Fallece Aaron Beck, padre de la terapia cognitivo-conductual

8 Nov 2021

El pasado día 1 de noviembre, falleció, a la edad de 100 años, el Dr. Aaron Temkin Beck, destacado psicólogo y catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania, mundialmente conocido como el padre de la terapia cognitivo-conductual (TCC) y como uno de los principales investigadores en Psicopatología en todo el mundo.

Nacido el 18 de julio de 1921 en Providence (Rhode Island), Aaron Beck se graduó en la Universidad de Brown en 1942 y en la Escuela de Medicina de Yale en 1946.

Se formó en Psicoanálisis y su investigación más temprana buscó validar los constructos psicoanalíticos. En la década de 1960, siendo psiquiatra en la Universidad de Pensilvania, sus estudios iniciales con pacientes diagnosticados de depresión lo llevaron a desarrollar una nueva teoría de la depresión, centrada en las creencias negativas subyacentes asociadas con la pérdida y el fracaso, en lugar de la premisa psicoanalítica de que los pacientes con depresión tienen “una necesidad innata de sufrir”. Los pacientes de Beck expresaron pensamientos negativos y espontáneos, a los que denominó «pensamientos automáticos». Adoptando un rol colaborativo con sus pacientes, examinó sus pensamientos automáticos y distorsiones cognitivas, descubriendo que los pensamientos sobre una situación dictaban sus reacciones más que la situación en sí, una construcción que denominó «modelo cognitivo».

Foto: Aaron T. Beck Fuente: Beck Institute Fecha descarga: 05/11/2021

Abordó con ellos las creencias desadaptativas y les ayudó a cambiar la forma en que pensaban sobre las situaciones y a participar en comportamientos más funcionales.

Su trabajo en la Universidad de Pensilvania inspiró a Martin Seligman a refinar sus propias técnicas cognitivas y a trabajar sobre la indefensión aprendida.

En 1977 se publicaron los resultados del primer ensayo clínico importante que comparó la terapia cognitivo-conductual con la medicación antidepresiva, y evidenciaron que la TCC es la primera terapia de elección más eficaz que la medicación para el tratamiento de la depresión. Después de que un segundo ensayo clínico en el Reino Unido reprodujera los mismos resultados, la terapia cognitivo-conductual recibió reconocimiento e interés a nivel internacional.

A partir de entonces, Beck comenzó a investigar y aplicar la TCC a otros trastornos, realizando observaciones clínicas, identificando creencias desadaptativas asociadas con los trastornos y desarrollando planes de tratamiento para abordarlos. La terapia cognitivo-conductual se ha aplicado con éxito a los trastornos de ansiedad, el uso y abuso de sustancias, los trastornos de la personalidad, los trastornos de la alimentación, la Psicosis y otros diagnósticos psiquiátricos. Asimismo, se ha adaptado para su uso en terapia de pareja, en familias, población infanto-juvenil, adultos y adultos mayores, y en una variedad de contextos (incluidos hospitales, clínicas ambulatorias, centros residenciales, educativos y penitenciarios).

En 1994, Aaron Beck fundó junto a su hija, la psicóloga Judith S. Beck, el Instituto Beck de Terapia Cognitivo Conductual (Beck Institute for Cognitive Behavior Therapy), -organización sin ánimo de lucro que ofrece tratamiento, formación e investigación de la TCC-, ostentando el cargo de presidente emérito de la misma hasta su fallecimiento.

A lo largo de toda su carrera profesional fue autor y coautor de 25 libros y publicó más de 600 artículos. Beck también desarrolló medidas de autoinforme de depresión y ansiedad, siendo el más conocido el Inventario de Depresión de Beck (BDI-Beck Depression Inventory) que se convirtió en uno de los instrumentos más utilizados para detectar y evaluar la gravedad de la depresión. De hecho, en nuestro país, es el quinto test más utilizado por los/as psicólogos/as españoles/as.

Se le atribuye el haber revolucionado el campo de la salud mental con el desarrollo y la investigación de la terapia cognitivo-conductual, siendo considerado por la APA (American Psychological Association-Asociación Americana de Psicología) como «uno de los cinco psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos».

Un ejemplo de ello, son los numerosos premios recibidos, tales como el Premio Albert Lasker a la Investigación Médica Clínica (2006) o el Premio Gustave O. Lienhard del Instituto de Medicina por «logros nacionales destacados en la mejora de los servicios de atención sanitaria en los Estados Unidos», entre otros. 

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