Reducir la carga global de la depresión: un objetivo fundamental

7 Dic 2018

La depresión es la principal causa de carga de enfermedades relacionadas con la salud mental a nivel global, y afecta a, aproximadamente, 300 millones de personas en todo el mundo, representando en la actualidad un obstáculo para el desarrollo sostenible en todas las regiones.

Con esta introducción, la revista The Lancet presenta un nuevo artículo, a través del cual aborda el tema de la depresión y las acciones clave que pueden emprenderse para reducir su carga a nivel mundial.

Tal y como alertan los autores del artículo, la depresión impide que las personas alcancen su máximo potencial, perjudica el capital humano y se asocia con una mortalidad prematura por suicidio y otras enfermedades.

En las últimas décadas, la comprensión en torno a la depresión ha aumentado: se sabe que su edad típica de inicio es en la edad adulta joven, se han identificado factores de riesgo (como negligencia, trauma y violencia infantil), y eventos vitales estresantes (como el duelo o la crisis económica), que se asocian con la aparición y el mantenimiento del trastorno, cuyos efectos pueden ser adversos a lo largo de la vida tanto para las personas con depresión, como para sus familiares y amigos. Asimismo, se han logrado importantes avances en el desarrollo de intervenciones para tratar y prevenir el trastorno depresivo, entre ellas, las intervenciones psicológicas.

A pesar de lo anterior, solo unas pocas personas pertenecientes a países de bajos, medianos o altos ingresos, que necesitan estas intervenciones pueden acceder a ellas. En este sentido, el incremento del acceso a los servicios de salud mental es tan solo una parte del desafío del tratamiento. Los autores del artículo consideran esencial adoptar un enfoque a largo plazo, planteándose como objetivo en el tratamiento, no solo lograr la remisión a corto plazo, sino también evitar la aparición de nuevos episodios en el futuro.

Entre las razones esgrimidas, relacionadas con el fracaso actual a la hora de abordar la carga global de la depresión, el artículo destaca las siguientes: las ambigüedades y la confusión sobre el concepto de depresión y el estigma asociado con esta condición, el papel de la comorbilidad, la gran escasez de inversiones para la atención de la salud mental, la escasa demanda de atención de la depresión, las debilidades en la capacidad del Sistema de Salud para brindar una atención de calidad, y la ausencia de biomarcadores confiables y válidos. En conjunto, señala, “estos factores limitan el progreso en la aplicación de tratamientos eficaces e intervenciones preventivas a gran escala”.

Para reconocer la dimensionalidad de la depresión y facilitar la intervención temprana, así como la atención a largo plazo, se ha propuesto un modelo “híbrido” que define una serie de etapas clínicas. El desafío a este respecto, consistirá en desarrollar modelos de atención escalonados apropiados, complementados por intervenciones que apoyen, por ejemplo, a los jóvenes con dificultades, mujeres con –o en riesgo de desarrollar- depresión perinatal, y personas con la llamada “depresión resistente al tratamiento”.

Atendiendo a la necesidad urgente de implementar intervenciones orientadas a la reducción de la carga global de la depresión, The Lancet se ha asociado con la Asociación Mundial de Psiquiatría (World Psychiatric Association), con el propósito de establecer una Comisión clínica sobre la Depresión. Esta Comisión reúne a expertos de múltiples disciplinas como Psicología, Psiquiatría e incluso Economía, entre otras.

La Comisión ha identificado varios aspectos clave que guiarán el desarrollo de futuras recomendaciones en pro del objetivo planteado en este artículo: se cuenta en la actualidad con amplia información sobre la carga de la depresión; la prevención y el tratamiento funcionan si se aplican de forma adecuada; existen múltiples razones por las que no se ha podido abordar la carga global de la depresión; se sabe qué acciones deben emprenderse para reducir esta carga; aún hoy día, hay brechas sustanciales de conocimiento que deben acometerse para dar con intervenciones más eficaces y el modo de aplicarlas a escala.

En relación con lo anterior, los autores del artículo recuerdan que cerrar la brecha de tratamiento y expandir la prevención de la depresión “exigirá esfuerzos en muchos niveles”, siendo necesaria la inversión para mejorar la aplicación de enfoques de calidad y basados en la evidencia para el cuidado y la prevención. A su vez, será esencial el compromiso individual, familiar y comunitario de cara a mejorar la demanda y la aceptabilidad de las intervenciones.

El artículo concluye manifestando que la intervención oportuna “puede salvar a las generaciones futuras y permitir que las personas desarrollen su potencial y contribuyan a la sociedad”.

Fuente: Herrman, H., Kieling, C., McGorry, P., Horton, R., Sargent, J., y Patel, V. (2018). Reducing the global burden of depression: a Lancet–World Psychiatric Association Commission. The Lancet (25 de octubre). Recuperado de: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)32408-5  

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