Propuestas de coordinación entre profesionales del sistema de atención a la infancia y adolescencia

4 Nov 2021

Es necesario un trabajo multidisciplinar por parte de las diferentes disciplinas (psicólogos/as, médicos/as, enfermeras/os, trabajadoras/es sociales…) para la atención a niños, niñas y adolescentes.

Así lo afirma el Observatorio de la Infancia en Andalucía (OIA) en un informe a través del cual recoge una serie de propuestas extraídas de la XIV edición del Foro Andaluz de la Infancia, un espacio de encuentro promovido por la Dirección General de Infancia de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación a través del OIA, orientado a la reflexión y debate sobre buenas prácticas, dificultades, propuestas y claves para la mejora de la coordinación en la atención a la infancia y adolescencia, especialmente ante las situaciones de riesgo y desprotección.

La mayor parte de los participantes en el Foro, cuyas recomendaciones se recogen en el informe del Observatorio de la Infancia, pertenecen al ámbito sanitario (34,3%), a los Servicios Sociales Comunitarios (28,6%) o a los Servicios de Protección de Menores (SPM) de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación (13,3%). Un 32,4% ejerce su labor profesional como psicólogos/as, un 19% provienen del campo del trabajo social, un 15,2% son médicos/as, un 10,5% educadores/as sociales, un 9,5% enfermeros/as y un 2,9% profesores/as.

Foto: cottonbro Fuente: pexels Fecha descarga: 29/04/2021

Entre las conclusiones del documento, destacan las siguientes:

– En general las y los profesionales distinguen tres tipos de dificultades: carencia de espacios de coordinación reglados y de obligado cumplimiento entre un equipo multidisciplinar que se encargue de una atención integral, falta de protocolos que marquen las pautas a seguir (para que, independientemente del profesional que ocupe el puesto, quede establecido un itinerario de atención), y falta de un sistema de información y registro comunes a todos/as las/os profesionales encargados de la atención.

En el ámbito de la salud, la organización del trabajo se basa en la atención a la demanda y no en el trabajo programado. No hay espacios de coordinación y comunicación entre profesionales definidos en las agendas. Se mantienen contactos puntuales para resolver lo urgente “pero no se trabaja lo suficiente en la prevención y en la evaluación de los pasos dados”.

En atención primaria, existe un vacío entre edades comprendidas desde los 6 a los 12 años. No existe un control de nada. Asimismo, hay enfermedades crónicas que afectan a niños, niñas y adolescentes para las que no se contemplan pautas en los centros educativos de primaria y secundaria.

Destaca la falta de un equipo multidisciplinar (psicólogos/as, médicos/as, trabajadoras/es sociales y enfermeras/os) para la atención infanto-juvenil: “no hay conciencia, por parte de las diferentes disciplinas que intervienen en la atención del niño/a y adolescente, de la necesidad de trabajar en equipo transdisciplinar e interdisciplinar”.

– Con respecto a la prevención y protección, el informe incide en la escasa formación y reciclaje, así como en la infravaloración de la formación continua y especializada por parte de las/os responsables.

El informe subraya la escasez de profesionales, la sobrecarga de trabajo, el estrés y la presión «asistencial». De acuerdo con los y las profesionales, la información se transmite con retraso, y no hay una atención individualizada. Los procesos de trabajo están “diseñados por personas sin experiencia práctica”, y no se cuenta con protocolos especiales en el sistema educativo para niños/as y adolescentes en el Sistema de Protección.

– En relación con la educación, existe un desconocimiento desde el sistema educativo en torno al Sistema de Atención a la Infancia, qué es y cómo funciona. La percepción es que cada administración funciona de forma separada, con una escasa coordinación entre Educación, Salud y Políticas Sociales “que mejoren la actuación de las y los profesionales en beneficio de la infancia y adolescencia”.

En base a las carencias y problemas detectados por los y las profesionales, el informe del OIA incluye diversas propuestas de mejora, tales como: la asignación de profesionales de referencia (entre ellos, psicólogos) en cada dispositivo/unidad y de espacios de coordinación preestablecidos entre atención especializada y atención primaria, reforzando con más personal (psicólogos/as, equipos de salud mental, etc.), la creación de una red efectiva de comunicación y coordinación entre todos los y las profesionales del ámbito sanitario, social, educativo, judicial y cuántos puedan intervenir para mejorar el desarrollo saludable de niñas/os y adolescentes y atender a sus necesidades, o el establecimiento de espacios reglados para que niños y niñas formen parte de las reuniones institucionales y puedan realizar sus propuestas y sean tenidas en cuenta, entre otras.

Se puede acceder al informe desde la página del OIA o bien directamente a través del siguiente enlace:

Propuestas de coordinación entre profesionales del sistema de atención a la infancia y adolescencia

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