La terapia cognitivo-conductual, eficaz en la lucha contra la adicción a la metanfetamina, según la DGPNSD

30 Mar 2022

“A corto plazo, el consumo de metanfetaminas puede desencadenar efectos psiquiátricos agudos como ansiedad, insomnio, paranoia, ataques de pánico, y conducta agresivo.“

Así lo advierte la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPNSD) en su dosier informativo sobre la metanfetamina, un documento a través del cual aborda esta droga sintética estimulante del Sistema Nervioso Central, explicando sus efectos tanto a corto como a largo plazo, el porcentaje de consumo en la población y los tratamientos disponibles para abordarla.

Tal y como señala el texto, a nivel mundial, la metanfetamina es una de las sustancias ilícitas más consumidas, que más se asocia con delitos penales, situándose las personas jóvenes entre sus principales consumidores, al buscar sus efectos psicoactivos.

Su uso se ha extendido a otros ambientes: como estimulante para trabajar más horas, como complemento en fiestas de tipo rave, o en sesiones de chemsex, tomándola, en numerosas ocasiones, de forma repetida en modo “binge” o atracón, “para evitar el bajón que se produce cuando desaparece su efecto”.

Fuente: DGPNSD Fecha descarga: 15/09/2021

Ya a corto plazo se pueden observar los efectos del consumo de metanfetamina: sensación de encontrarse muy despiertos y activos, falta de apetito, pupilas dilatadas, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, y de la presión arterial (pudiendo generar serios problemas cardiovasculares); ingiriendo dosis elevadas puede haber un aumento de temperatura corporal, lesiones en las arterias del cerebro, con convulsiones y riesgo de muerte si no se trata inmediatamente. Asimismo, entre los efectos psiquiátricos a corto plazo, destacan la aparición de ansiedad, insomnio, paranoia, ataques de pánico y conducta agresiva.

El abuso de metanfetamina puede conllevar a largo plazo muchas consecuencias negativas, entre ellas, la adicción. A parte de la adicción, quienes usan esta sustancia a largo plazo pueden tener, con mayor frecuencia, síntomas psiquiátricos como ansiedad, confusión, insomnio, cambios de humor, desarrollo de conductas violentas y síntomas psicóticos (por ej., paranoia, alucinaciones visuales y auditivas, ilusiones, etc.), que pueden cesar al abandonar el consumo, o bien mantenerse durante meses o, incluso, años. De igual modo, pueden reaparecer en situaciones de estrés.

También a largo plazo, su uso indebido puede estar asociado con una reducción del funcionamiento sexual, al menos en los hombres, y se relaciona con la llamada «boca de metanfetamina”, caracterizada por un deterioro importante de la dentadura, visible en los usuarios habituales.

De acuerdo con la DGPNSD, hasta la fecha, los tratamientos más eficaces en la lucha contra la adicción a la metanfetamina son las terapias conductuales, tanto la terapia cognitivo-conductual “que ayuda a los pacientes a reconocer, evitar y hacer frente a las situaciones en las que es probable que consuman drogas”, como las de manejo de contingencias que se basan en el uso de incentivos para animar a los pacientes a no consumir la droga. Actualmente, recuerda, “no existen medicamentos que prolonguen la abstinencia y reduzcan su uso indebido en una persona adicta”.

Entre las recomendaciones orientadas a manejar el tratamiento, el informe recomienda potenciar la formación de los profesionales de la red de atención a las adicciones sobre esta sustancia, dado que “al ser hasta ahora su uso poco frecuente, han tenido relativamente poca experiencia en el manejo de pacientes con este problema”.

Se puede acceder al dossier desde la página Web de la DGPNSD o bien directamente a través del siguiente enlace:

Dosier sobre la metanfetamina 

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