Expertos en infancia y juventud lanzan un manifiesto sobre el estigma de la juventud durante la pandemia

“Desde que estalló la crisis de la Covid-19, el espacio mediático y los discursos políticos han puesto en el punto de mira a las juventudes y el peligro que éstas suponen para la transmisión comunitaria del virus. Estos mensajes de alarma y preocupación respecto a los comportamientos de las personas jóvenes frente a las restricciones impuestas han reforzado la visión negativa sobre las y los jóvenes que ya predominaba en la sociedad en general. Se construye con ello la figura de la juventud, desde una falsa y peligrosa generalización, como un espacio de lo irresponsable, lo peligroso o lo incierto. Una construcción que finalmente reafirma el lugar subalterno que las nuevas generaciones ocupan en nuestras sociedades.”

Con esta introducción se presenta el manifiesto elaborado por los miembros de la Red de Estudios sobre Juventud y Sociedad (REJS 2.0) -integrada por expertas y expertos en juventud de once universidades y centros de investigación españoles-, un texto a través del cual se cuestionan el espacio mediático y los discursos políticos que han puesto en el punto de mira a los y las jóvenes y han hablado del peligro que éstos y éstas suponen para la transmisión comunitaria del virus. 

El manifiesto, redactado en el marco de las III Jornadas de Estudios de Juventud, parte de una pregunta fundamental: “¿nos hemos parado a pensar en el impacto real que esta crisis supone para las y los jóvenes de carne y hueso?”, para analizar el modo en que la pandemia del coronavirus ha cambiado radicalmente el panorama vital de los y las jóvenes (“ya de por sí, poco optimista”), impactando en su ámbito educativo, laboral y social y afectando directamente en el campo personal e individual de cada joven. Los expertos advierten de que la inestabilidad “ha alterado el proceso de desarrollo emocional de muchos de ellos y ellas, condicionando su vitalidad, bienestar y esperanzas de futuro como generación” y subrayan el hecho de que las medidas implementadas hasta la fecha “han dejado al margen a las personas jóvenes, sus problemas y sus necesidades”.

En contraposición con la imagen negativa que se ha difundido sobre la actitud de la juventud en los últimos meses, la REJS ha llevado a cabo diversos estudios que evidencian cómo muchos y muchas jóvenes han emprendido una amplia variedad de iniciativas (proyectos de entretenimiento, apoyo a familiares en el uso de las TICS, participación comunitaria, ayuda a grupos más desfavorecidos, etc.) que, en la mayoría de las ocasiones, no han sido visibilizadas y que muestran jóvenes “diversos, empáticos, trabajadores, preocupados por la salud y comprometidos con su entorno”.

Para los expertos y expertas, todo lo anterior pone de relieve que el problema no radica tanto en la conducta de los y las jóvenes, cuya diversidad se observa también en todos los grupos de edad, sino en “los espacios que les otorgamos de enunciación, de participación, de gestión y de intervención”. Asimismo, en la base del problema se detecta una disociación entre cuánto se habla sobre jóvenes y cuán poco pueden hablar los propios jóvenes, y que se exacerba aún más en aquellos y aquellas jóvenes que enfrentan las consecuencias de las desigualdades sociales, de género y de origen étnico.

El manifiesto concluye recordando que la oportunidad que supone esta situación de pandemia para plantear un nuevo contrato intergeneracional, y recuerda que, así como una sociedad mide su desarrollo por el modo en que cuida a sus mayores, “también ha de velar por el futuro, considerando irremediablemente a las personas jóvenes”. En este sentido, la Red de Estudios sobre Juventud y Sociedad se pone a disposición de los representantes políticos para impulsar e implementar políticas orientadas al desarrollo colectivo, donde los y las jóvenes puedan liderar “procesos corresponsables y sostenibles con el avance científico y el progreso humano”.

El manifiesto se encuentra disponible en la página de la Red de Estudios sobre Juventud y Sociedad.