Guía del NICE para el manejo del sobrepeso y la obesidad en adultos – servicios de intervención en estilos de vida para el control del peso

29 Jul 2014

El Instituto Nacional de la Excelencia para la Salud y la Atención del Reino Unido (National Institute for Health and Care Excellence, NICE) ha publicado una nueva guía sobre el manejo del sobrepeso y la obesidad en adultos, en la que se centra en los programas de intervención en estilos de vida saludables para el control del peso.

La guía establece recomendaciones sobre la prestación de servicios eficaces de control de peso, centrados en la promoción de estilos de vida y dirigidos a adultos con problemas de sobrepeso y obesidad (mayores de 18 años).

Entre estas recomendaciones, se subraya la importancia de adoptar un enfoque integrado de prevención y tratamiento de la obesidad y de los problemas de salud asociados. Asimismo, insiste en mejorar el trato que se presta a estas personas, y que los profesionales que les atienden sean conscientes y sensibles al estigma que supone la obesidad.

En relación con los programas de intervención en estilos de vida para bajar de peso, el NICE ha identificado los siguientes componentes clave que deben incorporar y que han demostrado su eficacia:

  • Ser programas multicomponente, es decir, abordar la ingesta alimentaria, los niveles de actividad física y el cambio de conducta.
  • Ser desarrollados por un equipo multidisciplinar, compuesto por un especialista en dietética, un psicólogo y un instructor de actividad física.
  • Asegurar que el equipo está formado en el programa y está capacitado para ponerlo en práctica y que recibe sesiones de formación profesional continuada.
  • Estar centrado en el cambio en el estilo de vida a largo plazo y en la prevención futura de aumento de peso.
  • Tener una duración mínima de 3 meses, con sesiones de frecuencia semanal o quincenal, al menos, que incluyan una evaluación del peso en cada sesión.
  • Establecer metas realistas para la pérdida de peso y consensuadas con el paciente para cada una de las etapas (primeras semanas, final del programa y un año después).
  • Asegurar que los objetivos específicos respecto a la dieta están acordados con el paciente y ajustados a sus necesidades y objetivos individuales. Es preferible no prohibir determinados alimentos o grupos de alimentos.
  • Centrar las sesiones en reducir el sedentarismo y aumentar las actividades físicas, ya que estos cambios pueden ser más fácilmente integrados en la vida cotidiana y mantenerse a largo plazo (por ejemplo, caminar).
  • Asegurar que las sesiones de ejercicio físico están supervisadas y son dirigidas por un instructor debidamente cualificado, y que se tienen en cuenta las condiciones médicas individuales.
  • Utilizar una amplia variedad de métodos para el cambio de conducta. Estos deben abordar: la resolución de problemas, el establecimiento de metas, cómo llevar a cabo una tarea o actividad en particular, un plan para aumentar el apoyo social o hacer cambios en el entorno social, estrategias para aumentar el autocontrol sobre el peso y comportamientos asociados, y retroalimentación sobre el desempeño.
  • Implementar programas a medida para cubrir las necesidades de los diferentes grupos. Por ejemplo, los programas deben incluir sesiones específicas para hombres o para mujeres, proporcionar sesiones en un intervalo de tiempo y lugar lo más accesible posible y considerar la posibilidad de incluir servicios de guardería durante las mismas.
  • Realizar un seguimiento del peso, de los indicadores del cambio de conducta y de las metas personales de los participantes durante todo el programa.
  • Adoptar un enfoque no estigmatizante, de tal manera que la comunicación con estos pacientes se base en el respeto y esté libre de prejuicios, evitando el uso de etiquetas que puedan herir su sensibilidad.

Respecto a los programas preventivos, el NICE recomienda que se centren en promover la autonomía del paciente (incluyendo su autoevaluación), que se recuerde a los participantes de dichos programas las distintas posibilidades que tienen de recibir apoyo una vez que hayan finalizado, que se haga hincapié en la importancia de mantener los nuevos hábitos alimentarios y el aumento de la actividad física a largo plazo para prevenir la recuperación de peso y que se aborden estrategias para superar las dificultades que puedan presentarse en el mantenimiento de los nuevos comportamientos.

Según Kate Jolly, profesora de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y una de las expertas autoras de la guía, “todos sabemos que comer menos y hacer más actividad física ayuda a perder peso, sin embargo puede resultar muy difícil de poner en práctica, especialmente a largo plazo, por lo que algunas personas necesitan un apoyo adicional. Los programas de control de peso a través del cambio de los estilos de vida pueden ayudar a las personas a identificar las estrategias que mejor se ajustan a ellos para mantener estos cambios a lo largo del tiempo”.

La guía puede descargarse en el siguiente enlace:

Managing overweight and obesity in adults – lifestyle weight management services

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