AUTOEFICACIA PERCIBIDA EN EL ÁMBITO DE LA SALUD – ENTREVISTA A J. RODRÍGUEZ MARÍN

25 Sep 2006

Entre los días 21 y 23 de septiembre se ha celebrado en Benidorm el VI Congreso Internacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS-2006).

A través de diferentes actividades se han abordado de manera amplia los aspectos teóricos y aplicados más relevantes de los principales trastornos de ansiedad, así como sus relaciones con las emociones, los patrones de afrontamiento y, la salud en general, en distintos ámbitos de intervención.

Con motivo de la celebración de este congreso, Infocop Online ha entrevistado para sus lectores a Jesús Rodríguez Marín, Catedrático del Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Rodríguez Marín ha participado con la conferencia La auto-eficacia percibida como forma de afrontamiento del estrés y sus efectos en la salud.

ENTREVISTA

La auto-eficacia percibida, concepto acuñado por Bandura hace ya algunas décadas, ha tenido una gran aceptación y aplicación en diferentes ámbitos de intervención psicológica y, especialmente, en el ámbito de la salud. ¿Cómo se define hoy día el término y qué aplicaciones tiene en la actualidad? ¿Sigue siendo un concepto vigente en el ámbito de la salud?

El término de autoeficacia sigue siendo vigente, como hemos visto en la conferencia, pues a lo largo de casi 30 años se han desarrollado numerosas investigaciones en ámbitos como el dolor crónico, adicciones, desórdenes en la conducta de ingesta, o la rehabilitación física, entre otros, confirmando su papel influyente en la consecuención de objetivos de salud, tanto en relación con la realización de conductas preventivas por los propios sujetos como en el tratamiento de las propias enfermedades.

Usted ha hablado en su conferencia sobre la auto-eficacia percibida y su relación con las formas de afrontamiento y la salud. ¿Qué relación guarda este concepto con el estrés y la ansiedad?

Como se ve a lo largo de la conferencia, una persona que tiene una mayor autoeficacia sobre sus capacidades para realizar determinados comportamientos, está mejor preparada para el afrontamiento de las diferentes situaciones estresantes que se le puedan plantear, así como para analizar y canalizar mejor sus recursos.

Sin embargo, cuando sufrimos unos altos niveles de ansiedad, nos es mucho más difícil comprender la situación a la que nos enfrentamos y sobre todo, nos es difícil hacer una evaluación racional de nuestros recursos. Ello convierte, por tanto, también en más dificultoso el poner en marcha las mejores estrategias para solucionar o minimizar los efectos de la situación a la que nos enfrentamos.

Más concretamente, ¿cómo se puede incluir este concepto en las intervenciones psicológicas en el ámbito de la salud? ¿De qué manera el psicólogo puede fomentar la auto-eficacia percibida de pacientes, por ejemplo, con enfermedades crónicas o terminales?

 

En algunas de las investigaciones en las que nuestro equipo de investigación ha trabajado, hemos observado que la autoeficacia es un buen predictor del cumplimiento terapéutico, por lo que, si enseñamos a los sujetos estrategias para el manejo de la ansiedad, o para mejorar la autoestima, y hacemos además que los pacientes vayan siendo conscientes de los avances conseguidos gracias a su esfuerzo, podemos hacer que se mejore el índice de cumplimiento con las prescripciones terapéuticas.

En este mismo sentido, y respecto a las enfermedades crónicas, uno de los problemas a los que se enfrentan los médicos es que cuando la enfermedad tiene una duración importante, las personas dejan de esforzarse y de realizar todas las recomendaciones terapéuticas, por lo que es aquí donde una intervención en la mejora de la autoeficacia personal puede influir en el tratamiento de las enfermedades crónicas.

¿Qué consecuencias tiene la aplicación de la auto-eficacia para la salud general de la persona?

Tal y como he comentado anteriormente, una aplicación práctica puede ser en los aspectos relacionados con el cumplimiento de las prescripciones terapéuticas. Sin embargo y siguiendo la definición de salud de la O.M.S como «el estado de completo bienestar físico, psicológico y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades», hemos de entender que las personas que se vean más capaces de seguir unos determinados comportamientos de salud y por tanto traten de cumplirlos, y que, de este modo, perciban una recuperación no sólo psicológica sino, también, física, serán más saludables y mejorará su calidad de vida.

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS