GRUPO DE INTERÉS DE PSICOLOGÍA DE LA REPRODUCCIÓN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FERTILIDAD

30 Ago 2006

Diana Guerra

IVI Barcelona

La medicina moderna afronta la resolución de los problemas de salud de la población, desde un abordaje multidisciplinar. La alteración, en mayor o menor medida, de las esferas biológica, psicológica y social de los sujetos, hace imprescindible su enfoque a través de un equipo de profesionales, expertos en áreas diversas, y coordinados hacia un mismo objetivo.

En el caso de la Medicina de la Reproducción, los factores psicológicos y sociales hacen necesaria una respuesta no sólo biológica, sino también a través de la actuación de otros especialistas no médicos. En ese sentido, se hace necesaria una organización de circuitos asistenciales, multidisciplinares, que posibilite las diferentes competencias y responsabilidades, hacia una atención integral de los usuarios (a partir de ahora, pacientes).

Las actuales directrices que rigen los Centros de Reproducción Asistida, en Europa y Estados Unidos, enfatizan el que las parejas, o pacientes en general, perciban también la calidad asistencial a través del cuidado social y anímico.

 

Para ello es imprescindible que todos los miembros del equipo terapéutico desarrollen al máximo su capacidad y habilidades, creando un ambiente positivo centrado en el paciente, lo que exige sensibilidad y comprensión hacia la dimensión psico-social de la esterilidad, y no sólo hacia el éxito biológico de la reproducción.

La mayoría de los resultados obtenidos hasta la fecha sobre el éxito de la atención psicológica en los resultados biológicos, medidos en porcentaje de embarazos, son contradictorios, aunque indican una probabilidad menor de conseguir una concepción o una mayor probabilidad de aborto espontáneo en mujeres que presentan problemas o trastornos psicológicos y/o psiquiátricos. Los resultados de estos estudios subrayan la importancia de considerar los factores psicológicos en la selección de pacientes para tratamientos de esterilidad y la aplicación de intervenciones psicológicas antes de los tratamientos médicos, lo que pudiera ser de utilidad para reducir el malestar y el deterioro psicológico de los pacientes.

También se hace evidente la importancia que supone ofrecer programas de Medicina Conductual, como son los grupos terapéuticos, para aumentar el grado de satisfacción respecto al tratamiento de las parejas y, por lo tanto, aumentar la probabilidad de repetición de ciclos de tratamiento.

Sin embargo, la evidencia de que el porcentaje de concepciones sea mayor después de una intervención psicológica es todavía poco convincente. En los trabajos mencionados se pudo demostrar que el porcentaje de concepciones de las parejas que entraron en los programas de Medicina Conductual era equivalente al de la población general, pero al no utilizarse un grupo control en condiciones homogéneas, no se pudieron obtener resultados concluyentes sobre esta cuestión. 

El Grupo de Interés de Psicología en Medicina Reproductiva de la Sociedad Española de Fertilidad se propone actualmente incrementar el conocimiento y comprensión de los aspectos psicológicos y emocionales de la salud reproductiva. Estos profesionales están involucrados en la educación del público en general y de la comunidad profesional; así como también en la investigación que ayuda a responder los cuestionamientos que esta nueva tecnología reproductiva presenta. 

Siguiendo las indicaciones europeas a este nivel, se quieren realizar protocolos que ayuden a los Centros de Reproducción Asistida a facilitar una buena atención centrada en el paciente, así como a conocer y tener directrices sobre la mínima intervención emocional necesaria al paciente infértil.

El apoyo o cuidado centrado en el paciente

La consulta de infertilidad difiere de otras consultas obstétricas y ginecológicas centradas en un proceso mórbido, y se caracteriza por:

1) Estar centrada en un deseo o meta no satisfecho. La asistencia psicológica no se va a centrar pues, en llegar a un diagnóstico psicopatológico, sino en cuantificar el sufrimiento subjetivo en función de las características personales y psico-sociales del paciente.

2) El deseo de tener éxito, lo que se materializa en una segunda o tercera persona, aún inexistente, por lo que no puede ser incluida en el proceso de toma de decisiones ni en el tratamiento.

 Existen muchos aspectos éticos específicos, derivados de la ausencia de esa persona-objetivo. Algunas cuestiones esenciales a considerar son: el ambiente familiar en el cual va a nacer un niño concebido a través de la reproducción asistida, su posterior desarrollo y cualquier posible contradicción o conflicto entre los deseos de los pacientes y los presuntos intereses del niño.

3) La instauración de un tratamiento protocolizado, en ocasiones cíclico ante el fracaso puntual.

Este proceso, de larga duración y de tomas de decisión reiteradas, con frecuencia crea un estrés emocional específico, acompañado no pocas veces de decepción, y en muchas ocasiones, de desesperación.

4) Los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, en el área de la Medicina de la Reproducción, tienen un impacto importante sobre la vida personal de los pacientes, desde el momento en que el sentimiento de enfermedad es muy relativo en ellos.

El objetivo principal que suelen plantearse tanto profesionales como pacientes, en los Centros de Reproducción Asistida es el de conseguir un embarazo a término. Ante esta realidad existe el peligro de que el impacto emocional de la esterilidad sea minimizado y que el problema se reduzca meramente a su abordaje médico o biológico.

Trabajando en aspectos relacionados, existe un grupo que funciona a nivel europeo, el Grupo de Psicología y «Counselling» de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) que ha publicado unas Guías para el Apoyo Psicológico en Infertilidad en las que se recomienda atender las necesidades psico-sociales y emocionales de los pacientes, además de los procedimientos médicos necesarios, distinguiendo dos tipos de intervención:

1. El cuidado centrado en el paciente» (patient-centered care), que se refiere al apoyo emocional que cualquier miembro del equipo de reproducción asistida debiera proporcionar mediante su comprensión y apoyo ante los eventos estresantes, como por ejemplo, la notificación de un test de embarazo negativo.

2. La ayuda psicológica profesional, que debe realizar un profesional de la Salud Mental y que, se considera, debiera ser ofrecida sistemáticamente en los Servicios de Reproducción Humana asistida.

El objetivo básico de cualquier apoyo psicológico (sea éste centrado en el paciente o de tipo profesional) es el de asegurar que los pacientes comprendan las implicaciones de sus opciones de tratamiento, reciban el suficiente apoyo emocional y puedan enfrentarse de manera saludable a las consecuencias de la experiencia de infertilidad o esterilidad. Se cree que un enfoque más holístico de la atención al paciente puede mejorar los resultados de salud, incrementar la satisfacción del paciente y la del equipo, reducir las reacciones psico-sociales negativas y ayudar a los pacientes a aceptar sus experiencias.

El Grupo de Interés ha sido desarrollado con el fin de alcanzar los objetivos mencionados, mostrando las vías para integrar la atención centrada en el paciente en las actividades diarias del equipo médico y, al mismo tiempo, hacer uso de la asesoría e intervención profesional para satisfacer cualquier necesidad excepcional de los pacientes.

Formación e implementación de la Atención Centrada en el paciente dentro del Servicio de Medicina de la Reproducción

Las Guías para el Apoyo Psicológico en Infertilidad han sido discutidas y consensuadas por expertos procedentes de diferentes países. El esfuerzo de este equipo ha generado una serie de directrices que incluyen el consejo sobre aspectos psico-sociales con los que se que enfrentan las parejas infértiles y el enfoque que deben adoptar los asesores de diferentes países.

Las Guías han sido elaboradas tanto para el personal médico como para el resto de profesionales implicados, incluidos los profesionales de salud mental, con el objetivo de dar respuesta global a las necesidades de los pacientes.

La formación de la totalidad de los miembros del equipo en el apoyo emocional a los pacientes, consiste en el aprendizaje de esas directrices, impartido por una persona entrenada, así como en el seguimiento y revisión sistemática del resultado de su implantación.

El programa de formación e implementación propuesto por el Grupo, incluye:

a. La formación de los profesionales del centro sobre las habilidades y la resolución de cada uno de los puntos mencionados en las mismas Guías. Los aspectos emocionales, tanto de los pacientes como de los propios profesionales, así como los legales, los puramente técnicos o la mejora de la calidad asistencial, deben ser abordados en una primera etapa.

El objetivo es crear un foro donde puedan ser tratados aquellos temas, que hasta el momento no tenían contenido dentro del Grupo Médico, y en los que se considerará la perspectiva del psicólogo, de la enfermería, de los técnicos de laboratorio, de los biólogos, la relación equipo-paciente, el rol de los diferentes profesionales integrantes del equipo, y la atención que se está dispensando al paciente desde un punto de vista emocional.

b. La supervisión por parte del experto en apoyo emocional de que se está realizando la atención adecuada, mediante la observación y el aporte de estrategias de role-playing o resolución de problemas en aquellos casos que parezca necesario.

c. La prevención de posibles dificultades emocionales a través de información y de la enseñanza de estrategias de afrontamiento mediante Grupos de Medicina Conductual.

Con estos programas de Medicina Conductual se ha logrado reducir los niveles de estrés experimentados por estas parejas. Estos estudios ponen en evidencia que, tras un tratamiento conductual para el aprendizaje de la respuesta de relajación en parejas con esterilidad, se consigue una reducción de la ansiedad, depresión, agresividad y fatiga, mientras que incrementa su sensación de bienestar.

Nuestro grupo (Guerra y Zariquiey) pudo demostrar un elevado número de éxitos definidos a través de los embarazos tras la aplicación de estos programas. En este estudio se observó que la disminución de la ansiedad y el aumento del grado de satisfacción con el tratamiento de los pacientes que asistieron al Programa de Medicina Conductual, era mayor que el de los pacientes en tratamiento en el mismo Servicio de Medicina de la Reproducción que no asistieron a los grupos terapéuticos. Las parejas que refirieron un mayor grado de satisfacción repitieron más ciclos que aquellos que habían puntuado más bajo en el grado de satisfacción con el tratamiento.

Estos grupos pueden ser eficaces para la detección de «posibles casos». Los resultados de este estudio y otros subrayan la importancia de considerar los factores psicológicos en la selección de pacientes para tratamientos de esterilidad y de la aplicación de intervenciones psicológicas, antes de los tratamientos médicos, lo que pudiera ser de utilidad para reducir el malestar y el deterioro psicológico de los pacientes.

d. La oferta de Grupos de Apoyo en el mismo Servicio o fuera de él (Asociaciones de pacientes).

Una de las mayores dificultades con las que se encuentran las parejas que inician una vía de solución tras un diagnóstico reciente de esterilidad, es la falta de información sobre las ofertas existentes, así como de criterios homogéneos que, de alguna manera, garanticen la viabilidad y la fiabilidad del tratamiento que se les ofrece.

En realidad, existe todavía una cierta desinformación en la población general sobre lo que significa la esterilidad. En muchas ocasiones, a una persona estéril, le resultará difícil explicar en su entorno que tiene dificultades para reproducirse, dado que existen muchos mitos y tabúes relativos a la esterilidad. Los afectados refieren sentimientos de aislamiento y de poco apoyo social, resultándoles muy beneficioso conocer a otros en su misma situación y poder asistir a sesiones en las que se les enseña a afrontar problemas relacionados con la esterilidad.

e. La evaluación sistemática de la satisfacción de los pacientes en cuanto a apoyo emocional por parte del equipo se refiere, mediante cuestionarios de satisfacción percibida.

La intervención del psicólogo 

El deseo de tener un hijo es el producto de un desarrollo individual. El desear un hijo no es sólo una necesidad vivida de forma profunda y originada por un instinto individual, sino que también depende del desarrollo de la personalidad, del nivel sociocultural, de factores económicos, de cambios biográficos individuales, de las creencias de las personas implicadas, de los procesos interpersonales entre la pareja, y de la dinámica familiar.

Estos factores psicosociales moderan el deseo que uno pueda tener por un hijo. Si no se consigue este deseo y se presenta un problema de infertilidad-esterilidad, esta situación puede suponer la aparición de dolor y sufrimiento emocional. La revisión de la literatura existente indica que entre el 25% y el 65% de los pacientes que asisten a las clínicas de esterilidad presentan síntomas psicológicos de significación clínica, principalmente de ansiedad. Si se considera, que entre la población general, un 3-5% de personas, tienen dificultades psicopatológicas actuales o pasadas, el riesgo de que aparezcan problemas al someterlas a procesos de Reproducción Asistida y reaparezcan patologías anteriores es muy alto.

La influencia de la «psique» en la fertilidad humana y la esterilidad de causa psicógena sigue siendo todavía infravalorada por muchos de los que se dedican a este campo. El rol del estrés psicológico en la concepción sigue siendo poco claro y muy controvertido. Pero existen algunas teorías que defienden la influencia de la situación estresante como causa de esterilidad. En muchos casos podrían ser pacientes a los que se etiqueta como Esterilidad de Origen Desconocido (EOD).

La proporción de parejas estériles con una etiología desconocida ha disminuido con el incremento de la sofisticación en el diagnóstico médico, tanto para las mujeres como para los hombres. Sin embargo, se cree que, dentro de este grupo, los factores psicológicos pueden jugar un papel importante. Algunos autores han descrito que los factores emocionales son responsables de esterilidades de causa desconocida en un 5% de los casos.

 

Algunos trabajos presentan datos que indican asociaciones muy complejas entre variables psicológicas y peculiaridades biográficas que pudieran tener efectos positivos y negativos en los porcentajes de embarazo. Es por esta razón que se han hecho intentos sistemáticos para determinar cuáles son las dificultades experimentadas por las parejas estériles.

En el contexto clínico, es de gran importancia poder establecer unas bases correctas que permitan la afluencia de pacientes a los servicios necesarios, y en el caso de trastornos psicológicos, esto pasa por la capacidad de poder detectar aquellos síntomas que denoten la necesidad de un abordaje por parte del psiquiatra o del psicólogo.

En una investigación llevada a cabo por nuestro equipo, se observó que de la población de parejas estériles entrevistadas, aunque no derivadas desde el Servicio de Medicina de la Reproducción al de Psicosomática, el 61% de mujeres y el 21% de hombres presentaban un trastorno psiquiátrico según criterios de la Sociedad Americana de Psiquiatría. Los resultados del estudio llevado a cabo por nuestro equipo, y otros similares, subrayan la importancia de considerar los factores psicológicos en la selección de pacientes para tratamientos de esterilidad y de la aplicación de intervenciones psicológicas antes de los tratamientos médicos, y que pueden ser detectados a través del screening realizado durante los Grupos de Medicina Conductual.

La toma de decisiones es una parte integral de la experiencia de la infertilidad y esterilidad. Existen opciones, como la Fecundación in vitro, la donación de esperma o de óvulos, las técnicas quirúrgicas y otras muchas actuaciones que pueden producir diferentes reacciones en cada uno de los miembros de la pareja. El miembro de la pareja al que se le haya diagnosticado un problema médico específico puede encontrarse más (o menos) afectado emocionalmente. En cualquier caso, por lo general, ambos miembros o en algunos casos mujeres solas (que acuden a Inseminación Artificial de Donante) pueden expresar una serie de emociones ante la experiencia de la esterilidad: shock, ansiedad, negación, sensación de fracaso, y depresión.

Las demandas y dificultades inherentes a un tratamiento de la esterilidad afectarán indudablemente a las relaciones sexuales y de todos los ámbitos de la relación de pareja.

Pese a la importancia de las variables emocionales en la esterilidad, existen pocos estudios dirigidos a conocer el beneficio de los tratamientos psicológicos en las parejas estériles. Tan sólo 29 estudios, en 34 años, han evaluado la eficacia de la intervención psicológica en la esterilidad. En casi todos estos estudios se demuestra la eficacia de la intervención psicológica en al menos una de las variables emocionales y en el aumento del bienestar psicológico. La ayuda psicológica profesional que debe realizar un profesional de la Salud Mental y que se considera debiera ser ofrecida sistemáticamente en los servicios de reproducción humana asistida, consistiría idealmente en:

 

1. Evaluación sistemática de poblaciones de riesgo, según se han definido en las Guías de Apoyo Psicológico y se describen en la literatura:

a. Pacientes que obtienen una puntuación elevada en el «screening» psicopatológico que se realiza con regularidad a todos aquellos que solicitan TRA.

b. Evaluación y consejo de todas aquellas personas que intervienen en Reproducción asistida con «terceros»: mujeres solas o con pareja femenina, receptores de gametos, donantes de gametos y parejas derivadas a subrogación.

c. Mujeres de edad avanzada.

2. Tratamiento mediante intervención cognitivo-conductual de los trastornos o sintomatología diagnosticada.

3. Derivación al psiquiatra en el caso de considerar patología grave.

La intervención psicológica

El propósito de asesorar (realizar counselling) a los pacientes con alto grado de distrés estará en parte determinado por el marco teórico en el que la persona que realice ese asesoramiento trabaje. Los abordajes psicodinámicos podrían examinar de qué manera reaparecen las pérdidas pasadas a raíz del sentimiento de pérdida debido a la infertilidad, mientras que los abordajes cognitivo conductuales pueden querer centrarse en modificar cualquier patrón de pensamiento desadaptativo. A pesar de las diferencias teóricas y metodológicas, la mayoría estarían de acuerdo en que el objetivo final del «counselling» es ayudar al paciente a conseguir una mejor calidad de vida. El tipo de «counselling» que se le ofrezca al paciente (p. ej.individual, pareja, grupo) dependerá del paciente y la causa (s) de su distrés, así como de los recursos de la clínica.

Se han utilizado diversas estrategias para identificar pacientes con altos niveles de distrés. Algunas investigaciones han utilizado el «caso clínico» mediante la identificación de puntuaciones por encima de un punto de corte de alguna medida estandarizada de ajuste psicológico o psiquiátrico (p. ej. Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI)). Otras investigaciones han utilizado criterios diagnósticos para evaluar durante la entrevista clínica (p. ej. Diagnostic and Statistical Manual (DSM) –IV)) mientras que en otros estudios se han basado en el autoinforme de distrés subjetivo. Parece interesante que la incidencia de «casos» es la misma, sea cual sea el método utilizado (aproximadamente un 20%), lo cual sugiere la misma sensibilidad de todos estos. Sin embargo, en muy pocas clínicas utilizan una evaluación formal antes del tratamiento. Esto no es alarmante, dado que pudiéramos pensar que aproximadamente un 2% de pacientes también reciben asesoramiento, lo cual sugeriría que aquellos que necesitan ayuda son capaces de pedirla o son derivados por el staff clínico.

Los objetivos del asesoramiento a pacientes con alto grado de distrés son:

• facilitar la expresión de emociones,

• identificar la(s) causa (s) de distrés y

• proporcionar intervenciones para minimizar el distrés y ayudar a los pacientes a manejarlo mejor.

Dependiendo del marco teórico, se utilizarán diferentes metodologías para obtener estos objetivos. En definitiva, el paciente se sentirá mejor comprendido y más capaz de afrontar los obstáculos que el tratamiento de su infertilidad le plantee.

¿Quiénes y cuando pueden necesitar atención psicológica?

Cualquier paciente puede utilizar la atención psicológica profesional y todos los pacientes deberían tener asistencia para obtener la ayuda que crean necesitar. Sin embargo, la literatura identifica varios grupos que muestran mayor probabilidad de necesitar cuidado psicosocial o intervención psicológica especializada. Estos son:

a. Pacientes que utilizan gametos donados, surrogación y/o adopción para lograr la paternidad. Este tipo de reproducción asistida , que se ha dado en llamar «reproducción compartida con terceros» («third-party reproduction») plantea muchas reacciones psicológicas y aspectos que pueden ser discutidos y manejados mejor en el proceso de atención.

b. Los pacientes que experimentan mucho distrés. Comúnmente este distrés se manifiesta en depresión o ansiedad, pero puede ser manifestado con cualquier reacción afectiva negativa. Los pacientes consultan a menudo a los consejeros por distrés que alcanza niveles que interfieren con su vida habitual. Entre un 15% y 20% de pacientes infértiles suelen experimentar distrés en algún momento de su proceso de infertilidad (Boivin, 1999).

c. Los pacientes que se consideran «en riego» por sus antecedentes psicológicos o su perfil actual. Leiblum and William (1993) encontraron que la mayoría de clínicas rechazaban tratar pacientes o requerían un tratamiento previo o «counselling» a los pacientes que mostraban evidencias de abuso de sustancias, tuvieran antecedentes psiquiátricos (p. ej. esquizofrenia) o trastornos cognitivos (p. ej. trastorno profundo intelectual) o que presentaran bien desajuste severo en la relación matrimonial, bien discordia no resoluble en los aspectos del tratamiento. Los pacientes cuyas historias mostraron maltrato a niños eran rechazados para cualquier tratamiento.

d. Pacientes que requieren alguna forma de consejo genético como parte de su tratamiento de fertilidad (p. Ej. diagnóstico preimplantatorio). Estos pacientes pudieran querer evitar transmitir un trastorno genético a su descendencia, también analizar el embrión donado y/o adquirir información sobre el futuro niño (p.ej. selección de sexo). Todos estos procedimientos pueden hacer aparecer aspectos psicológicos que necesitan una mayor exploración que aquella que se da normalmente en el cuidado psicológico como parte de la rutina de la clínica (ver Hammer Burns & Covington, 1999 for a full discussion).

Es imprescindible atender la dinámica de relación de la pareja, o de la mujer sola, la sexualidad y las habilidades personales para afrontar los efectos psicológicos y emocionales ocasionados por el proceso.

Los pacientes que experimentan alto distrés serán motivo de atención de esta sección.

Factores de riesgo para un alto grado de distrés

Se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre los factores predictores de una adaptación baja entre los paciente infértiles. Estos factores de riesgo se dividen en varias categorías.

Personales

Los factores personales incluyen:

• antecedentes psicopatológicos (p.ej. trastorno de personalidad, depresión),

• infertilidad primaria,

• ser mujer,

• ver la paternidad como un objetivo central de la vida adulta y

• la utilización generalizada de estrategias de afrontamiento de evitación (p. ej. pensamiento mágico, fantasías)

Situacional o social

Los factores situacionales o sociales incluyen:

• pobre relación marital,

• red social pobre y

• situaciones o personas que recuerden a la persona su infertilidad (p.ej. reuniones familiares, mujeres embarazadas

Relacionados con el tratamiento

Los riesgos asociados al tratamiento incluyen:

• efectos secundarios asociados a la medicación (p. ej. fluctuaciones del humor),

• situaciones que amenacen conseguir el embarazo (p. ej. pérdida embrionaria, fallo del tratamiento) y

• los momentos de toma de decisiones (p. ej. el empezar y finalizar el tratamiento, reducción embrionaria) .

 

La combinación de varios factores es la que a menudo hace que el distrés sea muy alto. Algunos de estos factores son la causa de distrés por sí mismos (p. ej. la pérdida embrionaria) y cuando se combinan con otros factores de riesgo personales hacen que la experiencia de infertilidad sea difícil de manejar. Por ejemplo, finalizar un tratamiento puede ser muy estresante para la mayoría de pacientes, pero especialmente puede ser así para aquellos individuos con una historia de depresión o aquellos cuyo objetivo principal en la vida adulta sea ser padres. Es importante tener en mente que el riesgo que estos factores supone puede ser mitigado por la presencia de factores protectores como son una relación de pareja sólida o/ y un buen apoyo social. 

Pacientes que rechazan la ayuda

Algunos pacientes con alto grado de distrés pueden negarse a recibir atención psicológica. Puede haber numerosas razones que produzcan este rechazo, pero un estudio halló que la barrera principal para estos pacientes tuvo que ver con los aspectos prácticos de pedir ayuda (Boivin et al., 1999). Se demostró que muchos más pacientes utilizarían esta atención si fueran contactados de forma personal y si los pasos para obtener esta ayuda estuvieran muy claros. Otros pacientes rechazan la ayuda porque no reconocen esta necesidad. Por ejemplo, los pacientes que dirigen su rabia y desaprobación contra la clínica o el equipo, sin reconocer que estos sentimientos aparecen normalmente y son debidos a la infertilidad. En estos casos es importante reconocer las raíces de estas emociones y ayudar a los pacientes a reconocer las razones profundas de sus reacciones.

Conclusiones

La asistencia integral a la pareja estéril debe incluir el soporte psicológico desde el mismo momento en que ésta tiene conocimiento de su esterilidad. Ha sido demostrado repetidamente que las parejas estériles tienen problemas emocionales, no sólo atribuibles a su esterilidad, sino también debido a la propia búsqueda de soluciones y a las consecuencias del tratamiento elegido.

Lo que se ha llamado «el cuidado centrado en el paciente» puede ser un apoyo emocional que cualquier miembro del equipo de reproducción asistida debiera proporcionar mediante su comprensión y apoyo ante los eventos estresantes.

Por otro lado, la ayuda psicológica profesional a las personas que tienen alguna dificultad para reproducirse debiera ser ofrecida sistemáticamente en los servicios de reproducción humana asistida. Sería de desear que, como en otros países, ya se hubiera legislado la inclusión de la figura del psicólogo o del «consejero» en España. Así mismo, mediante la detección y tratamiento de las personas de «riesgo» psicopatológico, probablemente se evitarían ciclos de tratamiento que tuvieran pocas probabilidades de éxito y consecuentemente, aumentarían los porcentajes de embarazos en TRA.

En cualquier caso, es de vital importancia que las personas que tienen un problema de infertilidad o esterilidad preserven su salud mental, sea cual sea el resultado del tratamiento o de la vía de solución que utilicen.

Sobre la autora:

Diana Guerra es Dra. en Psicología y trabaja en IVI Barcelona. Preside, así mismo, la Asociación de Ayuda a la fertilidad «Genera» y es autora del libro Afrontar la Infertilidad: Una guía para pacientes, publicado en la editorial Planeta

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