PERSONALIDAD, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN EN PADRES DE PACIENTES CON UN TRASTORNO ALIMENTARIO

20 Dic 2006

Iñigo Ochoa de Alda (1), Alberto Espina (2) y Mª Asunción Ortego (2)

(1) Universidad del País Vasco (UPV/EHU), (2) Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil, Servicio Andaluz de Salud

Numerosos autores han señalado que los padres y las madres de hijas con un trastorno alimentario (TA) presentaban más trastornos afectivos y mayor neuroticismo que los padres y las madres de grupos controles, destacando el posible valor etiológico en la patología de las hijas.

 

Frente a los planteamientos en los que las alteraciones psicopatológicas y de personalidad de los padres y de las madres pueden jugar un papel etiológico en los TA, otros autores han planteado la cuestión en sentido inverso, es decir, la patología de las hijas pueden ser la causa de las alteraciones de padres y madres, resaltando la carga que representa para la familia el tener un miembro con una enfermedad psiquiátrica.

Es importante diferenciar entre carga objetiva y subjetiva. La carga objetiva se refiere a los problemas prácticos como las alteraciones en la vida familiar, el aislamiento social y las dificultades económicas. La carga subjetiva hace referencia a las reacciones que los miembros de la familia experimentan, por ejemplo, ansiedad, depresión y sentimientos de pérdida.

Sea causa o efecto del trastorno alimentario de las hijas, conocer el alcance de la patología ansiosa y depresiva, y las características de personalidad de padres y madres, sigue siendo un tema poco estudiado y que posee su importancia en la prevención y tratamiento de los trastornos alimentarios.

El artículo recién publicado en la revista Clínica y Salud «Un estudio sobre la personalidad, ansiedad y depresión en padres de hijas con un trastorno alimentario» forma parte de una investigación más amplia, en la que estudiamos también la relación de pareja (ajuste diádico), la alexitimia, las relaciones familiares y otros aspectos psicopatológicos.

Nuestro objetivo en este trabajo era estudiar la personalidad, ansiedad y depresión en padres y madres de hijas con un trastorno alimentario (anorexia nerviosa restrictiva, anorexia bulímica y bulimia nerviosa) comparados entre si y con un grupo control (hijas sin TA).

Para la realización del estudio contamos con un total de 190 familias (padre, madre e hija). El grupo experimental lo formaron un total de 100 familias con hijas que padecían un trastorno alimentario (anorexia restrictiva (ANR), n = 32; anorexia bulímica (ANB), n = 31; y bulimia nerviosa (BN), n = 37), siendo derivadas por la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia de Euskadi (ACABE).

 

Los criterios de selección para este grupo fueron los siguientes: diagnóstico del trastorno alimentario según la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV; American Psychiatric Association, 1994), solteras, viviendo en el hogar de los padres, con un rango de edad de 14-26 años, con un mínimo de 6 meses de enfermedad. Los criterios de exclusión fueron el estar recibiendo tratamiento psicoterapéutico y/o requerir ingreso hospitalario. De forma paralela, se recogieron datos de 90 familias de la población general como grupo control que fue homogéneo con el grupo experimental, teniendo en cuenta las características sociodemográficas de sexo, edad, medio, nivel económico y estudios.

Los instrumentos utilizados fueron los siguientes:

Eating Attitudes Test (EAT) (Garner y Garfinkel, 1979), prueba autoaplicada de 40 ítems que evalúa las actitudes, sensaciones y preocupaciones en relación con la comida, peso y ejercicio.

General Health Questionnaire (GHQ-28) (Goldberg y Hillier, 1979), cuestionario autoaplicado de 28 ítems, utilizado para evaluar el estado general de salud mental.

Beck Depression Inventory (BDI) de Beck, Ward, Mendelson, Mock y Erbaugh (1961), cuestionario autoaplicado de 21 ítems y que evalúa la sintomatología depresiva (Conde y Franch, 1984).

Self-Rating Anxiety Scale (SAS) (Zung, 1971); cuestionario autoaplicado de 20 ítems usado para evaluar los niveles de ansiedad.

Eysenck Personality Questionnaire-Adult (EPQ-A) de Eysenck y Eysenck (1975); este cuestionario tiene 4 escalas: Neuroticismo (N), Extraversión (E), Psicoticismo (P) y sinceridad (S). Los rangos de centiles normativos utilizados han sido los de la población española publicados en TEA.

Lo primero que mostramos en el trabajo es que los porcentajes hallados en ansiedad en los padres de hijas con un TA, son semejantes a los hallados en padres de esquizofrénicos (Espina et al., 2000) y toxicómanos (Espina y Fernández, 1996); pero en las madres son claramente superiores en los TA (37,1% en TA, 19,1% en las toxicomanías y 15% en la esquizofrenia). Esto puede deberse al estrés que ocasionan los TA en la persona que se hace más cargo de la hija enferma (rol del cuidador primario), que en nuestra cultura casi siempre se trata de las madres. Esto sobre todo destaca en la anorexia nerviosa, posiblemente por la desnutrición que conlleva este trastorno.

Respecto a la sintomatología depresiva, los porcentajes hallados son semejantes a los encontrados en padres y madres de esquizofrénicos y toxicómanos. Piran et al. (1985) y Johnson, et al. (1998) encontraron historias familiares de depresión y de ansiedad en padres de hijas con TA anteriores a la aparición de la patología de la hija. En esta línea, Crisp (1995) señaló que la ansiedad prolongada y la vulnerabilidad a la depresión se dan en los padres con hijas anoréxicas y generalmente conllevan un peor pronóstico en la enfermedad del paciente.

En nuestra muestra, hemos observado que en la cuarta parte de las madres de hijas con TA existían antecedentes depresivos, lo cual confirma lo señalado por los autores citados; pero los porcentajes de madres con ansiedad y depresión son muy superiores en el momento actual, lo cual sugiere que, aunque existan antecedentes de trastornos afectivos en las madres, la sintomatología ansiosa y depresiva pueden ser causadas o incrementadas por la carga que supone tener un familiar con una enfermedad crónica, tal y como han señalado numerosos autores. Las fuertes correlaciones que hemos hallado entre el SAS y BDI de padres, madres e hijas también sugieren que los trastornos afectivos de los padres pueden estar asociados a la carga.

En lo que respecta a la personalidad, el alto psicoticismo hallado en los padres de hijas con TA, puede ser debido a una forma de bloquear las emociones dolorosas, aunque también puede favorecer la ansiedad y depresión al no manejarse adecuadamente con los sentimientos. Nuestros resultados sugieren que puede haber rasgos de personalidad y psicopatológicos previos en ambos padres de hijas con TA, pero que la patología de las hijas actuaría como activador de rasgos y síntomas no presentes con anterioridad, o incrementando los ya existentes. McPherson (1996) halló que la depresión de padres con hijas con TA influía en la familia y en los síntomas de los TA.

El hallazgo de que los padres de anoréxicas bulímicas presentan puntuaciones más altas en neuroticismo que los controles y que los padres de bulímicas, y el que las madres de hijas con un TA presenten mayor neuroticismo que las controles, confirma estudios previos (Strober et al. 1982; Vandereycken, 1994; Crisp, 1995). Estos resultados sugieren que el neuroticismo puede ser un característica de ambos padres de hijas con trastornos alimentarios.

En cuanto al psicoticismo, hemos visto que los padres de anoréxico-bulímicas mostraban puntuaciones más elevadas que los controles, y las madres de anoréxicas restrictivas presentaban menos psicoticismo que las de bulímicas y anoréxicas bulímicas, confirmándose así resultados de estudios previos (Strober, 1981; Strober et al., 1982; Piran et al., 1985). Numerosas investigaciones han mostrado que las anoréxicas restrictivas presentan menos psicopatología que las anoréxico-bulímicas y las bulímicas. Quizás el alto neuroticismo hallado en los padres de pacientes con conductas purgativas juegue algún papel etiológico en estos trastornos, como sugirieron Strober y Humphrey (1987).

El que las madres de anoréxicas restrictivas sean más introvertidas que el resto confirma el hallazgo de Strober et al., (1982) y puede estar asociado a que las anoréxicas restrictivas son más introvertidas (Espina, 1998). Las correlaciones negativas entre extraversión de los padres con el SAS y BDI de ambos padres puede deberse a que estos se aíslan cuando están ansiosos y deprimidos, y cuando perciben a sus mujeres así. Aunque otra hipótesis posible es que los padres introvertidos sean más vulnerables a la ansiedad y depresión, y que al prestar menos soporte a sus esposas, éstas también soportarán peor la carga.

 

Nuestros hallazgos sugieren que las características psicopatológicas y de personalidad de los padres con hijas con un TA deben ser tenidas en cuenta, ya sea como derivadas de la carga que sufren por la enfermedad de su hija, o como posibles factores etiológicos de los TA. Por lo que no podemos centrarnos únicamente en la atención de las hijas, sino deberemos ampliar la atención también a las familias, brindándoles apoyo e información sobre la enfermedad de sus hijas, desculpabilizándoles y ayudándoles a entender que sus síntomas son una respuesta natural al sufrimiento que todos padecen al ver a su hija en esa situación. De este modo, ayudaremos a los padres y a las madres a que se puedan sentir empáticamente reconocidos y contenidos, con el objetivo de crear un clima de colaboración y así poder abordar los diferentes síntomas de los padres sin que se sientan juzgados.

Deberemos ser muy cuidadosos con la idea de que los síntomas y rasgos de personalidad de los padres y de las madres son previos a la patología de la hija y que puedan jugar algún papel etiológico, sobre todo para no culpabilizar, comprendiendo su patología e intentar ayudarles en sus dificultades, para que toda la familia goce de mejor salud. Al igual que con la idea de que la enfermedad de las hijas es la causante de la patología de los padres. En los dos casos, los tratamientos deberían ir dirigidos a ayudar a padres y pacientes, conjugando la psicoeducación sobre TA con intervenciones específicas individuales y familiares.

El artículo original en el que se basa este trabajo se puede encontrar en la revista Clínica y Salud: Ochoa, I., Espina, A. y Ortego, M. A. (2006). Un estudio sobre personalidad, ansiedad y depresión en padres de pacientes con un trastorno alimentario. Clínica y Salud, 17 (2), 151-170.

Sobre los autores:

Iñigo Ochoa de Alda es Doctor en Psicología, psicoterapeuta y Prof. del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Facultad de Psicología, en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

Alberto Espina es Psiquiatra, psicoterapeuta y Coordinador de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Servicio Andaluz de Salud en Torremolinos (Málaga).

Asunción Ortego es Licenciada en Psicología y en Psicopedagogía, psicoterapeuta y trabaja en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Servicio Andaluz de Salud en Torremolinos (Málaga).

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS