PENSAMIENTO Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA

13 Sep 2007

Antonio M. Pérez, Raquel Gilar y Mª Carlota González

Universidad de Alicante

El objetivo de la investigación que aquí se describe fue analizar el pensamiento de los profesores en formación (que se encuentran realizando el Curso de Aptitud Pedagógica), con el fin de proporcionar información a los profesionales de la orientación sobre aspectos esenciales para desarrollar su labor profesional en Educación Secundaria Obligatoria; aspectos como son las ideas, creencias, etc., que el futuro profesor de ESO tiene en relación con el que será su ejercicio profesional y con la formación recibida para llevarlo a cabo. Creemos que esto es relevante porque en el trabajo de orientación con profesores, es esencial saber y tener en cuenta cuáles son esas ideas con las que acceden, y que, normalmente, mantienen, a la profesión docente.

Los datos fueron recogidos mediante una encuesta elaborada al efecto en la que los participantes debían expresar sus opiniones sobre el tema de estudio.

Lo que se desprende del análisis de datos es que el alumnado del CAP en general, y en particular aquellos que pretenden dedicarse a la enseñanza, entienden la profesión docente como una actividad que esencialmente consiste en la transmisión de datos: los profesores actúan como transmisores de información, y los alumnos como receptores de ella. Este tipo de pensamiento, que podríamos entender como actitud, creemos que es una de las causas principales del «malestar» que existe en los Institutos de Educación Secundaria, tanto en los profesores como en los alumnos.

 

Así mismo, se aprecia que la inmensa mayoría de los participantes eligieron su carrera por razones distintas al ejercicio docente, sólo un 1.1 % hizo esta selección, lo que contrasta con el porcentaje de participantes que dice que sí se va a dedicar a la enseñanza (un 35% en primera opción y más del 70% como una posibilidad), lo que hace que nos preguntemos si esto se debe a que, tal vez, no encuentran nada mejor.

Además, las respuestas que los alumnos dan acerca de las expectativas que tienen hacia lo que van a aprender en el CAP, nos indican que pretenden adquirir métodos de trabajo que les permitan transmitir conocimientos.

En relación a la problemática que les es más preocupante en el ejercicio de la profesión docente, la respuesta más habitual es «la falta de interés de los alumnos» seguida, ya a mucha distancia, por la «disciplina» o las «agresiones entre alumnos»; la organización docente suscita escasa preocupación entre los participantes en esta investigación.

Por último, los estudiantes del CAP piensan mayoritariamente que su futura función como docentes será «académica» entendida como una función propedéutica y transmisora de conocimientos. Este modelo puede tener, y de hecho tiene, consecuencias muy negativas ya que está fomentando en el alumnado apático actitudes de sumisión y dependencia, y en el alumnado «inquieto» actitudes de resistencia y rebeldía, lo que origina un clima conflictivo en el aula.

La intervención a realizar, para cambiar o intentar cambiar este tipo de pensamiento, tanto en la formación inicial como permanente del profesorado, debe incidir en que el docente entienda la educación como formación integral de la persona, no sólo de aquellos aspectos que «sirven» para llegar a la Universidad, y al profesor como profesor educador ya que no puede ser sólo un profesor de materia. Este tipo de pensamiento fomenta la creatividad y la participación de todos los alumnos, la motivación intrínseca al trabajo escolar y la cooperación entre iguales, por tanto los alumnos tienen que prestar atención a las relaciones interpersonales.

Visto lo anterior deberemos tomar muy en cuenta este tipo de pensamiento en el ejercicio de la labor orientadora efectuada por los profesionales de los Departamentos de Orientación de los Institutos de Educación Secundaria. El hecho de que el pensamiento que origina el modelo educativo, que podemos llamar «propedéutico», sea el predominante en nuestros Institutos de Educación Secundaria origina que el profesorado promueva en sus clases, como decíamos al principio, la utilización de habilidades que sirven a sus alumnos para superar las distintas materias del currículo, mientras que el resto de factores que conforman la personalidad del alumno se dejan de lado. Sin embargo, los principales problemas por los que el profesorado solicita ayuda a los Departamentos de Orientación son la falta de interés del alumnado, problemas de conducta, excesivo número de suspensos, etc.

Desde los Departamentos de Orientación y desde los Centros de Formación, Innovación y Recursos Educativos se debe fomentar un modelo de enseñanza fundamentado en la formación integral de la persona, aunque no sea una tarea fácil. Al perseguir la formación integral del alumno, la educación incide en los aspectos académicos y también en los aspectos relacionales que deben desarrollarse de forma intencional. Así, utilizando metodologías que fomenten estos aspectos (por ejemplo, técnicas de aprendizaje cooperativo) conseguiremos fomentar la participación de los alumnos en la dinámica de la clase, con lo que estaremos desarrollando habilidades de relación interpersonal.

No podemos terminar sin plantear una última reflexión: Si en el plan de estudios de una licenciatura no existen materias relacionadas con la enseñanza, incluso en carreras que no tienen otra salida profesional, y el Curso de Aptitud Pedagógica no parece que capacite suficientemente para ella, ¿de qué manera aprenden los docentes a ejercer su profesión?.

La investigación original puede encontrarse en la revista de Investigación Psicoeducativa: Pérez, A.M., Gilar, R. Y González, C. (2007).Pensamiento y Formación del Profesorado de Educación Secundaria. Revista de Investigación Psicoeducativa, 5 (2), 149-161.

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