La importancia de la Psicología en la evaluación y tratamiento del dolor neuropático de origen central

12 Nov 2021

Los pacientes con dolor neuropático tanto de origen periférico como central, presentan una experiencia dolorosa con un elevado componente afectivo y una alta prevalencia de comorbilidades psicopatológicas como ansiedad y depresión. Por este motivo, es de gran importancia realizar una valoración neuropsicológica que permita identificar a tiempo posibles estados de ansiedad y trastornos anímicos, para realizar un manejo adecuado de los mismos de forma paralela al manejo del cuadro doloroso.

Esta es una de las recomendaciones establecidas en el manual sobre el Dolor neuropático de origen central en la consulta médica general, un documento desarrollado por el Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la Sociedad Española de Neurología (SEN), a través del cual se ofrece una serie pautas y recomendaciones para el diagnóstico y manejo del dolor neuropático cuando se trata de un origen por afectación a nivel del SNC.  

Foto: Andrea Piacquadio Fuente: pexels Fecha descarga: 16/07/2021

Tal y como señala el manual, el dolor es un fenómeno complejo y multidimensional, fruto de la interacción entre factores sensitivos, emocionales, cognitivos y conductuales, de modo que en la evaluación de un paciente con dolor neuropático se debe realizar una valoración psicológica exhaustiva del paciente. A este respecto, pone de relieve la influencia multidireccional existente entre los factores psicológicos y la percepción del dolor neuropático: primero, los factores psicológicos y sociales modulan la experiencia dolorosa, en la medida en que el grado de sufrimiento percibido se ve influenciado por la situación afectiva y emocional del individuo, pudiendo predecirse la cronicidad del dolor por el estilo de afrontamiento y las percepciones catastrofistas. En segundo lugar, el dolor crónico constituye un factor de riesgo para desarrollar alteraciones del estado de ánimo, como depresión y ansiedad: los pacientes con dolor presentan más pensamientos negativos y existe una correlación entre estos, la intensidad percibida del dolor y la afectación sobre la calidad de vida. Por otro lado, muchas de las enfermedades neurológicas que generan dolor neuropático se asocian a trastornos neuropsicológicos, que aparecen a lo largo de la evolución natural de la enfermedad o como un trastorno adaptativo a la misma.

A este respecto, el objetivo de la evaluación psicológica de estos pacientes es describir los elementos psicológicos y sociales implicados en la evolución del dolor, integrando todas sus dimensiones, en aras de establecer unos factores pronósticos y unas medidas terapéuticas adecuadas.

El documento advierte del impacto el dolor en la calidad de vida del paciente y su familia, traduciéndose en un deterioro a nivel económico, social y laboral. Las personas que sufren dolor crónico pueden presentar alteraciones emocionales, ira, bajo estado anímico, fatiga, insomnio, ansiedad y depresión, cogniciones desadaptativas o pobres estrategias de afrontamiento, etc., que repercuten de forma negativa en la percepción del bienestar psicológico, incrementando la preocupación por su estado físico, las causas y las consecuencias, y provocando un aislamiento del mundo exterior, de modo que el paciente se confina la mayor parte del tiempo en su casa o en la cama.

Según advierten sus autores, la ansiedad disminuye el umbral y la tolerancia al dolor, lo que conlleva “una magnificación de los síntomas médicos, y la depresión se acompaña, igualmente, de una pobre respuesta al tratamiento”.

Con respecto al tratamiento y teniendo en cuenta la multicausalidad del dolor neuropático de origen central, el manual subraya la importancia de un abordaje multidisciplinar, involucrando a diferentes especialistas (psicólogos, médicos, fisioterapeutas y trabajadores sociales).

Específicamente, los autores señalan que la terapia psicológica en el dolor crónico se basa en la evidencia científica existente en torno al papel fundamental que desempeñan los pensamientos y emociones en la instalación y permanencia de la experiencia crónica, “lo que ha conducido al desarrollo de técnicas específicas de intervención que, cuando se insertan en programas de atención multidisciplinar, ofrecen al paciente una mayor oportunidad de alivio a su sufrimiento e incapacidad”. La terapia cognitivo-conductual y las técnicas de respiración y relajación destacan como las más eficaces en el tratamiento del dolor crónico.

Con el tratamiento psicológico se pretende, entre otros aspectos, favorecer la adhesión al tratamiento médico y ayudar a reconocer el dolor, aceptar su existencia y adecuar su respuesta para hacer más efectivos los sistemas de regulación fisiológica del dolor, mejorar el autocontrol y disminuir así el estrés y la angustia.

Se puede acceder al manual a través del siguiente enlace:

Dolor neuropático de origen central en la consulta médica general 

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