejos en colaboración con la Universidad de Barcelona.

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