Declaración de la BPS sobre el valor de la experiencia vivida en dificultades de salud mental en profesionales de la Psicología

7 Oct 2020

La División de Psicología Clínica de la Asociación Británica de Psicología (British Psychological Society – BPS) ha elaborado una declaración en la que reconoce y apoya públicamente la contribución única y valiosa que supone el haber experimentado problemas de salud mental por parte de los profesionales que trabajan en el ámbito de la psicología clínica y de la salud. Tal y como se posicionan los miembros de la División de Psicología Clínica de la BPS, reconocer el valor de la experiencia vivida tanto en los aspirantes a psicólogos clínicos, como en los que están en formación o ya cualificados puede ayudar a enriquecer la práctica y mejorar la prestación de los servicios de salud mental.

A continuación, se ofrece la declaración elaborada por esta organización:

Fuente: www.pexels.com Artista:
Vovan Gord Fecha descarga: 28/09/2020

Declaración sobre los psicólogos clínicos con experiencia en dificultades de salud mental

La División de Psicología Clínica reconoce y apoya públicamente la contribución única y valiosa que la experiencia personal sobre dificultades de salud mental aporta a las personas que trabajan en la psicología clínica. Cuando la experiencia vivida en problemas de salud mental se valora activamente en los aspirantes, los aprendices y los psicólogos clínicos cualificados, se puede ayudar a enriquecer la práctica y mejorar la prestación de los servicios.

  1. Experimentar dificultades de salud mental es algo común. Los profesionales de la psicología clínica pueden experimentar dificultades de salud mental en cualquiera (o en todas) las etapas de su carrera. Para algunos, la experiencia vivida ha sido un motivador directo para iniciar su carrera como psicólogo clínico con el fin de ayudar a otros y mejorar los servicios. Otros pueden desarrollar dificultades de salud mental después de ingresar en la profesión, en respuesta a los desafíos de la vida que pueden afectarnos a cualquiera de nosotros.
  2. Las experiencias vividas sobre dificultades de salud mental son diversas. Esta declaración adopta una definición amplia e inclusiva del concepto de dificultades de salud mental. Las dificultades que las personas pueden enfrentar o han enfrentado conforman desde distintos períodos de sufrimiento hasta condiciones fluctuantes o situaciones de más largo plazo. Respecto a las ayudas a las que las que estas personas pueden haber accedido, se considera la terapia personal, los servicios de salud mental de atención secundaria y los ingresos hospitalarios. Estas dificultades pueden o no requerir adaptaciones razonables en el trabajo, el tiempo libre o la formación.
  3. La decisión de compartir la experiencia de dificultades de salud mental es un asunto complejo. Las personas a menudo se enfrentan a una variedad de dilemas y opciones al tomar la decisión de compartir sus experiencias. Estas preocupaciones pueden estar relacionadas con el estigma (incluido el estigma internalizado), las desventajas profesionales y la discriminación, entre otras. Para muchas personas, dar a conocer su problema de salud mental depende de una decisión personal, que incluye un conjunto de opciones y elecciones sobre con quién, dónde, cuándo y con qué nivel de detalle compartir esta información. Sin embargo, otras personas pueden estar en una posición en la que no tienen esta opción y deben informar a sus empleadores. En el último caso, es vital que las personas reciban apoyo y que los procedimientos operativos sean útiles y transparentes.
  4. La desestigmatización de la experiencia vivida y el abordaje de la discriminación es una responsabilidad de todo el sistema. Muchos empleadores y universidades cuentan con sistemas informados psicológicamente para crear entornos propicios y seguros para que las personas compartan sus experiencias si así lo desean o lo necesitan. Sin embargo, el número de personas de toda la profesión que informa haber recibido respuestas problemáticas, discriminatorias y estigmatizantes de empleadores y colegas es desafortunadamente alto. Esto es inaceptable. Se necesita un cambio significativo antes de que las personas puedan sentirse seguras de que van a recibir respuestas normalizadoras, compasivas y de aceptación, en contraposición a aquellas que son intolerantes, negativas, agresivas, de rechazo o de marginación. Desestigmatizar la experiencia vivida y abordar cualquier discriminación es una responsabilidad de todo el sistema para las personas sea cual sea su nivel profesional y en todos los organismos profesionales, organizaciones, instituciones de formación y servicios. Las personas señalan su temor a que el hecho de compartir cualquier experiencia personal de este tipo daría lugar, en todos los casos, a una excusa para aplicar diferentes procedimientos. El estigma ha influido en esta narrativa al asociar la experiencia vivida en problemas de salud mental con incompetencia, generando una gran angustia y preocupación. Los entornos compasivos permiten el diálogo temprano si alguien está buscando apoyo para abordar sus dificultades de salud mental. Reconocer la necesidad de tomarse un tiempo libre del trabajo o de la formación para obtener ayuda para los problemas de salud mental es, de hecho, una competencia en la acción. Considerar la posibilidad de adaptar o detener la práctica profesional si se experimentan dificultades de salud mental a lo largo de la carrera es parte de una buena práctica, dinámica y sensible para todos los miembros de la profesión. Animamos activamente hacia la apertura de diálogo para desestigmatizar esto aún más. La desestigmatización solo se puede lograr cuando sistemas más amplios como la supervisión, la gestión, la salud ocupacional y los recursos humanos están involucrados y se trabaja en colaboración para empoderar a los individuos que buscan apoyo, garantizando que se sientan comprendidos y que sus necesidades son satisfechas con compasión.
  5. La experiencia vivida es un activo. En general, esta declaración desea dejar claro que la experiencia personal en dificultades de salud mental no tiene por qué ser una barrera para la formación o la práctica como psicólogo clínico. Al contrario, las personas que han vivido estas experiencias son un activo para la profesión y hacen una contribución significativa a ella.

Fuente:

BPS

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS