DEPRESIÓN, PRINCIPAL MOTIVO DE CONSULTA EN ATENCIÓN PRIMARIA

23 Jul 2008

La depresión ocupa el 14% de las consultas de Atención Primaria en todo el mundo, según datos recientes facilitados en el congreso de la Asociación Mundial de Psiquiatría celebrado el pasado mes de junio en Granada, y que llevaba por lema: Depresión y otros trastornos mentales comunes en Atención Primaria.

Además, según el reciente estudio epidemiológico DeDo (Depresión y Dolor), realizado por el Hospital 12 de Octubre, el 80,4% de los pacientes que acude a las consultas de Atención Primaria refiriendo dolor inespecífico padece algún tipo de trastorno depresivo no diagnosticado. Estos datos también están apoyados por el estudio dirigido por J. Arbesu y divulgado hace unas semanas en Jano.es con una muestra de 1.317 pacientes de más de 80 centros de salud españoles. En este estudio, se concluye que los síntomas físicos dolorosos aparecen como motivo de consulta en el 78% de las personas que presentan ansiedad y depresión conjuntamente, siendo los más referenciados el dolor de espalda, de hombros y el dolor de cabeza (más información aquí).

Este panorama pone de manifiesto que la depresión se ha convertido en uno de los principales motivos de consulta en Atención Primaria, tanto si este trastorno del estado de ánimo constituye una demanda directa por parte del paciente como si aparece asociado a otros problemas físicos, como el dolor inespecífico. Así, el abordaje de los trastornos de ansiedad y depresión supone un gran reto para los sistemas de salud a nivel mundial. Además, este problema cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la tercera causa de discapacidad en los países desarrollados y, por tanto, la enfermedad mental que más influye en la calidad de vida de las personas.

Precisamente una de las propuestas defendidas por los médicos de Atención Primaria en el Congreso de Granada, para hacer frente a esta urgente demanda, ha sido la incorporación de las terapias psicológicas para el tratamiento de estas dolencias, tal y como recogía Terra estos días en su página web. En la entrevista que realizaba a Francisco Torres, profesor titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Granada, señalaba que «muchos de los antidepresivos que estamos dando se diferencian muy poco de lo que haría un placebo» y abogaba por la inclusión de tratamientos «con técnicas de terapia psicológicas, que hoy las hay suficientemente breves como para poder aplicarlas incluso en el marco de la Atención Primaria».

La consideración de las terapias psicológicas basadas en la evidencia, como medidas eficaces y eficientes para el tratamiento de problemas leves y moderados de ansiedad y depresión, evitaría la sobreprescripción de fármacos, una práctica frecuente en Atención Primaria, según ha señalado el colectivo de médicos de en ese mismo medio.

Diversas instituciones internacionales también han manifestado esta necesidad, así como las ventajas económicas y sociales que supondría la incorporación del tratamiento psicológico dentro de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud. Según el informe del Grupo de Política de Salud Mental de la Escuela de Economía de Londres, publicado en el año 2006, (The Centre for Economic Performance’s Mental Health Policy Group, London School of Economics), la terapia psicológica debería ofertarse a todas las personas que presentan depresión y ansiedad, dado que, a largo plazo, muestra efectos más duraderos y es más eficaz que el tratamiento farmacológico.

Tania B. Huedo-Medina, miembro del equipo de investigación del estudio publicado en PLoS Medicine sobre la eficacia de los antidepresivos, en una entrevista concedida a esta publicación decía: «podría evitarse la sobreprescripción de antidepresivos si el acceso a las terapias psicológicas en la sanidad pública fuera más fácil y se llevaran a cabo campañas de información acerca de los trastornos del estado de ánimo, así como sobre la eficacia de la psicoterapia para tratarlos (…) el principal obstáculo es la ausencia de una política social eficiente que administre adecuadamente los recursos económicos necesarios para que se produzca este cambio. Todo el gasto originado por la sobreprescripción podría reorientarse hacia una mejor organización sanitaria que, a la larga, reduciría el gasto y beneficiaría mucho más a los pacientes. Ahora bien, es importante hacer oír esta demanda y promover las políticas que organismos como The National Institute of Clinical Excellence (NICE) ya han propuesto para hacer viable este reto de mejora».

El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (CGCOP) también defiende que se posibilite el acceso de los pacientes a una terapia psicológica y, por extensión, la inclusión de los profesionales de la Psicología en los servicios de Atención Primaria, ya que estos profesionales son los que están más capacitados por su formación para aplicar un abordaje de esta naturaleza. Así, el CGCOP apoya la necesidad de un cambio del modelo sanitario tradicional, basado en un modelo eminentemente biologicista y farmacológico, a otro más integrador que considere los aspectos psicológicos asociados a la enfermedad.

Lejos de ser una utopía, la inclusión de psicólogos en las consultas de Atención Primaria es una propuesta que se está haciendo realidad en otros países, como Reino Unido, donde a través del programa Improving Access To Psychological Therapies, apoyado y subvencionado por el gobierno, se ha decidido renovar el modelo tradicional de atención médica apoyando la incorporación de más de 5.000 psicólogos en los servicios de Atención Primaria y apostando, de esta manera, por un nuevo modelo sanitario pionero a nivel mundial.

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