Guía para abordar la tartamudez en el aula

25 Abr 2022

“El impacto psicológico en la infancia, de las bromas y burlas en los niños con disfluencias puede ser devastador y perdurar hasta la adultez. Consecuencia de ello pueden ser: baja autoestima, bajo rendimiento escolar, el rechazo social, la depresión y los sentimientos de impotencia y soledad. Para niños que tartamudean, estas consecuencias son aún más graves ya que se produce un círculo vicioso: a mayores burlas, mayor es su lucha con su habla, por lo tanto, tendrá más disfluencias, aumentando así la vergüenza y un deseo intenso de evitar y esconder el tartamudeo a toda costa”.

Así lo advierte la Fundación Española de la Tartamudez (entidad sin ánimo de lucro creada por personas y padres/madres de niños/as con disfemia con el fin de informar y sensibilizar sobre esta problemática a las familias, docentes, profesionales de la salud y al público en general), en una guía dirigida a docentes para ayudar a los niños y niñas con disfemia a sentirse cómodos y arropados dentro del ámbito escolar.

El documento pone de relieve la importancia de hablar de “niños con disfluencias” o “niños que tartamudean”, no de “niños tartamudos”, evitando así catalogar o etiquetar” a estos niños y niñas, “con la carga psicológica que ello implica”, más aún, teniendo en cuenta que el 5% de los niños tienen disfluencias entre los 2 y 5 años, y la posibilidad de remisión es del 80%.

Foto: Anastasia Shuraeva Fuente: pexels Fecha descarga: 25/10/2021

Tal y como señala el documento, frente a un niño o una niña con disfluencias, es posible que un/a docente puede sentir ansiedad, incomodidad, irritación, angustia, deseos de sobreprotección, que le instigue a hablar, que termine la frase por él/ella, o que le inste a hablar mejor. Ante ello, sus autores consideran necesario el conocimiento y la comprensión de esta dificultad por parte del profesor o la profesora, de cara a dar una respuesta adecuada.

Esta guía describe las características del/de la niño/a disfluente diferenciando entre edad preescolar o infantil (2 a 5 años) y edad escolar o primaria, con las manifestaciones propias del habla disfluente en cada edad, el diferente nivel de desarrollo lingüístico, cognitivo y emocional en ambos grupos y la distinta actitud frente a la disfluencia, con recomendaciones adaptadas a cada etapa.

Se puede acceder a la guía directamente a través del siguiente enlace:

La tartamudez. Guía para docentes

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