El CNPT solicita al Senado que la regulación de los cigarrillos electrónicos se equipare a la del tabaco

17 Mar 2014

El Comité Nacional Para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) envió a la Comisión de Sanidad del Senado, el pasado 13 de marzo, una Declaración sobre la propuesta de regulación de los cigarrillos electrónicos, en la que defiende que su regulación se equipare a la de los cigarrillos convencionales en los espacios de utilización, en la promoción y publicidad y en la fiscalidad. A esta Declaración se han adherido 37 Sociedades científicas y asociaciones sanitarias y de consumidores, entre ellas, el Consejo General de la Psicología de España.

La Declaración se remitió a todos los miembros de la Comisión de Sanidad del Senado, ya que se trata de la cámara donde se debatirá la Ley por la que se modifica el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que regulará, entre otros aspectos, el uso y publicidad de los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina y otros productos similares.

A través de la Declaración, el CNPT y las asociaciones firmantes manifiestan su preocupación ante las carencias de la propuesta de regulación sobre el uso de los cigarrillos electrónicos, cuyo uso se está extendiendo rápidamente. De no modificarse el texto legislativo presentado en el Senado, estos dispositivos, que contienen nicotina, podrán usarse en espacios de ocio y hostelería, y su publicidad y comercialización no estarán sometidas a las restricciones de los cigarrillos convencionales, lo que para las asociaciones firmantes supone un “grave retroceso” en la salud de los ciudadanos. Tal y como sostienen, la “nicotina administrada por vía inhalada es una sustancia altamente adictiva y potencialmente tóxica”, por lo que la regulación de los cigarrillos electrónicos debería equipararse a la del tabaco.

Para las sociedades científicas y asociaciones de consumidores que firman la Declaración, la propuesta de regulación que ha elaborado el Gobierno resulta muy “deficiente”, teniendo en cuenta el conocimiento científico actual sobre los efectos para la salud de las personas que utilizan o que están expuestas al humo de estos cigarrillos y sobre las estrategias de salud pública de control del tabaco, por lo que solicitan a los miembros de la Comisión de Sanidad del Senado que se contemplen los siguientes aspectos en relación con la regulación de los espacios de utilización de los cigarrillos electrónicos, la regulación de su promoción y publicidad y la regulación de su fiscalidad:

1. Sobre la regulación de los espacios de utilización:

La propuesta legislativa sólo prohíbe la utilización de cigarrillos electrónicos en centros docentes y sanitarios, edificios de la Administración, transporte público y parques infantiles. Se ha propuesto una regulación similar a la que recogía la antigua ley del tabaco del 2005, que tuvo que ser modificada en el 2010 tras comprobar las lagunas que tenía y las discriminaciones a las que daba origen, ya que dejaba desprotegidas a todas las personas que trabajan en el sector del ocio y la restauración. La regulación de cigarrillos electrónicos que propone el Congreso vuelve a discriminar a este sector.

La legislación sobre tabaco de 2010, que ha sido muy bien aceptada por la población según todas las encuestas, contribuyó junto con otras medidas sanitarias a la «desnormalización» del consumo de tabaco en España. Lo «normal» ya no era fumar en los espacios públicos cerrados, allí donde se comparte el aire que respiramos. Esto está teniendo un efecto importante en nuestros jóvenes, que perciben más adecuadamente la peligrosidad del consumo y está contribuyendo a que muchos de ellos, no empiecen a fumar.

Los profesionales sanitarios y economistas de la salud consideramos que permitir el uso de cigarrillos electrónicos en la hostelería puede suponer un riesgo para los trabajadores y un retroceso de los avances en salud pública de la última década por su similitud con la imagen de fumar, con un efecto negativo de «renormalizar» dicha conducta, con especiales efectos negativos sobre los adolescentes y jóvenes. Por si fuera poco, permitir esa diferencia en lugares públicos quita toda la fuerza moral sobre la prohibición de fumar en los mismos y su control adquirida por la Ley vigente. Por ello solicitamos que la regulación de espacios para el uso de cigarrillos electrónicos sea idéntica a la aplicada al tabaco, sin excepciones en el sector del ocio y la hostelería.

2. Sobre la regulación de la promoción y la publicidad:

Consideramos insuficiente que la publicidad en medios audiovisuales se prohíba solamente en el llamado «horario infantil» (de 16 a 20 horas), en lugares frecuentados «principalmente por menores de 18 años» y en los cines cuando se proyecten películas «destinadas primordialmente a menores de 18 años». La publicidad de estos nuevos dispositivos que contienen nicotina para su inhalación debería restringirse al máximo. Por ello proponemos que se regule con la misma legislación ya en vigor para el tabaco, el otro producto disponible en el mercado con similares efectos sobre el organismo.

3. Sobre la regulación de la fiscalidad:

Proponemos igualar la fiscalidad de los cigarrillos electrónicos a la de los cigarrillos convencionales, dado que se trata de un nuevo producto igual de adictivo. Se ha comprobado que los impuestos y los precios altos tienen un efecto de limitación del consumo especialmente en la población juvenil. Ya se han publicado estudios que alertan de que el cigarrillo electrónico es la nueva puerta de entrada de los adolescentes y jóvenes al consumo de cigarrillos convencionales.

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