LA UGR PROFUNDIZA EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO

24 Nov 2008

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) están estudiando las causas, desde un punto de vista psicológico, de la violencia de género, con el propósito de diseñar tácticas enfocadas a su reducción.

De manera más concreta, el equipo en cuestión, liderado por Miguel C. Moya Morales, profesor de la Facultad de Psicología de la UGR, pretende por una parte, analizar la actitud de la población en general, tanto en hombres como en mujeres, hacia la violencia de género; así como su relación con el sexismo, teniendo en cuenta las diferencias que existen entre lo que se ha venido a llamar sexismo hostil y benevolente. De esta manera, quieren profundizar no sólo en los factores explicativos sino también en las diferentes estrategias y estilos de afrontamiento de las propias víctimas de la violencia de género.

Tal y como se recoge en la nota de prensa aparecida días atrás en las página Web de Andalucía Investiga, el estudio comprende diferentes líneas de investigación. La primera se centra en la población general, se realizará un análisis de la relación existente entre la ideología sexista ambivalente (hostil y benévola) y las actitudes-valoraciones hacia situaciones de violencia de género. Para ello, se realizarán estudios de campo, mediante cuestionarios que contemplarán dos aspectos. Por otro lado, se valorarán medidas de sexismo, de actitud hacia la violencia doméstica relativas tanto al maltrato físico como a la agresión sexual y medidas que reflejen la intención conductual que conlleva actividades de violencia domestica. Esto se realizará sobre la población en general, pero con especial atención al colectivo masculino.

 

El segundo aspecto de esta primera línea contempla la realización de tareas en las que se evalúan (sobre una serie de escalas atributivas de responsabilidad, gravedad de la situación, causalidad, etc.) situaciones hipotéticas de violencia doméstica, muchas de las cuales son construidas por variación de alguno de los elementos claves de la situación, como por ejemplo, la persona implicada, el grado de conocimiento entre los interactuantes, etc.

De manera paralela, la otra línea de investigación se centra específicamente en las mujeres que han sido víctimas de violencia de género, y aquí se estudiará la relación existente entre la actitud que adoptan al sufrir malos tratos y sus propias creencias sexistas ambivalentes. Además, se realizarán estudios específicos para analizar la valoración que realizan de las distintas medidas de atención psicológica y socio-laboral que reciben por parte de las diferentes entidades públicas.

El estudio también se basa en el análisis de algunas de las estrategias que ya se han utilizado para reducir la violencia machista. De esta manera, se conceptualizan tres tipos de estrategias. Desde un punto de vista teórico-conceptual, analizarán algunos de los programas de sensibilización que pretenden promover una cultura de igualdad no sexista que se han puesto en marcha en la Comunidad Autónoma de Andalucía. En segundo lugar, realizarán un análisis sobre las actitudes sexistas no igualitarias en la atención a las víctimas y el tratamiento de los agresores, de las medidas concretas que la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (LO 1/2004, de 28 de diciembre) propone para que sean desarrolladas por las administraciones y diversos agentes sociales. Y, finalmente tratarán de estudiar, en situaciones controladas cuasi-experimentales y de campo, la eficacia y componentes principales de algunas de las estrategias, ya planteadas para la reducción de la violencia de género, con un énfasis especial en el cambio de la ideología de género.

Con respecto a las estrategias para el cambio de las actitudes machistas, los investigadores se centran en tres de ellas, a saber, la persuasión, la implicación conductual y las estrategias implícitas. La primera consiste en la elaboración de un mensaje en el que se exponen los pros y/o los contras de determinadas actitudes y conductas.

La implicación conductual, por su parte, supone que la realización de una conducta contraria, o no del todo coincidente, con las propias actitudes, hace que la persona experimente un estado de tensión psicológica que le puede llevar a cambiar sus actitudes para hacerla coincidir con su conducta.

 

Dado el gran rechazo que la sociedad manifiesta ante la violencia de género, es probable que cuando se miden o se intentan cambiar las actitudes de una manera explícita, las personas cambien o expresen sus actitudes deliberadamente, ya que creen que es lo que se espera de ellos. No obstante, en el fondo pueden seguir manteniendo sus actitudes negativas de forma implícita o inconsciente. Por ello, en los últimos años se han utilizado con cierta frecuencia estrategias de cambio implícito, de manera que los individuos no son conscientes de que se está intentando cambiar sus actitudes. De aquí que tengan en cuenta las estrategias denominadas implícitas.

Este proyecto se enmarca dentro del proyecto de excelencia Violencia de género: Análisis psicosocial de sus causas y estrategias para su reducción, incentivado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa.

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