La hiperconectividad laboral impacta directamente en la salud mental y el bienestar de los trabajadores
02 Dic 2025

El avance acelerado de las tecnologías de la información y la comunicación ha transformado de manera profunda los entornos de trabajo, modificando no solo la naturaleza de las tareas, sino también las condiciones psicológicas y sociales bajo las cuales se desempeñan las personas trabajadoras. En este contexto, la hiperconectividad emerge como un fenómeno que genera consecuencias significativas sobre la salud mental, la carga cognitiva, el bienestar psicológico, la fatiga y los riesgos psicológicos y sociales asociados al estrés, la ansiedad, la depresión y la sobrecarga mental.

Así lo indica el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en su informe sobre la hiperconectividad y la salud mental en el ámbito laboral, donde se analiza detalladamente cómo la disponibilidad permanente, la urgencia de respuesta, la saturación de información y las interrupciones constantes afectan al rendimiento, la productividad, la eficacia, el equilibrio personal y la conciliación entre la vida laboral y familiar.

Digitalización y riesgos psicológicos y sociales.

El documento parte de una constatación clara: la digitalización del trabajo ha supuesto beneficios organizativos —como el ahorro de costes, la ocupación más eficaz de los tiempos laborales, la mejora del rendimiento y la posibilidad de flexibilizar los modelos de trabajo, incluido el teletrabajo—, pero también ha generado nuevos riesgos psicológicos y sociales que afectan directamente a la salud mental. Entre ellos, destacan el conflicto trabajo-familia (dificultad para conciliar), el tecnoestrés, la tecnoinvasión, conceptos como el agotamiento descritos en la literatura científica, la fatiga emocional y cognitiva, las alteraciones del sueño, el malestar psicológico y la disminución del bienestar.

estrés laboral
Fuente: freepik. Autor: creativeart. Descarga: 18/07/23.
Una disponibilidad permanente que aumenta la carga mental.

La hiperconectividad laboral se define en el informe como una situación de disponibilidad permanente, caracterizada por la conexión constante a través de dispositivos tecnológicos, lo que difumina los límites entre el trabajo y la vida personal, prolonga la jornada laboral, multiplica la carga mental y aumenta la presión percibida por responder de inmediato a demandas y solicitudes. Según expone el INSST, esta realidad perpetúa la sensación de urgencia, reduce la autonomía temporal, incrementa la exigencia psicológica y genera un contexto donde la saturación informativa, la multitarea y las interrupciones persistentes elevan los niveles de estrés, ansiedad y demanda cognitiva.

La cultura del «siempre conectado» y el bienestar psicológico.

El documento explica que, aunque las TIC han permitido formas de trabajo más flexibles, capaces de facilitar la conciliación, el equilibrio y la autonomía, esta flexibilidad ha dado paso en muchos casos a una cultura organizacional que normaliza el «siempre conectado», lo que incrementa la exposición a factores de riesgo psicológico y social. El fenómeno de la conectividad ubicua, que permite mantener tareas digitales en cualquier momento y lugar, se ha convertido en una fuente de estrés sostenido y problemas de salud mental. La literatura citada por el INSST muestra que el trabajo suplementario asistido por tecnología, la telepresión laboral y la dificultad para desconectar están estrechamente asociados con síntomas depresivos, ansiedad generalizada, estrés prolongado y reducción del bienestar psicológico.

Impacto de la hiperconectividad en el sueño.

Uno de los efectos más preocupantes destacados en el informe es el impacto de la hiperconectividad en el sueño. El insomnio, entendido como la dificultad mantenida para conciliar y mantener el sueño, así como la afectación de su calidad y duración, aparece como un problema directamente relacionado con la exposición continuada a situaciones de conexión permanente.

El insomnio no solo repercute en la salud física y mental, sino que deteriora el funcionamiento cognitivo, dañando la atención simple y compleja, la memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento y el razonamiento, lo que influye directamente en la productividad laboral y en el riesgo de accidentes. A largo plazo, el insomnio se asocia con enfermedades cardiovasculares, alteraciones inmunológicas y un aumento del absentismo.

Interrupciones constantes, infoxicación y sobrecarga mental.

El informe enfatiza también la relación entre hiperconectividad, estrés y carga de trabajo. Las interrupciones tecnológicas constantes (como mensajes, llamadas, correos electrónicos, notificaciones, etc.) generan una fragmentación de las tareas, dificultan la concentración, incrementan la percepción de sobrecarga mental y prolongan los tiempos necesarios para completar las actividades asignadas. Este fenómeno, conocido como «infoxicación», aumenta la sensación de que el tiempo disponible es insuficiente, lo que incrementa la presión emocional y cognitiva. Ante esta realidad, la carga de trabajo se transforma en una exigencia psicológica y social que sobrepasa la capacidad de recuperación personal, afectando a la salud mental y disminuyendo la eficacia y el rendimiento.

Tecnoestrés: tecnoansiedad, tecnofatiga y tecnoadicción.

Otro aspecto clave que analiza el informe es el tecnoestrés, un riesgo psicológico y social vinculado a la exposición continua a las TIC. El tecnoestrés se manifiesta a través de la tecnoansiedad, la tecnofatiga y la tecnoadicción. La tecnoansiedad aparece en personas que experimentan tensión, ansiedad o miedo al uso de tecnologías; la tecnofatiga se vincula al cansancio mental y físico derivado del trabajo digital intensivo, y la tecnoadicción al uso compulsivo y poco controlado de dispositivos y plataformas. El INSST señala que estos componentes del tecnoestrés están directamente relacionados con estados de ansiedad, depresión, estrés psicológico y alteraciones en el bienestar emocional.

Teletrabajo, conciliación y conflicto trabajo-familia.

En lo relativo a la conciliación, el informe destaca que la hiperconectividad aumenta el conflicto trabajo-familia, ya que la disponibilidad constante genera una extensión no regulada de la jornada laboral y dificulta la desconexión durante el tiempo personal. El teletrabajo y los modelos híbridos, aunque ofrecen mayor autonomía en la gestión del tiempo, también contribuyen a ampliar la exposición a riesgos psicosociales cuando las demandas tecnológicas no están adecuadamente reguladas. En este contexto, los modelos flexibles pueden volverse contraproducentes y perjudiciales para la salud mental cuando la organización no establece límites claros, criterios de desconexión digital y estrategias preventivas eficaces.

Diferencias por sector, edad y sexo.

El estudio identifica diferencias relevantes entre sectores profesionales, señalando que el sector educativo muestra mayor grado de hiperconectividad, y, sin embargo, otros sectores presentan mayor probabilidad de sufrir ansiedad, como el sector financiero y el industrial, y depresión, como los sectores científico e industrial, lo que se traduce en peores índices de bienestar psicológico.

También se observan diferencias según edad y sexo: las mujeres hiperconectadas presentan mayor probabilidad de experimentar bajo bienestar psicológico, insomnio, síntomas depresivos y ansiedad, lo que coincide con los patrones globales de salud mental descritos por la literatura científica. La población más joven, por su parte, tiende a estar más expuesta a un uso intensivo de tecnologías, lo que incrementa el riesgo de tecnoestrés y deterioro emocional.

Productividad, rendimiento, absentismo y presentismo digital.

El impacto de la hiperconectividad sobre la productividad y el rendimiento recibe también una atención detallada en el informe. La acumulación de interrupciones, la sobrecarga cognitiva y la intensificación del trabajo disminuyen la eficacia en la realización de tareas, afectan a la calidad del desempeño y generan un aumento de errores y necesidad de retrabajo. Estos efectos tienen un coste directo sobre la organización, no solo en términos de productividad, sino también en costes derivados del absentismo, el presentismo y la disminución de bienestar psicológico. El presentismo digital —trabajar conectado incluso cuando no se está en condiciones de hacerlo— contribuye al desgaste psicológico y se asocia con síntomas depresivos y de ansiedad.

Factores psicológicos y sociales, clima laboral y apoyo organizacional.

A nivel psicológico y social, el informe subraya que la hiperconectividad puede dañar factores clave de protección en el entorno laboral, como las relaciones sociales, el apoyo organizacional y la calidad del clima laboral. La reducción de interacciones presenciales, la presión por responder de inmediato y la expectativa de disponibilidad permanente generan tensiones interpersonales, afectación del bienestar psicológico y del funcionamiento cognitivo y sensación de aislamiento. En este sentido, los riesgos psicológicos y sociales derivados de la hiperconectividad deben abordarse de manera integral, incorporando medidas de prevención, intervención y regulación.

Necesidad de prevención, desconexión digital y evaluación psicológica y social.

El INSST insiste en que la naturaleza compleja de la hiperconectividad requiere avanzar hacia una definición estandarizada del fenómeno y desarrollar instrumentos de medición validados que permitan evaluar sus dimensiones psicológicas, cognitivas y psicosociales. La identificación rigurosa de sus efectos sobre la salud mental es esencial para implementar estrategias preventivas eficaces, que incluyan técnicas de gestión del tiempo, mecanismos de desconexión digital, límites claros en la disponibilidad, formación en uso saludable de tecnologías, rediseño de la carga de trabajo y fortalecimiento del apoyo organizacional.

Conclusiones.

El informe concluye que la hiperconectividad laboral constituye un riesgo emergente que afecta de manera significativa al bienestar, la salud mental, la carga cognitiva y emocional, el rendimiento y la conciliación de quienes trabajan, y que las organizaciones deben adoptar estrategias preventivas para garantizar entornos de trabajo saludables y sostenibles.


Se puede acceder al informe completo desde la página web del INSST o bien directamente aquí:

Estudio sobre la hiperconectividad y la salud mental en el ámbito laboral

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