LOS MALOS TRATOS A LAS PERSONAS MAYORES

21 May 2007

Mercedes Tabueña Lafarga

Universidad de Barcelona

Nuestra sociedad se enfrenta a un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad, el envejecimiento de la población que nos enfrenta a nuevas situaciones que debemos resolver con celeridad y creatividad. Una de ellas es el abordaje de la violencia y maltrato a las personas mayores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha denominado como una de las formas de violencia más ocultas. La lucha contra los malos tratos a personas mayores es una tarea de todos.

 

En la vida cotidiana, tanto en el entorno laboral como familiar, podemos estar frente a situaciones reales, o situaciones de riesgo, en las que alguna persona de edad avanzada puede padecer maltrato.

Estamos inmersos en una cultura de violencia y ésta se manifiesta en todos los ámbitos: comunitario, institucional y familiar, afectando especialmente a las personas más débiles y vulnerables. La violencia no entiende de cultura, de clases sociales, de género, de raza y, ni por supuesto, de edad.

Los expertos vaticinan un gran incremento de las situaciones de maltrato, motivado esencialmente por el envejecimiento progresivo de la población y su repercusión en las situaciones de dependencia funcional. Así mismo, los cambios sociales y culturales incrementan la discriminación y la baja tolerancia, haciendo emerger el problema social y de salud que es, en definitiva, la violencia hacia los mayores.

Definir el maltrato a personas mayores es un ejercicio multifactorial (aspectos culturales, tradicionales, valores y normas sociales, etc.). Muchas definiciones incorporan el concepto de violencia, así pues, centran su atención en el abuso de poder hecho desde una posición de confianza. No obstante, consideramos que el concepto de maltrato es mucho más amplio.

Los diferentes tipos de maltrato a personas mayores pueden agruparse en las siguientes:

1.- Físico: Utilización de la fuerza física, la cual puede ocasionar heridas corporales, dolor y un deterioro en la salud. La utilización de restricciones físicas en mayores atenta contra las bases fundamentales del cuidado y como consecuencia, se consideran una forma clara de maltrato físico y psicológico.

2.- Psicológico: Consiste en ocasionar dolor, angustia, pánico o terror mediante actos verbales o no verbales, como las amenazas, la humillación, los insultos, la instigación y la intimidación. La infantilización de las personas mayores tiene una gran relevancia por ser una práctica muy extendida y ser aceptada por la sociedad.

3.- Abuso sexual: Tener un contacto sexual con una persona anciana sin obtener su consentimiento. Los atentados contra el pudor tales como los tocamientos o la pornografía estarían aquí incluidos.

4.- Explotación financiera o abuso económico: Es la utilización abusiva o ilegal de los bienes e inmuebles propiedad de la persona mayor.

5.- La negligencia: Comportamiento nocivo, intencionado o no, por parte de una persona que esta obligada a cuidar a la persona mayor. Puede ser activa o pasiva.

6.- La autonegligencia: Comportamiento de una persona mayor que amenaza la propia vida o su salud. Se excluye en esta tipología aquellas personas mayores competentes (con capacidad mental), que optan, por decisión propia, a cometer actos que amenacen su seguridad.

7.- Abandono: Cuando una persona, encargada de prestar cuidados y atención a un mayor o de asegurar su atención física, lo abandona. Es la claudicación total.

8.- Vulneración de derechos: Incluye los derechos elementales que no están contemplados en el resto de tipologías. En este sentido, hablaríamos de agresión, privación o no reconocimiento de los derechos fundamentales como tales como dignidad y respeto, intimidad y confidencialidad, participación, libertad de elección y derecho a ser cuidado.

Todos estos tipos de maltrato descritos se pueden producir tanto en el ámbito familiar (doméstico), como en el institucional (residencias, hospitales, casas de convalecencia, centros de día, etc.).

 

Por otra parte, la legislación vigente, tanto el código civil como el penal y el administrativo, prevé para estos actos u omisiones las penas correspondientes.

¿Quién puede maltratar a una persona mayor?

Puede hacerlo cualquier persona, familiar o no, que esté ocupando un lugar de confianza y de poder sobre la persona mayor. También lo estarían realizando las distintas estructuras administrativas que no pongan en funcionamiento políticas sociales destinadas a detectar e intervenir en situaciones de maltrato.

La detección

En cuanto a la detección, es especialmente relevante tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Las personas mayores no suelen denunciar sus situaciones de maltrato. Existe un círculo de silencio, de ignorancia y de vulnerabilidad en torno a esta problemática. Las víctimas piensan que serán objeto de represalias, abandonadas, ingresadas en un centro, ser origen de conflictos familiares o miedo a perder relaciones significativas (nietos, etc.).

2. El silencio también se manifiesta en las instituciones y en los profesionales que en ellas prestan sus servicios. Las causas principales pueden hacer referencia a la discreción, la salvaguarda de la imagen, la autoprotección y el miedo, entre otras.

3. Muchos familiares, bien sea por ignorancia, minimización de los actos, comodidad o falta de interés, entre otros, tampoco suelen comunicar los malos tratos que sufren los mayores.

En caso de sospecha de maltrato y mucho más, ante evidencias ciertas, los ciudadanos están obligados a comunicar la situación ante los servicios administrativos (sociales o de salud), o ante alguna estructura judicial.

Conclusiones

 

A modo de conclusión, podríamos destacar los siguientes aspectos:

1. Mejorar el conocimiento sobre los condicionantes y características de los malos tratos hacia las personas mayores es una prioridad fundamental. Para evitar que los mayores sean víctimas de maltrato es absolutamente necesario incidir en la concienciación social.

2. Los mayores que han sido víctimas de maltrato pueden no llegar a recobrarse nunca de la experiencia sufrida, tanto física como emocionalmente.

3. Necesitamos urgentemente estructuras y equipos especializados para atender integralmente a personas mayores en situación de maltrato.

4. Ante la ausencia de estudios, carecemos de datos empíricos que nos demuestren las cifras, los perfiles y la etiología del maltrato a mayores.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista Intervención Psicosocial: Tabueña Lafarga, M. (2006). Los malos tratos y la vejez: un enfoque psicosocial. Intervención Psicosocial, Vol. 15 (3), pp. 275-292.

Sobre la autora:

Mercedes C. Tabueña Lafarga es Doctora en Psicología Social y Profesora Titular de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Barcelona. Trabajadora Social, la profesora Tabueña es igualmente Magíster en Gerontología por dicha universidad.

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