PROGRAMA DE INTERVENCIÓN NEUROPSICOLÓGICA EN EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

5 Jun 2008

Elena Pérez Hernández
Universidad Complutense de Madrid

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los problemas del neurodesarrollo más frecuente en la población infantil, con una prevalencia mundial del 5,29%. La característica esencial del TDAH es un patrón persistente de desatención y /o hiperactividad-impulsividad, que es más usual y grave que el observado habitualmente en menores de un nivel de desarrollo similar (APA, 2002). La hiperactividad puede variar en función de la edad y el nivel de desarrollo. Los niños pequeños con este trastorno difieren de los niños inquietos por un grado de actividad permanente, una impulsividad excesiva y por las notables dificultades para participar en actividades sedentarias o de grupo. En sus formas más graves, el trastorno es altamente perturbador, afectando a la capacidad de adaptación social, familiar y escolar. Asimismo, pueden observarse problemas en el aspecto emocional ligados a una baja autoestima y a una inadecuada expresión de las emociones. Todos estos síntomas de aparición en la niñez suponen secuelas en la adolescencia y la edad adulta, como bajo rendimiento escolar, abuso de sustancias o inadaptación social si no se lleva a cabo una intervención.

La neuropsicología infantil

La neuropsicología infantil es la disciplina científica que tiene como principal objetivo el estudio de las relaciones existentes entre la maduración del sistema nervioso central y la adquisición de las capacidades cognitivas, los procesos emocionales y la conducta.

La rehabilitación neuropsicológica

Diversas investigaciones realizadas utilizando técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética han mostrado que, a causa del estudio en el periodo de exámenes o del efecto de practicar malabares todos los días durante varios meses, se producen cambios en el cerebro a nivel cortical. Por lo tanto, se puede afirmar que las experiencias y el entrenamiento diario inducen cambios en la corteza cerebral.

 

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos en estas investigaciones, para que un programa de rehabilitación sea eficaz se deberá hacer hincapié en la práctica diaria. Otro de los aspectos que se debe tener en cuenta a la hora de realizar el diseño de una intervención es que estos programas estén basados en el medio real del niño y en sus intereses, con el objetivo que sea más fácil la generalización de las estrategias aprendidas. Asimismo, se conseguirá una mayor adherencia al tratamiento y motivación hacia el cambio.

El juego como recurso en la rehabilitación

Durante la infancia, los menores dedican todo su tiempo libre a jugar. Es una manera de «practicar» habilidades recién adquiridas y ejercitarlas hasta dominarlas. Por ejemplo, durante la primera etapa del periodo escolar a los niños les gusta jugar al «pilla-pilla» (juego de persecución) con lo que ponen en práctica el control motor ayudándoles a regular las habilidades motoras. Siguiendo este principio, y teniendo en cuenta que los niños juegan una y otra vez hasta dominar ese juego, se ha elegido el juego como herramienta para la rehabilitación. Se ha desarrollado este programa de intervención para niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad en el que por medio de juegos y con la práctica diaria de los mismos, se entrenan los procesos de control atencional, control inhibitorio y estrategias de planificación. Se utiliza un enfoque neuropsicologíco basado en una metodología lúdica, con el objetivo de aumentar la motivación de los participantes y favorecer la internalización y el empleo de las estrategias aprendidas.

Una de las dificultades en los programas de intervención es la generalización de las estrategias aprendidas en el contexto clínico a la vida diaria. Los resultados del programa sugieren que empleando una metodología lúdica y dinámica, en la que los niños deban llevar a la práctica en su entorno natural las estrategias aprendidas, se puede reducir el número de errores cometidos en una tarea de evaluación neuropsicológica. Esta mejoría en la prueba neuropsicológica sugiere que los niños han internalizado las estrategias de autocontrol aprendidas durante el programa y las ponen en práctica en otras situaciones, aunque no se haya practicado específicamente ese tipo de tarea en el contexto clínico. Al tratarse de actividades lúdicas, el menor y sus familiares las llevan a cabo desde una actitud más receptiva y positiva lo que provoca que se practiquen con mayor frecuencia y con un grado de motivación superior. La mejora en la ejecución de las actividades anima al niño y a los padres a conseguir metas conjuntamente. Por lo que utilizando estas técnicas, no sólo se consiguen beneficios cognitivos, sino también emocionales, como la mejora en las relaciones paterno-filiales (por ejemplo, disminuyendo el clima de críticas). Los resultados del programa abren un enfoque nuevo en la concepción de programas de intervención cognitiva en la población infantil, aunque es necesario realizar estudios más amplios para poder confirmar que estos resultados perduran en el tiempo.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista eduPsykhé: Pérez, E. (2007). Programa de Intervención neuropsicológica en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. EduPsykhé, 6 (2), 269-291.

NOTA: Este estudio se ha realizado gracias a la financiación del Ministerio de Educación y Ciencia (BSO2002-0365) y el Fondo Social Europeo.

Referencia:

Asociación Americana de Psiquiatría (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos Mentales (DSM-IV-R). Barcelona: Masson.

Sobre la autora:

Elena Pérez Hernández. Profesora del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Profesora en el Máster de Neuropsicología Infantil de la UCM.

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