La vulneración de los derechos humanos de las personas con trastorno mental en Europa

15 Mar 2018

La atención a la salud mental en Europa presenta serios problemas en la protección de los derechos humanos. Así lo ha puesto de manifiesto un informe conjunto de la organización Mental Health Europe y de la Universidad de Kent-Tizard Center de Reino Unido, publicado el pasado 16 de enero.

El informe, titulado «Mapping and Understanding Exclusion in Europe» (Cartografiando y comprendiendo la exclusión en Europa), evalúa la situación de los servicios de salud mental en más de 35 países europeos, prestando especial atención a las violaciones de los derechos humanos que sufren las personas con trastornos mentales y los desafíos presentes en el campo de la salud mental en Europa.

Según se establece en el documento, se estima que del conjunto de personas con trastorno mental ingresadas en instituciones psiquiátricas y otros dispositivos similares en Europa, alrededor de 264.000 personas se encuentran bajo tutela total, “aisladas de la sociedad y privadas del derecho a tomar decisiones sobre su vida cotidiana”.

El uso excesivo de la reclusión, la coacción, la medicación forzada, la pérdida de derechos y la hospitalización involuntaria, son sólo algunas de las prácticas más extendidas en Europa que vulneran los derechos más básicos de estos pacientes y que constituyen un problema no sólo en Europa Central y Oriental sino también en Europa Occidental, donde en países como Francia, Bélgica, Irlanda, Portugal, Alemania o España todavía persisten este tipo de prácticas.

El informe, en un intento de ayudar a la comprensión y reflexión sobre las implicaciones que conlleva esta forma de atención, recoge también los testimonios de algunas personas que han sido sometidas a este tipo de trato, mostrando que tales circunstancias afectan negativamente a la recuperación y pueden tener “efectos devastadores a largo plazo en la vida de las personas”. La falta de información antes y durante el ingreso, las malas condiciones de las instalaciones, la medicación forzada con sus graves efectos secundarios, la ausencia de asistencia legal, el uso de la fuerza física y la coacción, el aislamiento social y físico y el trato estigmatizante son algunas de las quejas recurrentes que se desprende de los testimonios de estos pacientes sobre la atención recibida. En algunos casos, tal y como relatan los propios afectados, la hospitalización bajo estas condiciones puede llegar a convertirse en una experiencia traumática en sí misma, más difícil de superar que el propio motivo de ingreso.

En la nota de prensa difundida a los medios, Nigel Henderson, presidente de Mental Health Europe, ha remarcado que los hallazgos del informe “destacan algunas prácticas obsoletas y cuestionables en los sistemas de salud mental en toda Europa», y ha subrayado la importancia de implementar de manera eficaz y generalizada un cambio en el modelo de atención, que abandone definitivamente la institucionalización psiquiátrica y apueste por el tratamiento comunitario.

Aunque se han llevado a cabo interesantes reformas en algunos países (el ejemplo más reciente es el de la implementación de un hospital psiquiátrico en Noruega sin tratamiento farmacológico forzoso, ver más información aquí), el informe muestra que prácticamente en toda Europa aún persisten importantes barreras hacia el cambio, como la escasa cooperación entre los servicios sanitarios y sociales o la falta de servicios basados ​​en la comunidad que permitan esta desinstitucionalización respetando el cumplimiento de los derechos humanos.

Las personas interesadas pueden acceder al documento a través del siguiente enlace:

Mapping and Understanding Exclusion in Europe

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