EL ITINERARIO PROFESIONAL DE MUJERES Y HOMBRES

22 Oct 2008

Bárbara Luque Salas

Universidad de Córdoba

Este trabajo parte de una investigación cuyo objetivo ha sido analizar el itinerario vital y profesional de un grupo de mujeres y hombres en relación con los proyectos que tenían diez años antes, cuando se encontraban finalizando sus estudios universitarios, para conocer los apoyos y las dificultades, a nivel externo e interno, conque se han encontrado a lo largo de este tiempo; cuáles eran sus proyectos y si se corresponden, o no, con las metas alcanzadas. También se ha profundizado en los elementos que les han obligado a reestructurar sus itinerarios, todo ello desde la perspectiva que proporciona la diferencia sexual como unidad de análisis.

 

Los itinerarios vitales y profesionales en nuestra cultura son diferentes para cada sexo, entre otros motivos porque existen diferencias en los usos del tiempo entre mujeres y hombres. En las últimas décadas del siglo XX, el mercado laboral y el modelo familiar comenzaron a experimentar importantes transformaciones como efecto de las decisiones tomadas por las propias mujeres. Si bien en los primeros tiempos las mujeres abandonaban el trabajo remunerado para dedicarse a las tareas familiares o escogían trabajos secundarios y a tiempo parcial, a finales del siglo XX las éstas empiezan a cambiar su estrategia laboral intentando compatibilizar ambas esferas. Sin embargo, este hecho parece no haber tenido ningún eco en el resto de la sociedad. Ni los varones, ni las instituciones se hacen eco de las transformaciones que ha experimentado el modelo familiar con la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, lo que ha hecho a las mujeres asumir la doble presencia, adaptando su tiempo de participación laboral a las necesidades de cuidado de la vida (Carrasco Bengoa, 2001).

Un tema de investigación frecuente ha sido el malestar que experimentan las mujeres, en términos de salud, cuando tienen que hacer frente a la tensión que les supone la doble presencia que les obliga a pasar de un tiempo y un espacio a otro de manera continua. Algunos estudios afirman que las mujeres tienen peor salud cuantas más exigencias familiares tienen (Artazcoz, 2002; Krantz, 2001); sin embargo, las políticas públicas y la argumentación social no tienen en cuenta esta realidad, por lo que la prestación y los servicios sanitarios a las mujeres resultan precarios e insuficientes.

En relación a las prioridades familiares frente a las laborales, parece que las diferencias entre mujeres y hombres empiezan a equilibrarse, puesto que para todas las personas que han intervenido en la investigación, la vida familiar es el centro de sus preocupaciones en el momento del ciclo vital en el que se encuentran: la primera edad adulta; sin embargo, aunque a las mujeres les interesa su participación profesional en el mercado laboral, en este momento vital dan prioridad a las actividades que tienen como objetivo cuidar la vida (66,67% familia y 31,67% trabajo). Por el contrario, los hombres participantes no anteponen de forma tan clara un ámbito a otro, repartiendo sus intereses de forma equitativa entre las categorías de trabajo y familia (40% trabajo y 50,77% familia).

 

En relación a los usos del tiempo, es pertinente destacar que la mayor desigualdad en el reparto de los tiempos entre mujeres y hombres de esta investigación, hace referencia al concepto trabajo que incluye tanto la actividad laboral, como el trabajo reproductivo o doméstico/familiar. Las mujeres y los hombres participantes dedican el grueso de su tiempo tanto al trabajo remunerado como al reproductivo, aunque con algunas diferencias entre ambos sexos. Las participantes dedican mucho más tiempo al trabajo reproductivo (34,87% de sus horas semanales) en comparación con sus compañeros varones (20,22%), quienes emplean ese tiempo de más al trabajo remunerado, con las ventajas que eso conlleva para su desarrollo profesional y su futuro económico.

Ante este panorama de «falsa conciliación», son claras las dificultades con que las jóvenes profesionales se enfrentan hoy para poder tener una familia y a la vez ejercer un trabajo remunerado. Mientras las mujeres han modificado su rol tradicional al incorporarse al mercado laboral, los hombres han mantenido su rol casi intacto. Este «no reparto» produce diversos problemas de salud física y emocional en las mujeres, entre los que destacan los propios de las mujeres que soportan esa doble jornada, intentando «conciliar» dos esferas, la pública y la privada, de naturaleza tan distinta.

Por todo ello, es necesaria una conciliación real de la vida familiar y profesional para mujeres y hombres, que permita desarrollar una sociedad equilibrada, que cuide el futuro permitiendo a todos sus miembros dedicarse por igual a las diversas actividades necesarias para el bienestar individual y social. Una conciliación que cuestione la división de los roles des-especializándolos, posibilitando un cambio de paradigma que sitúe el interés en el cuidado y desplace el centro de atención desde lo público hacia la vida humana, reconociendo la importancia del trabajo de las mujeres para la «sostenibilidad de la vida humana».

Referencias:

Amoroso Miranda, Mª Inés; Bosch Pareras, Anna et al. (2003). Malabaristas de la vida. Mujeres, tiempos y trabajos. Barcelona: Icaria. Más Madera.

Artazcoz, Lucía (2002). Desigualdades de género en salud: la conciliación de la vida laboral y familiar. Disponible On line: www.sespas.aragob.es/informe. Html

Carrasco Bengoa, Cristina (2001). La sostenibilidad de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres? Mientras Tanto, 82, 43-70.

Krantz Gunilla, Östergren P-O (2001). Double exposure: the combined impact of domestic responsibilities and job strain on common symptoms in employed Swedish women. Eur J Public Health; 11: 413-419.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista Anuario de Psicología: Luque, B. (2008). El itinerario profesional de las mujeres jóvenes: una carrera de obstáculos. Anuario de Psicología, 39 (1), 101-107.

Sobre la autora:

Bárbara Luque Salas es profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba. Realizó su tesis doctoral sobre los itinerarios vitales y profesionales de mujeres y hombres. Sus líneas de investigación y sus publicaciones versan sobre orientación profesional y vital coeducativa, salud y mujer, envejecimiento, así como la transformación de la investigación y docencia desde una perspectiva feminista.

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