La pandemia no puede ser una excusa para el maltrato a personas con problemas de salud mental, afirma Mental Health Europe

4 May 2021

Con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, celebrado el pasado mes de diciembre, la organización Mental Health Europe ha emitido una declaración en la que expresa su preocupación por la presencia continua de malos tratos en instituciones psiquiátricas de toda Europa.

Como bien señala MHE, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (UN CRPD), las personas con problemas de salud mental tienen el Derecho Humano a estar libres de cualquier tratamiento y práctica involuntarios. La Convención pide también el cierre de instituciones, incluidas las instalaciones psiquiátricas, y el traslado a la atención y el apoyo basados en la comunidad.

La pandemia de COVID-19 continúa demostrando los efectos desproporcionados en las personas con problemas de salud mental que viven en instituciones psiquiátricas. Para analizar el impacto de la pandemia y las consecuentes medidas de emergencia, un informe reciente del Disability Rights Monitor (iniciativa global de derechos de las personas con discapacidad), señala que las personas que viven en instituciones se han visto particularmente afectadas por la pandemia, principalmente debido a un mayor riesgo de infección.

Autor: Ali Pazani Fuente: pexels Fecha descarga: 11/12/2020

La institucionalización por sí misma constituye una violación a los Derechos Humanos. Las medidas de emergencia generadas por la crisis del Covid-19 han agravado las condiciones de vida de las personas institucionalizadas, instaurando medidas como la negación de la atención médica, el no permitir visitas y el aislamiento forzoso una vez confirmado un brote local. El mayor número de estos testimonios, proveniente de los Estados miembros de la UE, incluidos Alemania, Austria y Francia.
Para Mental Health Europe, si bien las leyes de salud mental en Europa todavía permiten algunas prácticas involuntarias, los marcos de derechos humanos y la CDPD de las Naciones Unidas, en particular, prohíben dicho tratamiento. La sustitución de la capacidad jurídica mediante regímenes de tutela, a menudo, priva a las personas de la capacidad de ser escuchadas cuando se oponen a los malos tratos. Sin embargo, aunque algunos Estados miembros de la UE aspiran a transformar los sistemas de salud mental mediante políticas específicas y reformas legales, persisten las actitudes negativas y el estigma. El trabajo continuo del Comité de Bioética del Consejo de Europa, con el objetivo de establecer un protocolo (“protocolo adicional al Convenio de Oviedo”) que violaría las obligaciones de derechos humanos, constituye, en palabras de MHE, “el triste ejemplo del vínculo entre el estigma de la salud mental y el desarrollo de leyes”.

Por otro lado, el informe Mapping and Understanding Exclusion, publicado por la organización en 2018, encontró que la regulación de los malos tratos varía mucho en Europa sin datos cuantitativos comparables. Los países con datos fiables sobre el internamiento involuntario informaron de un aumento en el uso de la coacción, entre ellos, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Bélgica, Francia y los Países Bajos.

No obstante, varias investigaciones realizadas en los últimos años demuestran graves violaciones de Derechos Humanos. El último ejemplo es un informe del Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa tras su visita ad hoc a Bulgaria. En varios hospitales psiquiátricos, el Comité documentó que el personal había maltratado físicamente a personas (abofeteadas y empujadas, recibiendo puñetazos, patadas y golpes con palos). A pesar de las recomendaciones del Comité contra la Tortura tras una visita anterior en 2017, las autoridades búlgaras parecen no haber tomado medidas inmediatas para detener los malos tratos y otras prácticas no consensuadas.

Por otro lado, Mental Health Europe pone de relieve el hecho de que varios países hayan iniciado políticas con una estrategia para reducir y acabar con la coerción, con éxito. En 2014, el Ministerio de Salud danés decidió que el uso de la inmovilización mecánica debía reducirse en un 50% de cara a 2020. Se impartieron cursos sobre técnicas de desescalamiento y resolución de conflictos a los miembros del personal de las salas psiquiátricas, se introdujeron más actividades de ocio para los usuarios, y se implementaron cambios arquitectónicos. Como resultado, en enero de 2017 el Centro Psiquiátrico de Ballerup (región de Copenhague) había estado libre del uso de contención mecánica durante al menos 100 días, sin haber incrementado el uso de medicamentos.

Dado lo anterior, Mental Health Europe insta a la Unión Europea y sus Estados miembros a continuar con la promulgación de reformas positivas en la atención de la salud mental, en línea con un marco de Derechos Humanos. La pandemia del Covid-19 pone de relieve la necesidad de una reevaluación rápida de los sistemas de salud mental que dependen del ingreso involuntario en instituciones psiquiátricas. Poner fin a la coacción en la salud mental requiere implementar una nueva cultura en la que los servicios promuevan la recuperación y enfaticen la autonomía, el empoderamiento y la participación de los usuarios de los servicios en todos los Estados miembros, de acuerdo con los principios de Derechos Humanos.

The pandemic is not an excuse for ill-treatment of people with mental health problems

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