Falta de alternativas al tratamiento: una de las quejas de las personas a las que se les prescribe medicación antipsicótica

18 May 2020

Es fundamental establecer una relación de colaboración y respeto entre los posibles usuarios y usuarias de antipsicóticos y el médico que los prescribe, que comprenda la provisión de información completa sobre todos los posibles efectos adversos -entre ellos, sedación, tendencias suicidas y efectos de la abstinencia-, y sobre vías de tratamiento alternativas, como el tratamiento psicológico.

Esta es una de las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad del Este de Londres, a través del cual analizan la experiencia en primera persona de los usuarios y las usuarias de medicamentos antipsicóticos. 

Tal y como señalan los autores de este estudio, las diversas investigaciones relacionadas con este tipo de medicación no suelen evaluar las experiencias de las personas que la toman, y algunas de ellas sugieren que las afirmaciones sobre su eficacia podrían haberse exagerado.

Foto: Anna Shvets Fuente: pexels Fecha descarga: 20/03/2020

A este respecto, hay estudios que confirman una gran cantidad de efectos adversos graves -tales como discinesia tardía, efectos cardiovasculares (p. ej., arritmias cardíacas, muerte cardíaca súbita…), efectos metabólicos (p. ej., intolerancia a la glucosa, diabetes, niveles altos de colesterol, obesidad…), disfunción sexual, sedación, mareos, acatisia, sequedad de boca, etc.-, así como una serie de efectos negativos y problemas funcionales en el ámbito psicológico e interpersonal, menos investigados. Otros estudios se han centrado en los procesos de prescripción, en las dificultades para retirar la medicación y en la toma de decisiones.

Dado lo anterior, se llevó a cabo esta investigación, basada en las respuestas de 650 personas (pertenecientes a 29 países) a dos preguntas incluidas en la encuesta online Experiences of Antidepressant and Antipsychotic Medication (experiencias con medicación antidepresiva y antipsicótica): «En general, ¿en mi vida los medicamentos antipsicóticos han sido _____?» y «¿Hay algo más que quisiera decir o poner de relieve sobre sus experiencias con los medicamentos antipsicóticos?»

Los datos revelan que para el 14,3% de los participantes, las experiencias con la medicación fueron totalmente positivas, mientras que el 27,9% reportó experiencias mixtas (tanto positivas como negativas), y para un 57,7% tan solo hubo experiencias negativas. Se observó que las experiencias negativas correlacionaban positivamente con la edad.

Del análisis temático se desprende lo siguiente: los dos temas más señalados considerados como experiencias positivas, fueron: «reducción de síntomas» y «sueño», si bien la respuesta mayoritaria fue “sin especificar”. Algunas personas afirmaron que la medicación les había cambiado la vida e incluso les había salvado. Con respecto a aquellos/as que informaron de experiencias negativas, se habló mayoritariamente de: “presencia de efectos adversos” (siendo los más reportados: aumento de peso, entumecimiento emocional, disfunción cognitiva, sedación, acatisia, problemas de relaciones sociales y tendencias suicidas), «abstinencia/dificultad para retirar la medicación», «ineficacia» e «interacciones con el prescriptor». En relación con este último aspecto, los encuestados y las encuestadas lamentaron la falta de apoyo, así como la escasa información sobre los efectos de la abstinencia y las posibles alternativas de tratamiento. El único tema señalado entre aquellos y aquellas encuestados para quienes las experiencias fueron tanto positivas como negativas, fue «la medicación es buena a corto plazo, pero mala a largo plazo”.

De acuerdo con los autores, el amplio rango y la elevada frecuencia de efectos adversos informados (adormecimiento/sedación emocional, aumento de peso y disfunción cognitiva), son ampliamente consistentes con estudios previos, por lo que consideran primordial abordar la incidencia y la gravedad de los efectos de la abstinencia. Otra área que, a su juicio, necesita un mayor enfoque son los efectos negativos a largo plazo, señalados por algunos participantes, incluso mucho tiempo después de dejar la medicación.

El informe pone de relieve el hecho de que las opiniones negativas no se basaron solo en los efectos adversos de la medicación prescrita, sino que, gran parte hacía también referencia a la insatisfacción con las interacciones con el/la profesional que prescribió el medicamento o con los servicios de salud mental en general. Algunos/as participantes revelaron que no se les habló de otras alternativas a la medicación antipsicótica, unos resultados que, según los autores, concuerdan con otros estudios que muestran cómo los profesionales «a menudo son reacios a considerar la reducción de la dosis o a proponer enfoques alternativos a los antipsicóticos». En este punto, el estudio recuerda que no informar completamente a las personas sobre los efectos adversos constituye una violación del principio ético fundamental del consentimiento informado.

Otro hallazgo particularmente preocupante es la correlación que se detecta entre la edad avanzada y puntuaciones más negativas, principalmente, dado “el incremento inapropiado de uso «off label» de antipsicóticos en personas mayores, especialmente aquellas que se encuentran bajo cuidados”.

Los autores del estudio concluyen recordando que formular preguntas abiertas permite obtener una visión más profunda sobre experiencias en primera persona de los usuarios y las usuarias, que las respuestas a preguntas específicas predeterminadas por los investigadores. Asimismo, subrayan la importancia de que el personal médico preste más atención a la trascendencia de establecer relaciones respetuosas y colaborativas con los pacientes, ofreciendo en el momento de la prescripción, una gama completa de información sobre los antipsicóticos, incluyendo los posibles riesgos y beneficios, las dificultades para retirar la medicación y otros tratamientos alternativos eficaces, como las terapias psicológicas.

A este respecto, manifiestan que las alternativas a los medicamentos antipsicóticos pueden tener resultados igualmente buenos o mejores, poniendo como ejemplo, el marco de atención Open Dialogue (un modelo revolucionario en la atención en salud mental en la medida en que el tratamiento psicológico, sin fármacos, es el centro de la intervención, y los pensamientos y conductas de la persona son interpretados como estrategias de respuesta a situaciones difíciles, lugar de síntomas de una enfermedad), el Movimiento Escuchando Voces (Hearing Voices Network) (que propone una reinterpretación del fenómeno de la escucha de voces y la percepción social sobre las personas que la experimentan), o elestablecimiento de opciones de tratamiento sin drogas promovido por el Gobierno de Noruega, entre otros.

Fuente:  Read, J., y Sacia, A. (2020). Using Open Questions to Understand 650 People’s Experiences With Antipsychotic Drugs. Schizophrenia Bulletin, (publicado online 12 de febrero de 2020). https://doi.org/10.1093/schbul/sbaa002

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