Los niños y las niñas con discapacidad tienen mayor probabilidad de sufrir violencia y acoso en entornos educativos, según alerta la UNESCO

30 Nov 2021

La violencia y el acoso escolares ocurren en todos los países, afectan a un número significativo de niños, niñas y jóvenes, perjudican la salud y el bienestar y socavan el aprendizaje. Sin embargo, sabemos muy poco sobre la magnitud y la naturaleza de la violencia y el acoso que sufren los niños y jóvenes con discapacidad en los entornos educativos, ya que las encuestas globales no recogen datos específicos sobre estos alumnos.

Así lo afirma la UNESCO, en un nuevo informe a través del cual recoge, por primera vez, datos sobre la magnitud y la naturaleza de la violencia y el acoso que afectan a los alumnos y alumnas con discapacidad en los entornos educativos. Su objetivo es sensibilizar sobre este problema y fomentar la adopción de medidas para garantizar que los niños, niñas y jóvenes con discapacidad puedan disfrutar de un entorno de aprendizaje seguro.

El documento va dirigido principalmente a los responsables de la formulación y la planificación de políticas educativas y a los equipos de administración y dirección de los centros educativos, el profesorado y demás miembros del personal escolar.

Foto: RODNAE productions Fuente: pexels Fecha descarga: 10/11/2021

Asimismo, la UNESCO espera que pueda ser de utilidad para todas aquellas personas y entidades interesadas en prevenir y abordar la violencia y el acoso que afectan a los alumnos y alumnas con discapacidad, e impulse nuevas investigaciones para mejorar la comprensión del problema y generar información sobre intervenciones eficaces.

A continuación, presentamos las principales conclusiones del informe:

  • La discapacidad es un importante factor de riesgo de acoso escolar. Los niños y niñas con discapacidad tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de ser víctimas de cualquier tipo de violencia que los demás niños y niñas, en todos los entornos en los que se desenvuelven. El riesgo es mayor entre los alumnos y las alumnas con discapacidad emocional, intelectual y de comunicación, y entre aquellos/as con discapacidades múltiples.

    Este fenómeno se observa en la enseñanza preescolar, primaria, secundaria y superior, pero, en general, el riesgo parece ser mayor entre los 13 y los 15 años, durante la transición de los últimos años de la infancia a los primeros años de la adolescencia.

  • Los/as alumnos/as con discapacidad (especialmente, aquellos/as con discapacidad intelectual, con dificultades de aprendizaje, trastorno por déficit de atención con hiperactividad o trastorno del espectro del autismo), parecen ser más vulnerables al ciberacoso.

  • Se estima que algunos niños, niñas y jóvenes con discapacidad podrían no reconocer la violencia y el acoso como maltrato, lo que, a juicio de los autores del informe, podría provocar que los datos actuales sobre la prevalencia de este problema lo subestimen en realidad.

  • Los alumnos y alumnas con discapacidad presentan más probabilidades que el resto del alumnado de ser tanto perpetradores como víctimas de acoso. Según la UNESCO, la violencia y el acoso perpetrados por estudiantes con discapacidad podría deberse a una falta de habilidades sociales o darse en respuesta a la victimización prolongada.

  • Los datos indican tasas más elevadas de violencia física (castigo corporal) al alumnado con discapacidad por parte de los docentes, que a los/as alumnos/as sin discapacidad. También tienen más probabilidades de sufrir violencia psicológica y de ser encerrados o sometidos a medidas de contención física (sobre todo aquellos y aquellas con discapacidad emocional e intelectual).

  • El informe apunta a la escasa paciencia, falta de comprensión y actitudes negativas con respecto a la discapacidad como factores relacionados con la violencia por parte del profesorado.

  • El acoso puede darse tanto en escuelas ordinarias como especiales. Las cifras señalan, además, que los niños, las niñas y los/as jóvenes con discapacidad en entornos institucionales e internados son más vulnerables a la violencia por parte de los/as docentes, del resto del personal escolar y de otro alumnado. De igual modo, en función del contexto del país, el riesgo de acoso puede ser mayor en las escuelas rurales.

  • El género influye en el tipo de acoso sufrido: “los niños tienden a ser acosadores físicos, mientras que las niñas son más propensas a participar en formas más sutiles o indirectas de acoso, como el acoso emocional y social y la exclusión”.

  • Las cifras señalan que la probabilidad de sufrir violencia sexual en mayor entre los niños, las niñas y jóvenes con discapacidad, en comparación con aquellos/as sin discapacidad. Asimismo, fuera del contexto educativo, las mujeres y los hombres jóvenes con discapacidad presentan más probabilidades de sufrir violencia en las relaciones amorosas de pareja.

  • La pobreza puede incrementar la vulnerabilidad de y las menores con discapacidad al acoso por parte de sus compañeros/as.

  • El impacto del acoso y la violencia sobre el bienestar y la salud mental es mayor entre el alumnado con discapacidad. Diversos estudios evidencian este grave problema, asociado con la falta de amigos/as y el aislamiento social, puede derivar en elevadas tasas de depresión, ansiedad, ira y pensamientos suicidas. En la misma línea, se ha observado cómo influye en el acceso de los niños y niñas con discapacidad a la educación y a su participación en ella, así como sus logros y sus perspectivas de futuro.

Dado lo anterior, la UNESCO considera prioritario prevenir y abordar la violencia y el acoso en el ámbito escolar, garantizando un enfoque educativo integral que incorpore los principios de la educación inclusiva y tenga en cuenta las necesidades de estos niños y niñas, y que priorice una serie de cuestiones clave, tales como, la implementación de leyes y políticas que protejan los derechos de los niños y las niñas con discapacidad y prohíban la violencia contra ellos, la creación de entornos escolares seguros e inclusivos, la adopción de un plan de estudios, un aprendizaje y una enseñanza inclusivos que promuevan valores, el apoyo y formación en competencias al personal docente, el fomento de un ambiente de seguridad física y psicológica en la escuela y el aula, o la participación de los/as alumnos con discapacidad en los programas de prevención de la violencia y el acoso, entre otras.

Se puede acceder al informe desde la página Web de la UNESCO, o bien directamente a través del siguiente enlace:

Violencia y acoso en entornos educativos La experiencia de niños, niñas y jóvenes con discapacidad

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS