VALORACIÓN DE LA NUEVA GUÍA DE EVALUACIÓN DE LA DEPENDENCIA EN PERSONAS CON TRASTORNO MENTAL

25 Ene 2012

Tal y como anunció Infocop el pasado mes de noviembre, el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) publicó las primeras guías metodológicas de aplicación del baremo de evaluación de la situación de dependencia.

Se trata de las primeras guías de valoración de la dependencia adaptadas a las características específicas de los distintos problemas de salud que puede presentar el solicitante y con las que el IMSERSO pretende mejorar la formación de los profesionales de los órganos de valoración, así como «desarrollar orientaciones para facilitar la aplicación del baremo de valoración de la dependencia de forma homogénea y eficiente en todas las administraciones competentes».

Puesto que estas herramientas constituyen importantes guías de los procesos de valoración de la dependencia, Infocop ha querido conocer la opinión de diferentes expertos respecto a la rigurosidad y calidad de estos materiales.

De esta manera, Serafín Lemos Giráldez, Catedrático de Psicopatología en la Universidad de Oviedo, nos ofrece su valoración de una de las primeras guías publicadas: la Guía de orientación en la práctica profesional de la valoración reglamentaria de la situación de dependencia en personas con trastornos mentales graves.


Serafín Lemos

 Valoración de la nueva Guía de orientación en la práctica profesional de la valoración reglamentaria de la situación de dependencia en personas con trastornos mentales

1. Aspectos a destacar de la nueva guía de valoración:

La denominada Guía de orientación en la práctica profesional de la valoración reglamentaria de la situación de dependencia en personas con trastornos mentales graves fue elaborada por un amplio grupo de profesionales de la salud mental y avalada o patrocinada por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad del anterior Gobierno de España y del IMSERSO. Su propósito consiste en intentar objetivar, de manera precisa, las diversas limitaciones que un paciente con un trastorno mental grave puede tener para un funcionamiento autónomo. En este sentido, es loable el propósito de describir las áreas de funcionamiento afectadas en el paciente a evaluar, así como el ofrecimiento de sugerencias específicas para llevar a cabo el proceso de valoración, denominado en esta Guía «Baremo de Valoración de la Dependencia«, acorde con el Real Decreto 174/2011, de 11 de febrero.

La Guía parte del supuesto de que el colectivo de personas con trastorno mental grave es muy heterogéneo, si bien engloba básicamente a quienes han recibido un diagnóstico de trastornos del espectro esquizofrénico o del trastorno bipolar, cuya sintomatología es crónica (igual o superior a 2 años), y que presentan graves dificultades en el funcionamiento personal, laboral y social, debidas a dichos diagnósticos.

Se divide la Guía en varios apartados que, en general, incluyen una somera descripción de psicopatología habitualmente relacionada con situaciones de dependencia (concepto de trastorno mental grave y diagnósticos clínicos); una descripción de los déficit funcionales más relacionados con la situación de dependencia, que técnicamente conocemos como «síntomas negativos» (es decir, falta de iniciativa, dificultad para tomar decisiones, descuido o abandono de la higiene y autocuidados, anhedonia, pobre cognición social y escasas relaciones interpersonales; así como escasa conciencia de enfermedad); la descripción de los ámbitos de valoración que debe incluir un informe sobre la situación de dependencia (las áreas clínica, funcional y del entorno en el que vive el paciente); y una amplia descripción de la entrevista clínica y la puesta en práctica del proceso de evaluación (en donde se detallan las áreas a evaluar y se especifican preguntas a formular al paciente y a sus cuidadores para conseguir un mapa general de los aspectos clínicos, funcionales y de las características del entorno).

La Guía ofrece también un anexo final sobre el Modelo de informe específico de salud mental, en donde deben consignarse, de manera concreta, cada uno de los problemas que presenta un paciente en el desempeño de diversas actividades, las dificultades clínicas o derivadas del entorno que manifiesta, así como una calificación final de las necesidades de apoyo requeridas.

2. Aspectos a mejorar:

Si bien es meritorio el esfuerzo que han hecho sus autores por describir de forma detallada los ámbitos que deben ser explorados, con el fin de determinar el grado de dependencia y las necesidades específicas de un paciente; sin embargo, no se trata de un instrumento o procedimiento estructurado, que ofrezca reglas de decisión que ayuden al evaluador a establecer cuántos criterios deben cumplirse para clasificar los diversos niveles de dependencia, sino que más bien se trata de una estimación cualitativa del nivel de dependencia y no de un procedimiento cuantitativo, que responda a las exigencias de fiabilidad y validez a las que estamos acostumbrados en la evaluación psicológica.

3. Algún otro comentario de interés:

Si bien en elaboración de la guía ha participado un número suficiente de psicólogos, especialistas clínicos o no, en cambio, en la revisión del documento parece no haber participado ninguna de las sociedades científico-profesionales de la psicología española, según se detalla en las páginas iniciales. Sin menoscabar la importancia de las entidades a las que fueron sometidos los borradores o el documento final publicado, y las sugerencias que hayan podido hacer, considero que podría haber recibido propuestas significativas de mejora de haber sido revisado por asociaciones profesionales de psicología.

Por otra parte, el documento es muy mejorable en su redacción, por cuanto es reiterativo en determinados conceptos y en frases que se repiten; por presentar cierto descuido en el uso de los signos de puntuación que pueden interrumpir o desorientar el discurso, y en cuestiones ortográficas; así como por el incumplimiento de aspectos formales requeridos en la documentación científico-profesional (como son establecer claramente el significado de algunas siglas, o por contener un apartado final de «bibliografía» con textos o artículos no citados en el documento y libros de consulta muy generales).

4. Valoración general:

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