¿Has pensado en los desafíos que supone la pandemia para las personas con ceguera?, Informe de la Unión Mundial de Ciegos

12 Ene 2021

La pandemia de COVID-19 ha supuesto un cambio para toda la población, sin embargo, para las personas ciegas ha significado un desafío de dimensiones considerables en la medida en que este colectivo ha tenido que hacer frente a nuevas barreras para su movilidad, su vida independiente y su salud mental. Así lo establece el informe “Potenciar las voces: Nuestras vidas, nuestra decisión” (Amplifying Voices, Our Lives, Our Say), elaborado por la Unión Mundial de Ciegos (UMC) con el objetivo de incrementar la concienciación y sensibilidad de la población acerca de los desafíos sufridos por las personas ciegas durante esta pandemia, así como de poner en valor sus fortalezas.

El informe se ha realizado a partir de la encuesta a 853 personas ciegas y con discapacidad visual de todo el mundo, de las cuales el 35% tenían ceguera total, el 45% una gran dificultad de visión y un 20% dificultades parciales.

Fuente: www.pexels.com Artista:
Zeeshaan Shabbir Fecha descarga: 26/11/2020

Entre los múltiples desafíos que ha supuesto la adaptación a la situación de pandemia sanitaria para este colectivo, los tres principales retos informados por los participantes han sido los relativos al transporte y movilidad (50,1%), la independencia, autonomía y dignidad (49%) y la salud mental y el bienestar (48,8%).

La pandemia ha implicado un incremento de las barreras a la movilidad y transporte de estas personas, dificultando su acceso a artículos y servicios esenciales. De esta manera, las personas ciegas se vieron especialmente impedidas para poder salir de sus casas, aumentando su dependencia de otras personas.

Determinados hábitos de higiene esenciales, como el uso de mascarillas, la distancia de seguridad, no tocar superficies y los cambios en cuanto al nivel de ruido de las calles están suponiendo desafíos adicionales que están dificultando notablemente su capacidad de orientación y su sensación de seguridad en los desplazamientos. La limitación ha sido tan acusada, que algunas personas con ceguera y discapacidad visual no han podido salir de sus viviendas y han tenido enormes problemas para conseguir artículos esenciales, como comida, para poder cubrir sus necesidades básicas. Tal y como señala el documento, la normativa sobre las nuevas prácticas (tales como el distanciamiento físico, los pagos con tarjeta sin contacto, las indicaciones para el establecimiento de distancia de seguridad en las colas, etc.) y los productos (por ejemplo, las pantallas protectoras, las mascarillas, etc.) no han tenido en cuenta las necesidades y características de las personas con ceguera y discapacidad visual.

El acceso a alternativas de ocio, como los libros en braile, se ha visto significativamente limitado, acarreando además un mayor riesgo de contagio frente al virus. Asimismo, el acceso a otras actividades de tiempo libre y recreativas, debido al cierre de los espacios públicos o a las limitaciones de muchas plataformas online para su accesibilidad a personas con ceguera, ha supuesto una limitación adicional a sus posibilidades de entretenimiento.

De esta manera, los sentimientos de frustración, ansiedad, ira, baja autoestima y desmotivación causados por la pérdida de autonomía e independencia han sido frecuentemente informados por estas personas durante este periodo, acentuando su sensación de aislamiento y desconexión social. Tal y como subraya el informe: “Si bien ya estaban marginados con respecto a la sociedad, la COVID-19 ha dejado a muchas personas con ceguera y discapacidad visual aún más aisladas al no poder conectarse con su entorno social”.

Asimismo, estas personas han manifestado un mayor malestar y sufrimiento psicológico, derivado de un aumento notable de los niveles de ansiedad y de la sensación de desprotección frente al virus, así como del cierre de los servicios de atención a la salud mental durante el periodo de confinamiento. La falta de información accesible para personas con ceguera sobre la COVID-19 acentuó aún más si cabe su sensación de incertidumbre y miedo.

Por todos estos motivos, la UMC solicita a los responsables de la gestión frente a la pandemia que consideren la situación de especial vulnerabilidad de este colectivo y que incorporen en sus planes de acción medidas adaptadas a las personas con ceguera y discapacidad visual. Asimismo, instan a la colaboración efectiva de las organizaciones representativas de personas con discapacidad, los gobiernos, las comunidades, la sociedad civil, las agencias de la ONU y el sector privado para hacer realidad la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en la lucha frente a la propagación de la COVID-19, amplificando las voces de las personas con ceguera y discapacidad en la toma de decisiones.

El informe de la UMC proporciona una serie de recomendaciones precisas en numerosos ámbitos (aumentar la resiliencia, mejorar el desarrollo urbano inclusivo, facilitar tecnología accesible, incrementar la concienciación…) para mejorar la calidad de vida de estas personas. En lo que respecta a la mejora de su salud mental, la UMC señala la necesidad de adoptar las siguientes medidas:

  • Apoyar el desarrollo de sistemas informales de ayuda entre pares entre los miembros de la UMC, para llegar a personas que se puedan estar sintiendo aisladas y abandonadas. Continuar controlando periódicamente a los miembros que hayan solicitado ayuda debido a su especial situación de vulnerabilidad.
  • Abogar a favor de que la accesibilidad para este colectivo sea parte integral de las respuestas, políticas, programas e iniciativas en salud mental.
  • Incrementar la concienciación entre los profesionales de la salud mental y quienes brindan servicios de tiempo libre/bienestar acerca de las barreras y retos que las personas con ceguera y discapacidad visual enfrentan para mantener su bienestar y su acceso a los servicios que necesitan, así como de las adaptaciones que se pueden poner en práctica.
  • Recopilar y compartir información sobre iniciativas y programas existentes de salud mental o bienestar que puedan ser accesibles a estas personas y distribuir esta información entre las asociaciones.
  • Hacer uso del Tratado de Marrakech para ejercer presión a fin de que, en cada país, se aumente la producción de libros y otros materiales protegidos por derecho de autor en formatos accesibles.

Otra de las líneas de acción propuesta por la UMC es el aumento de la concienciación y sensibilidad pública, para lo cual señala la necesidad de:

  • Asesorar al gobierno a fin de garantizar que las campañas públicas y los anuncios sobre la COVID-19 no estigmaticen más aún a las personas con discapacidad. Contribuir a la información pública general sobre los retos específicos que enfrentan las personas con ceguera o baja visión, las razones por las que pueden necesitar la exención de ciertas reglamentaciones y qué puede hacer la gente para ayudarles.
  • Emplear los retos específicos de la COVID-19 que se comparten en este informe como casos de estudio en sus campañas a fin de aumentar la concienciación acerca de la importancia de la accesibilidad.
  • Ayudar a los empleadores a reconocer el valor y contribuciones de las personas con discapacidad, así como incrementar la concienciación acerca del modo de garantizar la puesta en marcha de adaptaciones razonables para las personas con ceguera y discapacidad visual, de modo que puedan hacerse cargo de sus tareas con eficacia y sentirse equiparados con respecto a sus compañeros de trabajo. También, alentar y apoyar a los empleadores, especialmente aquellos que son proveedores de servicios de vanguardia, para que proporcionen formación sobre la igualdad y protocolos de la discapacidad, a todo su personal.
  • Trabajar con los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, a fin de garantizar que no se refuercen los estereotipos negativos en ninguna cobertura de la COVID-19. Oponerse a cualquier representación engañosa de las personas con discapacidad y sugerir alternativas positivas. Promover la inclusión de la voz de este colectivo en entrevistas y artículos y alentar al desarrollo de debates abiertos sobre los problemas planteados.
  • Unirse a la Campaña Fin de la Discriminación – COVID-19 de la Alianza Internacional de Discapacidad y del Consorcio de Discapacidad y Desarrollo para señalar ejemplos de la discriminación que experimentan las personas con ceguera y baja visión para acceder a los servicios durante la pandemia global.

Se puede acceder al informe en el siguiente enlace:

WBU Global Report – COVID-19, Amplifying Voices, Our Lives, Our Say

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