Un estudio cuestiona los criterios DSM-5 para la depresión proponiendo un modelo alternativo

11 Ene 2016

Un reciente estudio sobre los síntomas de la depresión, realizado con datos de más de 3.000 pacientes, pone en duda los criterios utilizados para el diagnóstico de la depresión mayor recogidos en la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Los sistemas diagnósticos actuales parten de la suposición de que los síntomas de la depresión forman parte de una “enfermedad común subyacente”, pero la investigación sugiere que este marco de trabajo puede ser anticuado y simplista. El estudio, que será publicado en la revista Journal of Affective Disorders (aunque ya está disponible su acceso a la versión online), ha sido dirigido por el profesor Fried, psicólogo de la Universidad de Leuven (Bélgica), junto con investigadores de los Países Bajos y EE.UU.

“Tenemos que dejar de pensar en la depresión como una enfermedad que causa una serie de síntomas intercambiables”, ha informado el autor principal del estudio a los medios de comunicación. “La depresión es un cuadro complejo, muy heterogéneo de síntomas que interactúan entre sí. Y algunos de esos síntomas pueden ser mucho más importantes que otros”.

Al evaluar la depresión en un paciente, según los criterios DSM, se tienen en cuenta la presencia de una serie de síntomas. Estos síntomas además no contemplan algunos de los comportamientos que suelen formar parte habitual de las escalas de depresión estandarizadas, como la sensación de castigo que se incluye el Inventario de Depresión de Beck (BDI). Asimismo, los ensayos de campo con el DSM-5 revelan que el diagnóstico de la depresión mayor es uno de los diagnósticos menos fiables en la práctica clínica, lo que significa que esta categoría diagnóstica no es capaz de ser aplicada consistentemente por varios profesionales en diferentes contextos.

El equipo de Fried en su artículo apunta la necesidad de replantear la depresión desde una nueva perspectiva, considerándola como una red de síntomas interrelacionados y conectados causalmente que se refuerzan unos a otros “en redes altamente estables de las que es difícil escapar”. Por ejemplo, el insomnio puede conducir a la fatiga, que a su vez puede causar problemas de concentración que simultáneamente influyen sobre el insomnio.

Mediante este punto de vista, Fried y cols. han tratado de identificar los síntomas centrales asociados a la depresión, utilizando la analogía con las redes sociales para explicar cómo funciona esta “centralidad”: «Si un famoso o un periódico de gran alcance comparte una noticia a través de Twitter, la información es probable que se extienda rápida y ampliamente a través de la red social; una persona “periférica” con pocos seguidores en Twitter es probable que tenga muchos menos impacto en la red”. Para la depresión, la activación de un síntoma central implica la propagación de un fuerte impulso a través de la red que activará un gran número de síntomas, mientras que la presencia de un síntoma periférico es menos relevante desde una perspectiva de sistemas dinámicos porque tiene menos influencia en la red.

La idea de centralidad va en contra de los criterios diagnósticos actuales. Por ejemplo, el DSM-5 establece el diagnóstico de depresión grave si un paciente presenta cinco o más de una lista de síntomas, siempre y cuando alguno de ellos sea “estado de ánimo deprimido” o “pérdida de interés”. Según este modelo, el número de síntomas es más importante que el tipo o significación de dichos síntomas (centrales vs periféricos).

Con el objetivo de analizar la importancia de los síntomas relacionados con la depresión, el equipo de Fried volvió a analizar los datos obtenidos de un importante estudio realizado con pacientes con depresión (el estudio STAR*D). Los investigadores identificaron 28 síntomas diferentes informados por los pacientes con depresión y analizaron sus relaciones. El resultado de su trabajo muestra una red interconectada de síntomas agrupados en varios “nodos”. Curiosamente, y tal y como señalan los autores, los 15 síntomas seleccionados por el DSM para la depresión mayor no constituían síntomas más importantes o más “centrales” que los que habían quedado fuera del DSM (13 síntomas).

Según los autores, los resultados muestran que “los síntomas que se incluyen en el DSM-5 no son más apropiados como indicadores de la depresión que los síntomas que no están incluidos”, y que “determinados síntomas particulares pueden tener una importancia clínica especial en este cuadro diagnóstico”.

En conclusión, los autores cuestionan la integridad y justificación de los criterios del DSM para el diagnóstico de la depresión, afirmando que “los síntomas particulares característicos del DSM parecen basarse más en la historia que en la evidencia”, aunque advierten que el estudio no debe ser mal interpretado como una crítica al DSM, sino que el objetivo de su trabajo es alentar a los clínicos e investigadores a empezar a considerar la importancia de cada síntoma individualmente y sus posibles asociaciones, e ir más allá de la lista de síntomas específicos enumerados en el DSM.

Fuente:

Fried, E. I., Epskamp, S., Nesse, R. M., Tuerlinckx, F., & Borsboom, D. (2016). What are’good’depression symptoms? Comparing the centrality of DSM and non-DSM symptoms of depression in a network analysis. Journal of affective disorders, 189, 314-320

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