COMORBILIDAD EN EL ALCOHOLISMO: RESULTADOS DE UN EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

24 May 2006

Natalia Landa

Javier Fernández-Montalvo

José Javier López-Goñi

Iñaki Lorea

Universidad Pública de Navarra

La elevada prevalencia de comorbilidad psicopatológica en los alcohólicos ha sido un tema de interés creciente en los últimos años. Este hecho se relaciona con la dificultad cada vez mayor de encontrar en consulta casos clínicos puros, aquejados de un solo trastorno psicopatológico y sin comorbilidad asociada. De hecho, la comorbilidad entre trastornos empieza a ser más la regla que la excepción. Además, en el caso de las conductas adictivas, el fenómeno de la polidependencia (dependencia simultánea a más de una sustancia) ha aumentado considerablemente en los últimos años y requiere un conocimiento exhaustivo del perfil clínico específico de estos pacientes.

 

En el caso del alcoholismo, a pesar del consenso existente en cuanto a la frecuente presencia de sintomatología psicopatológica comórbida, se desconoce con exactitud la tasa real de comorbilidad y el tipo concreto de psicopatología que concurre en estos pacientes, ya que las investigaciones aportan datos muy diferentes. Estas divergencias se relacionan, probablemente, con distintos problemas metodológicos, como el tipo de instrumento empleado, la selección de la muestra y, sobre todo, el tiempo transcurrido desde el inicio de la abstinencia. No obstante, a pesar de los problemas señalados, la detección y el tratamiento de la psicopatología concomitante al abuso de alcohol resultan fundamentales para la intervención clínica, debido a su clara influencia en la evolución y pronóstico de la dependencia.

En este contexto, hace 7 años nuestro equipo de investigación comenzó a interesarse por este tema. En concreto, en el año 1999 se creó en la Universidad Pública de Navarra un equipo de investigación, encabezado por el profesor Javier Fernández-Montalvo, e integrado por los autores de este texto, y comenzamos un conjunto de investigaciones sobre la comorbilidad clínica de las adicciones. Se trata de una línea de investigación que proviene directamente de la necesidad clínica de conocer el perfil específico de los pacientes adictos que acuden en busca de tratamiento y de las alteraciones comórbidas típicas en los mismos.

En el caso concreto del alcoholismo, se han desarrollado hasta la fecha distintos estudios sobre la comorbilidad con otros trastornos psicopatológicos del Eje I, con los trastornos de personalidad e, incluso, se ha analizado la presencia de alteraciones neuropsicológicas en los pacientes alcohólicos (Fernández-Montalvo y Landa, 2003; Landa, Fernández-Montalvo y Tirapu, 2004). Todo ello con el objetivo de poder adaptar los programas de intervención terapéutica al perfil específico de estos pacientes.

Por lo que se refiere a la sintomatología psicopatológica, se ha llevado a cabo un estudio de carácter general sobre los principales síntomas comórbidos (Landa, Fernández-Montalvo, López-Goñi y Lorea, 2006) y un estudio específico sobre la prevalencia del juego patológico entre los pacientes alcohólicos (Fernández-Montalvo, Landa y López-Goñi, 2005). Los resultados obtenidos en este sentido muestran, por una parte, una presencia importante de sintomatología comórbida al alcoholismo, principalmente de carácter ansioso-depresivo, con una frecuencia muy superior a la encontrada en la población general. Por otra parte, la frecuencia e intensidad de esta sintomatología asociada aparece relacionada con la gravedad de la dependencia alcohólica. Así, los pacientes con una mayor severidad en su dependencia presentaban también una mayor presencia e intensidad de sintomatología asociada. En resumen, los resultados de este estudio muestran la necesidad de tener en cuenta la comorbilidad observada tanto en la evaluación clínica del alcoholismo, como en el desarrollo de programas específicos de intervención. En caso contrario puede aumentar considerablemente el riesgo de abandono prematuro de la terapia o de experimentación de una recaída una vez completada la misma, fenómenos muy frecuentes en el tratamiento de las adicciones.

En el caso concreto del análisis de la prevalencia del juego patológico en los alcohólicos (cfr. Fernández-Montalvo et al., 2005), llama la atención que el 20% de los alcohólicos de la muestra presentaba un diagnóstico comórbido de ludopatía. Además, un 12% adicional presentaba síntomas indicadores de un juego problemático (un abuso perjudicial del juego). En suma, el 32% de la muestra presentaba síntomas de juego clínicamente significativos, lo que a su vez se relacionaban con un mayor y más grave consumo de alcohol. Esta cifra tan elevada de ludópatas es preocupante, ya que los programas habituales de intervención clínica con alcohólicos no contemplan, en su mayor parte, la evaluación del juego patológico. Sin embargo, los resultados de este estudio muestran la necesidad de tener en cuenta los problemas de juego, tanto en la evaluación clínica, como en el tratamiento de la adicción al alcohol. En caso contrario, el problema puede permanecer oculto, o solapado en la dependencia alcohólica, y dificultar enormemente la intervención terapéutica. Asimismo, no se debe olvidar el riesgo existente en el tratamiento de las conductas adictivas de desarrollar una dependencia sustitutiva.

Por lo que se refiere a los trastornos de personalidad, hemos desarrollado hasta la fecha varios estudios. En ellos, se han utilizado instrumentos de autoinforme, como el MCMI-II (Fernández-Montalvo, Landa, López-Goñi, Lorea y Zarzuela, 2002), entrevistas clínicas, como el IPDE (Landa, Fernández-Montalvo, López-Goñi y Lorea, 2005) e, incluso, se han comparado ambos tipos de instrumentos con una misma muestra clínica (Fernández-Montalvo, Landa, López-Goñi y Lorea, 2006). Los resultados obtenidos en este sentido muestran, por una parte, la elevada comorbilidad entre el alcoholismo y los trastornos de personalidad, con cifras que oscilan entre el 22% y el 64%, y, por otra parte, la necesidad de utilizar entrevistas clínicas específicas para valorar los trastornos de personalidad y no abusar de los cuestionarios autoinformados, pues los resultados obtenidos, aunque más cómodos para el clínico, no son tan fiables (Fernández-Montalvo y Echeburúa, 2006). En cualquier caso, nuevamente se pone en evidencia la necesidad de tener en cuenta los trastornos de personalidad en la evaluación y tratamiento del alcoholismo, sobre todo por su influencia, así demostrada en un estudio específico (Fernández-Montalvo, López-Goñi, Landa, Illescas, Lorea y Zarzuela, 2004), en el abandono prematuro de la terapia.

Por último, una línea más novedosa de estudio se ha centrado en la valoración del déficit neuropsicológico en los pacientes alcohólicos. Los resultados de las distintas investigaciones desarrolladas hasta el momento muestran unos datos muy heterogéneos, que no permiten establecer un perfil específico en este tipo de pacientes (Landa et al., 2004).

En el estudio llevado a cabo por nuestro equipo (Landa, Fernández-Montalvo, Tirapu, López-Goñi, Castillo y Lorea, 2006) se evaluó la presencia de alteraciones neuropsicológicas en 50 pacientes alcohólicos en comparación con un grupo de control de 50 sujetos de la población normal, apareados en edad, sexo y nivel socioeconómico. Los resultados obtenidos descartaron la existencia de un déficit cognoscitivo generalizado en la muestra de pacientes alcohólicos.

En suma, los pacientes alcohólicos estudiados en las distintas investigaciones, todas ellas desarrolladas en un contexto clínico, presentan numerosa sintomatología psicopatológica asociada de forma comórbida al consumo de alcohol, así como una tasa importante de trastornos de personalidad. Todo ello coincide con los estudios llevados a cabo por otros autores y se relaciona directamente con la mayor gravedad de la dependencia alcohólica. Por tanto, la evaluación clínica integral del alcoholismo, así como el desarrollo de programas específicos de intervención, deben ir necesariamente más allá del consumo de alcohol, y tener en cuenta la alta comorbilidad observada y su repercusión en la intervención clínica. En caso contrario puede aumentar considerablemente el riesgo de abandono prematuro de la terapia, se hace más difícil el desarrollo del tratamiento, y se facilita la experimentación de una recaída una vez completado el mismo, fenómenos muy frecuentes en el tratamiento de las adicciones.

La investigación original a la que hacer referencia esta artículo puede encontrarse en la revista International Journal of Clinical and Health Psychology: Landa, N., Fernández-Montalvo, López-Goñi, J. Lorea, I. (2006).  Comorbilidad psicopatológica en el alcoholismo :un estudio descriptivo. International Journal of Clinical and Health Psychology, 6 (2), 253-269.

Ver bibliografía de este artículo.

Sobre los autores…

Javier Fernández-Montalvo es Profesor Titular del área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico en la Universidad Pública de Navarra. Autor de 4 libros y de más de 70 trabajos en libros y revistas científicas, sus líneas actuales de investigación se centran en el juego patológico y las adicciones sin drogas, la violencia de pareja y las drogodependencias. Asimismo, ha sido galardonado con 3 premios de investigación científica.

Natalia Landa es doctora en Psicología por la Universidad Pública de Navarra y Psicóloga Clínica del Servicio Navarro de Salud. En los últimos años ha mostrado un gran interés por conjugar su experiencia clínica con la investigación científica y forma parte del equipo de investigación dirigido por el profesor Javier Fernández-Montalvo. Hasta la fecha, ha publicado varios trabajos de investigación científica en el campo de las adicciones, centrados principalmente en el ámbito de la comorbilidad.

José Javier López-Goñi es doctor en Psicología por la Universidad Pública de Navarra y responsable del Departamento de I+D de la Fundación Proyecto Hombre de Navarra. En la actualidad compagina su labor en Proyecto Hombre con la docencia como profesor tutor en la UNED de Tudela (Navarra) y como Profesor Asociado en la Universidad Pública de Navarra. Sus líneas de investigación se centran en el campo de las adicciones y, muy especialmente, en la evaluación de los programas de intervención.

Iñaki Lorea es Psicólogo Clínico y responsable de los programas de tratamiento ambulatorio para el alcoholismo y la adicción a estimulantes de la Fundación Proyecto Hombre de Navarra. Forma parte del equipo de investigación dirigido por el profesor Javier Fernández-Montalvo y, en estos momentos, se encuentra finalizando su tesis doctoral sobre el estudio de la adicción a la cocaína. Ha publicado varios trabajos de investigación científica, centrados en la comorbilidad de la adicción a la cocaína con otros cuadros clínicos.

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