El mundo no está preparado para abordar la demencia, informe de la OMS

21 Sep 2021

La OMS estima que más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia, y esta cifra seguirá en aumento hasta el año 2050, alcanzando los 139 millones de personas. El aumento de los casos de demencia no está siendo acompañado de la correspondiente respuesta pública sanitaria. Estas son algunas de las conclusiones del nuevo informe de la OMS en el que se analiza el estado mundial de las acciones para prevenir o tratar la demencia (Global status report on the public health response to dementia).

El informe realiza un balance de los progresos realizados hasta la fecha hacia los objetivos mundiales de 2025 para la demencia establecidos en el “Plan de acción mundial contra la demencia” de la OMS. Para ello, utiliza datos de las Estimaciones mundiales de salud de la OMS 2019 y el estudio Global Burden of Disease 2019, así como del Observatorio Global de Demencia (GDO) de la OMS. Hasta ahora, 62 países han presentado datos al GDO, el 56% de los cuales son de ingresos altos y el 44% de ingresos bajos y medios. Juntos, estos países representan el 76% de las personas de 60 años o más. El documento incluye información sobre políticas nacionales, diagnóstico, tratamiento y atención, apoyo a los cuidadores o la investigación y la innovación, entre otros.

 

 

La demencia puede ser provocada por múltiples causas, como la enfermedad de Alzheimer o un derrame cerebral. En la medida en que genera alteraciones en la memoria y en otras funciones cognitivas básicas, su impacto en la vida cotidiana es severo y está asociada a un alto nivel de discapacidad, lo que genera un enorme gasto económico para los países. Así, en el año 2019 se estima que el coste global de la demencia fue de 1,3 billones de dólares.

El análisis de los datos aportados por los diferentes países revela que solo una cuarta parte de ellos cuenta con una política, estrategia o plan nacional para apoyar a las personas con demencia y a sus familias, lo que resulta claramente insuficiente. Europa es de las zonas más avanzadas en este campo. No obstante, muchos de los planes europeos están pendientes de actualizarse o renovarse para poder continuar en la misma posición.

Tal y como ha señalado Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, “El mundo le está fallando a las personas con demencia y eso nos duele a todos. Hace cuatro años, los gobiernos acordaron un conjunto claro de objetivos para mejorar la atención de la demencia. Pero los objetivos por sí solos no son suficientes. Necesitamos una acción concertada para garantizar que todas las personas con demencia puedan vivir con el apoyo y la dignidad que merecen”.

Por este motivo, los expertos de la OMS insisten en reforzar los apoyos que se prestan a las personas con demencia y sus familias, sobre todo en los países de medianos y bajos ingresos. Una adecuada cobertura de las necesidades de las personas con demencia requiere acceso a los servicios de atención primaria, así como atención especializada, servicios comunitarios, rehabilitación, atención a largo plazo y cuidados paliativos.

La falta de recursos de los sistemas sanitarios, a nivel mundial, en la atención a las personas que viven con demencia hace que el peso del cuidado recaiga sobre el entorno cercano, suponiendo esta atención informal la mitad del coste económico que genera la demencia en su totalidad. Así en los países de altos ingresos, el coste informal asociado a la demencia supone el 40% del coste total, y en los países de bajos y medianos ingresos asciende al 65%.

Según los datos recogidos en el informe, la dedicación que conlleva el cuidado de un familiar con demencia supuso para los cuidadores una media de 5 horas al día en el año 2019, siendo las mujeres el grupo más dedicado a esta tarea (70% de los casos). La OMS subraya en el texto las dificultades que supone el cuidado de una persona con demencia en términos de aumento del estrés social y psicológico y aumento de los gastos económicos familiares. Otras dificultades con las que se enfrentan los cuidadores informales son la falta de formación y de acceso a información y servicios de apoyo para mejorar la calidad de su cuidado.

El informe de la OMS también advierte de la necesidad de reforzar la investigación en el campo de la demencia y aumentar la participación de las personas con demencia en los planes y estrategias en desarrollo. A este respecto, según ha anunciado la OMS en una nota de prensa, se está trabajando en la creación de un plan de investigación mundial de la Demencia, que contempla la creación de un organismo encargado de coordinar la investigación en demencia a nivel mundial para optimizar los avances en esta dirección.

En el lado positivo, la OMS reconoce los esfuerzos mundiales realizados en las campañas de sensibilización sobre la demencia, puesto que alrededor del 60% de los países han realizado campañas de concienciación pública y el mismo porcentaje ha invertido esfuerzos para mejorar la accesibilidad de los entornos físicos y sociales para las personas con demencia y para proporcionar formación y educación a grupos de población fuera del sector de la salud y la atención social, como voluntarios, policía, bomberos y técnicos de emergencias.

No obstante, los expertos señalan con preocupación que estas medidas no son suficientes. “Aunque se han hecho importantes avances en la consecución de los objetivos mundiales, aún queda mucho trabajo por hacer. Muy pocos países han dado prioridad a la demencia en las políticas nacionales, demasiadas personas con demencia siguen sin tener acceso a los servicios diagnóstico y post-diagnóstico, y un número demasiado elevado de número de cuidadores sigue aislado socialmente debido a la falta de apoyo”, concluye el texto.

Se puede acceder al recurso en el siguiente enlace:

Global status report on the public health response to dementia

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