Una psicóloga del COP tinerfeño promueve un proyecto de cohousing que será pionero en las islas

16 Dic 2016

COP Santa Cruz de Tenerife

Han pensado en el momento de la jubilación, les preocupa imponer su cuidado a sus hijos el día de mañana o ser llevados a una residencia de ancianos. Hoy en día son personas entre 49 y 70 años, profesionales en su mayoría, comprometidas desde hace tiempo con distintas ONG o procedentes del mundo del voluntariado. Les une su idea de planificar su envejecimiento, con una conciencia clara y precisa de que les gustaría hacerlo en compañía de otras personas con similares inquietudes, de manera activa, y sin apartarse de la sociedad a la que pueden seguir aportando sus conocimientos y seguir aprendiendo.

Son, actualmente, una veintena de personas interesadas en poner en marcha un proyecto de cohousing en la isla de Tenerife. Esto es, un modelo de envejecimiento activo y en comunidad, que copia la experiencia  de los países  nórdicos y que tiene numerosos ejemplos de éxito en California (Estados Unidos). También hay un libro que guía sus primeros pasos, “El Manual del Senior Cohousing, autonomía personal a través de la edad”, de Charles Durrett, un autor que promueve pensar y planificar la jubilación, y que propone hacer talleres de sensibilización hacia la vejez.

En España, hay sólo nueve proyectos operativos de cohousing y, en Canarias, este de Tenerife sería pionero en poner en marcha este formato colaborativo, que suele configurarse en cooperativas de uso, para que las personas puedan envejecer en una vivienda, pero compartiendo a su vez un espacio común en el que desarrollar actividades, o ser atendidos cuando sean dependientes. Sin alejarse, por otra parte, de núcleos poblaciones, en tanto que es su intención seguir colaborando con la sociedad.

Teresa Trujillo, en el centro, junto a Begoña Moreno, también psicóloga, y Ascensión Arvelo, educadora social, todas participantes en este proyecto

Previa a la cooperativa, se ha creado una asociación, “Canarias Cohounsing”, que el próximo día 17 se reunirá en la capital tinerfeña (Espacio 105, en la calle San Francisco), para aprobar sus estatutos. En ese momento, arrancará un proceso de no menos de cinco años, en el que localizar el terreno donde quieren vivir, buscar las formas de financiación y construir el complejo residencial  y asistencial “en el que vivir el resto de nuestros días”, en palabras de Teresa Trujillo, psicóloga del Trabajo, ya jubilada, y verdadera entusiasta de este proyecto.

La psicóloga explica los motivos que han llevado a este primer grupo de personas a elegir este modelo de convivencia en el futuro, el reto que supone y el empeño que requiere no dejar morir una idea, que hasta la fecha ha sido bien acogida en un primer contacto por el Gobierno de Canarias, consciente del problema del envejecimiento de la población, también en las islas.

Según destaca, en este proyecto hay mucha reflexión, muchas discusiones que han concretado en lo que podría ser una primera declaración de principios y valores, como el decálogo en cuanto al lugar en el que quieren vivir su vejez:

1. Un lugar sin barreras

2. Un lugar con alimentación sana

3. Un lugar donde nos sintamos con equidad

4. Un lugar que potencie la autonomía personal

5. Un lugar donde se den respuestas a las enfermedades dentro de los recursos de la comunidad

6. Un lugar donde participar en la sociedad

7. Un lugar donde seguir aprendiendo

8. Un lugar donde poder hacer relaciones intergeneracionales

9. Un lugar donde conservar la independencia, la libertad y la privacidad

10. Un lugar donde sentirse útil

Asimismo, expresan que será un complejo residencial y asistencial basado en el cooperativismo, la solidaridad, participación, autogestión, democrático y respetuoso con el medio ambiente.

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