Declaración para el uso de programas de prevención avalados por la evidencia

23 Jun 2021

La Alianza Nacional de la Ciencia de la Prevención (National Science Prevention Coalition), una organización independiente integrada por profesionales vinculados a la salud y encargada de asesorar al gobierno de EE.UU., ha publicado la “Declaración científica sobre la prevención”, en la que se define este campo de actuación y se reconoce el apoyo científico que respalda la utilidad y el coste-beneficio de implementar prácticas de prevención en salud.

A continuación, se recoge el texto íntegro de la Declaración, que ha sido adherida por numerosas entidades de todo el mundo, incluida la Sociedad Europea para la Investigación en Prevención (European Society for Prevention Research – EUSPR).

Fuente: www.pexels.com Artista:
Pixabay Fecha descarga: 21/01/2021

¿Qué es la ciencia de la Prevención?

La ciencia de la prevención se enfoca en el desarrollo de estrategias basadas en evidencia que reducen los factores de riesgo y mejoran los factores de protección para mejorar la salud y el bienestar de las personas, las familias y las comunidades. La ciencia de la prevención se basa en una amplia gama de disciplinas, incluidas las ciencias epidemiológicas, sociales, psicológicas, conductuales, médicas y neurobiológicas, para comprender los determinantes de los problemas sociales, comunitarios e individuales (p. ej., trauma, pobreza, maltrato). Un principio fundamental de la ciencia de la prevención es la promoción de la equidad en salud y la reducción de las disparidades mediante el estudio de cómo las desigualdades sociales, económicas y raciales y la discriminación influyen en el desarrollo saludable y el bienestar. Durante más de 50 años, la ciencia de la prevención ha generado prácticas y políticas que han mejorado innumerables vidas a lo largo de la vida, evitando resultados sanitarios y sociales negativos (por ejemplo, trastornos por consumo de sustancias, fracaso escolar, violencia, enfermedades mentales) y reforzando las condiciones que permiten a las personas, las familias y las comunidades prosperar.

Se ha demostrado que las políticas, los programas y las prácticas generadas en el campo reducen la incidencia y la prevalencia de las vulnerabilidades individuales y comunitarias y promueven estilos de vida saludables, entre otros:

  • Fomentar la actividad física diaria y la buena nutrición para protegerse de las enfermedades crónicas.
  • Desmontar las vías que conducen a los trastornos por uso de sustancias a lo largo de la vida.
  • Mejorar los resultados académicos y de comportamiento con la ampliación de las guarderías de alta calidad y el aprendizaje y desarrollo tempranos, y promover entornos escolares positivos y de apoyo.
  • Mejorar la capacidad de toda la comunidad para atenuar las condiciones perjudiciales y aumentar el acceso a los servicios de apoyo.
  • Incrementar la resiliencia, la competencia social y la autorregulación con el fin de reducir las conductas impulsivas, la agresividad y los problemas de atención.
  • Apoyar el desarrollo de relaciones saludables para reducir la violencia interpersonal y doméstica.

Además, se han desarrollado y aplicado estrategias de prevención basadas en la evidencia que abordan las desigualdades sistémicas y estructurales en los barrios, la educación y las prácticas de justicia penal.

La aplicación de prácticas, estrategias y políticas bien probadas generadas por la ciencia de la prevención puede conducir a un ahorro sustancial del gasto al invertir en estrategias previas para evitar los costes posteriores. Ejemplos de estas inversiones son los programas que previenen el consumo de drogas en los adolescentes, reforman las prácticas educativas y apoyan a las familias para reducir la carga financiera y humana de las comunidades. Un sistema integrado de estrategias de prevención integral basadas en la evidencia que abarque muchos sectores públicos (por ejemplo, la educación, el bienestar infantil, la justicia de menores, la salud) es más rentable y ejerce beneficios a gran escala. Proporcionar orientación y recursos con base científica a los responsables legislativos y administrativos facilitará la integración de las mejores prácticas de la ciencia de la prevención en la formulación de políticas.

Existe una amplia gama de programas y políticas eficaces y bien probados para lograr estos resultados. Además, la ciencia de la prevención sigue aprovechando su potencial para mejorar la vida de la población, ampliando la base de su evidencia. El impacto en las vidas individuales, los sistemas (por ejemplo, las escuelas, el bienestar infantil), las comunidades y la sociedad puede aumentar exponencialmente con una inversión adicional de recursos y sistemas para apoyar el desarrollo, la evaluación y la aplicación de programas y políticas basados en la evidencia.

National Science Prevention Coalition

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