52 años, mujer y pasando el confinamiento con la pareja, es el perfil de las personas que llaman a los teléfonos de atención psicológica del COPCV

5 May 2020

COP Comunitat Valenciana

Amparo, 54 años, vive con su pareja. Las primeras semanas aparentemente, llevaba bien el confinamiento pero con el paso de los días, siente que ya no puede más con la situación. Se siente responsable por no poder atender a sus padres que son mayores, viven solos y a los que apenas ve un momento a la semana para llevarles la compra. Su hija, está a kilómetros de distancia y además de echarla de menos, está preocupada por ella y le sabe mal que esté pasando el estado de alarma sola.

Este es un nombre ficticio pero el relato, representa al grueso de las llamadas recibidas en las dos líneas telefónicas, de atención a la ciudadanía y acompañamiento al duelo (tel. 960 450 230), y profesionales sanitarios, cuerpos de seguridad y otros intervinientes (tel. 960 450 231), habilitadas por el Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana.  Durante el primer mes, los 40 psicólogos y psicólogas de emergencias han realizado alrededor de 1.000 intervenciones, evidenciando que a medida que avanzan las semanas de confinamiento, el número de consultas ha ido en aumento.

Los principales motivos de la consulta teniendo en cuenta que una persona puede presentar más de uno, han sido: 65% ansiedad, 27% depresión, 21% problemas familiares, 12% orientación para personas con diagnóstico previo en salud mental, 11% duelo. En la mayoría de los casos, la persona que llama es la que solicita el servicio y lo hace cuando está desbordada emocionalmente. Respecto a los conflictos familiares, “Son principalmente, problemas cotidianos pero que los usuarios explican que les superan al estar 24 horas en casa”, informa Txema Toribio, coordinador del servicio telefónico y de Psicólogas y Psicólogos sin Fronteras (PsF). “Las situaciones que plantean –continúa- están relacionadas con adolescentes y la imposibilidad de pautar su acceso a internet o establecer otras normas de convivencia. Los adultos que llaman lo hacen cuando ya no encuentran alternativas para gestionar la relación con sus hijos”.

En cuanto a la descripción sociodemográfica, la media de edad se sitúa en los 52 años,  el 75% son mujeres, y el 39% de las personas que llaman están pasando el confinamiento en pareja seguido de los que lo hacen con un hijo/a (37%), solos/as (32%), o con la madre o padre (16%).

En media hora, que es el promedio de cada una de las llamadas, los profesionales de la Psicología escuchan a la persona que hay al otro lado del teléfono permitiendo la ventilación emocional y haciéndole sentir que no está sola. “Parte de la ansiedad baja al hablar con nosotros”, comenta el coordinador de PsF. A medida que avanza la conversación y se establece un vínculo de apoyo, “les ofrecemos técnicas afrontamiento de estrés como que creen un espacio o tiempo de autocuidado, o pautas de respiración para manejar la ansiedad, por ejemplo”. También orientamos a las personas en relación a otros recursos a los que pueden acceder.
De las 1.000 intervenciones, el 50% corresponden a orientación psicológica mientras que el otro 50% es de atención psicológica.

“Hablamos de orientación cuando con una única llamada la persona se siente mejor y consideramos que puede ser suficiente. En cambio, cuando la situación es más compleja,  ofrecemos hacerle un seguimiento. Cuando esto sucede, ya hacemos referencia a atención psicológica”, explica Toribio. “Las tres primeras semanas se hacían más orientaciones pero a partir de ésta, la tendencia se invierte”, cometa Toribio.

Los sanitarios se están olvidando de ellos mismos, la crisis “les pasará factura”

En este tiempo, se ha mantenido una tendencia de mayor demanda en la línea telefónica que ofrece atención a la ciudadanía y acompañamiento al duelo (tel. 960 450 230) frente a la línea  destinada a  profesionales sanitarios,  cuerpos  de seguridad y otros intervinientes (tel. 960 450 231). El 86% frente al 14%, respectivamente. Para Mariano Navarro Serer, coordinador de Psicoemergencias Comunidad Valenciana, entidad que colabora en el dispositivo, estos datos “indican que todos los sanitarios están centrados y volcados, desde el principio de la crisis, exclusivamente en la atención de los pacientes y se están olvidando de escucharse a sí mismos, es decir, de sus propias necesidades, lo que entraña un grave riesgo ya que cuando se suavice la tensión ante la pandemia, si no hacen un ejercicio introspectivo, les va a pasar una factura tremenda”. Navarro hace hincapié en que además, los profesionales que llaman, lo hacen para pedir asesoramiento para poder ayudar a sus pacientes o a los familiares de los enfermos. “Los sanitarios tienen que darse permiso para ser atendidos, para poder ser sostenidos ante la carga emocional que arrastran durante todo este tiempo de intervención, mientras que la obligación de la administración, es poner en sus manos, los recursos para atender todas sus necesidades. Mi queja y la de la mayoría de compañeros del dispositivo y así como de psicólogos de emergencias, clínicos y sanitarios, es que la administración no nos ha tenido suficientemente en cuenta ya que la atención psicológica que estamos dando en esta pandemia es básicamente, a través de teléfonos como los del COPCV y el psicólogo debería de haber estado mucho más implicado desde el ámbito asistencial al organizacional. Tendríamos que haber formado parte del diseño de protocolos, en los hospitales, en las UCI’s, en la comunicación de malas noticias…ya que somos un recurso fundamental para atender a las familias, efectuar la comunicación adecuada ante pérdidas dramáticas, con duelos hipercomplicados, etc. Todo esto se podría haber minimizado con la presencia del profesional de la Psicología como parte del profesional sanitario. Sabemos que en algunos hospitales algo se ha hecho pero sin duda, nuestra presencia debería de estar siendo mucho mayor”, asevera Navarro. 

Ante el aumento de trastornos, los psicólogos reclaman diseñar protocolos de intervención psicológica, reforzar las redes de Salud Mental y la Atención Primaria con psicólogos clínicos

Un reciente estudio, realizado por la Sociedad China de Psicología en la ciudad de Wuhan, encontró que ‘un 42,6% de 18.000 ciudadanos chinos analizados dieron síntomas de ansiedad relacionada con el coronavirus. Un 16,6% de 14.000 examinados mostraron indicios de depresión en distintos niveles de gravedad’. Desde el Consejo General de la Psicología (COP) se asegura que las tasas de estos trastornos en la población general se han multiplicado por dos e incluso por tres y, en personal sanitario e interviniente, sabemos que podría ser aún más grave.

“Es previsible – comenta Francisco Santolaya, Presidente del COP y Decano del COPCV- que tanto en la población general, como en el personal sanitario, se incrementen las depresiones, la ansiedad y el estrés postraumático. Por ello es necesario establecer planes de acción para atender eficaz y eficientemente el aumento de demandas que en este sentido se producirán, evitar la cronificación y anticiparnos a las dramáticas secuelas psicológicas en profesionales imprescindibles en nuestro sistema sanitario, en la red de atención a personas mayores y otros colectivos vulnerables es una necesidad incuestionable y una acción responsable”.

Para poder dar una cobertura adecuada y universal, “es imprescindible que los responsables de la salud de los españoles elaboren un plan integral para hacer frente al más que previsible incremento de sus necesidades de salud mental y esto pasa por diseñar protocolos de intervención psicológica, reforzar las redes de Salud Mental de todas las CC.AA., así como la Atención Primaria con psicólogos clínicos”, concluye Santolaya.

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