TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL SOMETIDOS A DIÁLISIS

18 Nov 2008

Los problemas de depresión son habituales en personas con enfermedad renal crónica que están siendo sometidas a diálisis o a hemodiálisis, lo que afecta notablemente a su calidad de vida y a su adaptación a la enfermedad.

El tratamiento cognitivo-conductual puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con enfermedad renal, tal y como se ha dado a conocer en la 41ª Reunión Anual de la Sociedad Americana de Nefrología, celebrada estos días en Filadelfia (Pensilvania, EEUU). Se trata del primer estudio clínico controlado sobre la aplicación de un programa de tratamiento cognitivo-conductual en pacientes deprimidos sometidos a diálisis.

Los pacientes con enfermedad renal crónica precisan sesiones de hemodiálisis para filtrar la sangre por un riñón artificial que cumple las funciones del órgano enfermo, y devuelve la sangre limpia al organismo. Habitualmente, estas sesiones tienen una duración de 3-4 horas, al menos 3 veces a la semana, lo que supone un importante desgaste psicológico a largo plazo. Por este motivo, no es de extrañar que los problemas de depresión sean habituales en personas con enfermedad renal crónica que están siendo sometidas a este tipo de tratamientos (en concreto, se estima que alrededor del 30% de estos pacientes sufren depresión). La depresión en este colectivo, está asociada además a un mayor número de hospitalizaciones, a la aparición de otras complicaciones médicas e incluso al aumento de la mortalidad.

 

En el estudio que se ha dado a conocer en el marco de la 41ª Reunión Anual de la Sociedad Americana de Nefrología, participaron 85 pacientes con enfermedad renal en estado terminal que estaban siendo sometidos a hemodiálisis crónica y que habían sido diagnosticados de depresión. La mitad de los pacientes recibieron un tratamiento cognitivo-conductual durante 3 meses, consistente en sesiones semanales de 90 minutos de duración. Las sesiones estaban centradas en aspectos relacionados con la enfermedad renal y sus efectos en la vida diaria, la depresión, técnicas de afrontamiento, técnicas de reestructuración cognitiva, actividades de relajación y mejora de las habilidades sociales, entre otros. El resto de los pacientes del estudio recibieron el tratamiento tradicional que se ofrece en el centro de salud (sin tratamiento cognitivo-conductual). Se realizaron evaluaciones al inicio del estudio y a los 3 y 9 meses después del comienzo del mismo.

Al evaluar los resultados a los 3 meses de la intervención, se encontró que los participantes que habían recibido tratamiento cognitivo-conductual mostraron mejoras significativas en las medidas de depresión, funcionamiento cognitivo y calidad de vida, al compararlos con el grupo control. Asimismo, estas mejoras se mantuvieron a los seis meses tras la intervención psicológica.

Tal y como ha ocurrido en otros estudios sobre el éxito de la aplicación de la terapia cognitivo-conductual para el tratamiento de la depresión, los autores de la investigación concluyen que este tipo de intervención, que es económica y no tiene efectos adversos, es la estrategia más eficaz para tratar la depresión de pacientes con enfermedad renal.

De esta manera, se trata de un estudio pionero que sentará las bases para futuras aplicaciones de este tipo de intervenciones psicológicas en pacientes afectados de enfermedad renal, tal y como está ocurriendo ya con pacientes afectados por otras condiciones médicas crónicas, como cáncer o dolor crónico, donde se ha demostrado que las terapias psicológicas pueden mejorar notablemente la calidad de vida de estos pacientes y la evolución de su enfermedad.

Fuente:
Medical News Today

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