Las intervenciones integrales de salud en los centros educativos son eficaces y rentables, recomendaciones de la OMS

28 Oct 2021

Los centros educativo son esenciales para que los jóvenes adquieran no sólo conocimientos, sino también habilidades socioemocionales como la autorregulación y la resiliencia y habilidades de pensamiento crítico, que proporcionan la base para un futuro saludable. En esta tarea los servicios de salud de los centros educativos juegan un papel esencial. Así de tajante se muestra la OMS en su nueva publicación, titulada Guía de la OMS Para servicios de salud escolar (WHO guideline on school health services).

El texto supone una de las manifestaciones más contundentes de la OMS hacia el cambio de paradigma de la educación en el mundo, de forma que se avance desde una educación basada en la adquisición de conocimientos a una educación que englobe la enseñanza de competencias y habilidades para la vida, apostando así por el desarrollo de nuevas generaciones más resilientes y saludables y con menos problemas de salud mental.

 

 

La publicación se ha elaborado con el objetivo de revisar la literatura científica sobre el impacto de las intervenciones en material de salud física y mental en los centros escolares y ofrecer recomendaciones apoyadas en la evidencia.

Según se señala en el texto, existe un claro vínculo entre la salud y el acceso a la educación y a entornos escolares seguros y de apoyo. A su vez, la buena salud está vinculada a la reducción de las tasas de abandono escolar y al aumento del éxito escolar, del rendimiento escolar, de las oportunidades futuras de empleo y de la productividad.

El documento de la OMS, subraya que los centros educativos desempeñan un papel central en la salvaguarda de la salud y el bienestar de los estudiantes, puesto que muchos problemas de salud física y mental (como la ansiedad y la depresión, los trastornos del comportamiento, la diabetes, el sobrepeso, la obesidad y la desnutrición, entre otros) pueden controlarse mejor o prevenirse si se detectan a tiempo y el entorno escolar ofrece esta oportunidad única para realizar esta tarea.

De acuerdo con la revisión de los estudios, la OMS concluye que deben implementarse servicios integrales de salud escolar, con una fuerza de la recomendación “fuerte” y una certeza de la evidencia “moderada”. Los servicios de salud escolar deben aplicarse con personal cualificado y con actuaciones basadas en la evidencia, que incluyan una intervención a largo plazo.

Asimismo, añade el texto: “hay muchas razones por las que los servicios de salud escolar están en una posición única para contribuir a la salud y el bienestar de los niños en edad escolar. En primer lugar, operan donde están la mayoría de los niños y tienen acceso a las familias. En segundo lugar, son servicios gratuitos y superan barreras como los problemas de transporte, los servicios comunitarios limitados y los sistemas de ubicación o cita inconvenientes, por lo que tienen el potencial de servir mejor a las poblaciones desfavorecidas. Y, en tercer lugar, pueden tener un efecto positivo sobre múltiples determinantes de la salud y son muy valorados por los alumnos, los padres y las comunidades”.

En un intento por impulsar y reforzar el valor de los servicios de salud de los centros educativos, la publicación de la OMS pretende concienciar a los investigadores, los responsables políticos y a la comunidad educativa sobre los beneficios y ventajas de implementar programas integrales de salud en estos contextos.

La recomendación se realiza en un momento crítico, en el que la COVID-19 ha puesto en evidencia el impacto del cierre de los centros educativos en la salud de los estudiantes. “Aunque todavía estamos conociendo todo el alcance de los efectos sobre la salud de los cierres masivos de escuelas, sabemos que han provocado ansiedad, depresión y angustia mental, incapacidad para acceder a los puntos de atención habituales, alteración de la actividad física y la rutina, aumento del maltrato infantil y exposición a los peligros del entorno digital no regulado. Estos problemas no son exclusivos de la COVID-19: la pandemia no ha hecho más que exacerbar los problemas que ya existían. Por eso es aún más importante que existan servicios de salud escolar con recursos adecuados y bien implementados para proporcionar una red de protección adecuada a los estudiantes”, señala el texto.

La guía está disponible en el siguiente enlace:

WHO guideline on school health services

 

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