Los casos de ideación suicida, intentos autolíticos y autolesiones se incrementan de forma preocupante en niños/as y adolescentes, según advierte la Fundación ANAR

6 May 2022

Los problemas de salud mental en niños, niñas y adolescentes se han disparado un 54,6% con respecto al año anterior. De entre los diferentes problemas de salud mental, el suicidio es el que ha experimentado el crecimiento más preocupante, además de ser el más grave y con peores consecuencias para nuestros/as jóvenes.

Así lo advierte la Fundación ANAR en su Informe anual 2021: el Teléfono/Chat ANAR en tiempos de COVID-19, un estudio que recoge y analiza en profundidad las problemáticas que afectan a los y las menores de edad atendidos por la Fundación durante el pasado año 2021, así como también a sus familias, docentes y otros adultos/as de su entorno que han contactado pidiendo ayuda para un o una menor de edad.

Entre las principales conclusiones del estudio destacan las siguientes:

Foto: Monstera Fuente: pexels Fecha descarga: 05/05/2022

– Las peticiones de ayuda se han incrementado un 50,9% con respecto al año anterior, cifrándose en este año 2021 en 251.118. De estas, 16.442 se han correspondido con casos graves, “la mayor cifra alcanzada hasta la fecha”, que supone un aumento de un 39,8% tan sólo en este último año y de un 78,9% en los últimos 5 años.

– Con el aumento de las peticiones de ayuda y de la gravedad y urgencia de los casos, se ha elevado también “de forma significativa” la actividad de los departamentos Jurídico y Social, se han realizado 59.853 derivaciones a recursos sanitarios, educativos, policiales, etc. (un 30,9% más en relación con el pasado año), y se han llevado a cabo un total de 4.283 intervenciones en situaciones extremas al valorar que el niño o la niña y/o adolescente se encontraba en riesgo, desamparo o emergencia, interviniendo a través de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (policía y guardia civil), servicios de emergencia, etc., (aumento de un 88,1% en las intervenciones de esta índole frente a 2020).

Asimismo, se registra un incremento significativo (más del 40%) en las Consultas de Orientación Especial (aquellas que requieren la ayuda de un/a profesional experto/a en infancia: psicólogo/a, abogado/a, trabajador/a social), atendiéndose 23.512 casos.

De acuerdo con los datos de ANAR, seis de cada diez consultas (62%) son de gravedad alta (incluye gravedad muy alta y extrema), y tan solo el 8% tiene una gravedad baja.

– En este año, “en que la salud mental ya representa el 32,5% de las consultas de los niños, niñas y adolescentes”, se ha registrado un aumento de casos, cifrado en un 54,6%.

De acuerdo con los datos, el incremento “más preocupante en salud mental” es el que se observa en los casos de ideación suicida, intentos autolíticos ya iniciados y autolesiones, que suponen un total de 7.770 peticiones de ayuda, “necesarias para salvar a 4.542 niños/as y adolescentes con este grave problema”.

Así, de entre los diferentes problemas de Salud Mental, el informe destaca el suicidio como el que ha experimentado un crecimiento más alarmante (agravado por la pandemia de la COVID-19), siendo el más grave y el que peores consecuencias tiene para los y las jóvenes. Los datos indican que, en los últimos años, las consultas relacionadas con el suicidio se han multiplicado por 18,8, creciendo, tan sólo el año pasado, en un 90,9%.

– Los autores del informe recuerdan que los y las menores niños, niñas y adolescentes “no cuentan directamente su ideación suicida o problemática más grave, sino que comienzan a hablar de sus preocupaciones diarias y, detrás de su conducta suicida se encuentran situaciones de muy diversa índole como acoso escolar, abuso sexual, maltrato físico, problema de autoimagen, etc.” A este respecto, agradecen la labor del equipo de psicólogos y psicólogas expertos/as en infancia de la Fundación, que han actuado inmediatamente, ayudando a niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo a verbalizar sus pensamientos relacionados con el suicidio y el planteamiento que suelen presentar de una solución drástica, extrema e irracional como mecanismo de huida a sus problemas, adaptando el abordaje e información a la comprensión de los y las menores y evaluando sus recursos personales y familiares.

El informe pone de relieve el problema de las autolesiones, estrechamente relacionado con los intentos de suicidio “por su alta probabilidad de desenlace fatal cuando los niños, niñas y adolescentes cambian de procedimiento”, y cuya incidencia se ha multiplicado por 56,1 en los últimos años, pasando de 57 consultas en 2009 a 3.200 en el año 2021.

–  ANAR destaca también el aumento significativo de otros problemas de salud mental, entre ellos los siguientes:

– Respecto al año 2020, se registra un incremento de la ansiedad y de los síntomas depresivos y tristeza en menores, que manifiestan en las consultas una “falta de entendimiento familiar y escucha”, que incrementa su malestar y la cronicidad de los síntomas.

– Se observa también un aumento de trastornos de la alimentación en adolescentes, que verbalizan dificultades a la hora de encajar en la “imagen social ideal” imperante en la actualidad, lo que deriva en una inadecuada gestión emocional que conlleva la realización, por parte de estos menores, de mecanismos compensatorios dañinos propios de los trastornos alimentarios. En este sentido, según el informe, “el/la adolescente siente en ocasiones la necesidad de control, que a veces lo externaliza a través del control de su cuerpo y su imagen”.

Aumentan las adicciones, especialmente relacionadas con las nuevas tecnologías y reportadas, principalmente por las familias, que detectan síntomas que les parecen “propios de adicción”, tales como, agresividad, problemas de conducta, desatención de responsabilidades o aislamiento del menor. De hecho, según indica el informe, con el confinamiento se disparó el uso inadecuado de las tecnologías entre los niños/as y adolescentes, un fenómeno que sigue aumentando y que, en muchos casos, ha derivado en una adicción. Los y las adultos manifiestan tener dificultades para poner límites a sus hijos e hijas en el uso de las tecnologías y la presión social existente. ANAR recuerda que los problemas de tecnología se relacionan con el ciberacoso, la violencia de género, la pornografía y prostitución infantil, entre otros.

– Se eleva también la cifra de consultas de adolescentes en duelo, que expresan sensaciones de pérdida, “por un lado, de sus seres queridos a consecuencia del COVID-19, y por otro, de sus relaciones ya sean de pareja o de amistad”.

Se reportan más problemas de conducta de menores en el hogar, principalmente, en las consultas de adultos/as y familiares. Muchos casos se relacionan con el uso inadecuado y excesivo de la tecnología que se traduce en “grandes problemas de 48 convivencia y deriva en situaciones muy cronificadas, repercutiendo en la relación entre padres e hijos/as”.

– Han aumentado a su vez otras problemáticas:

– Los problemas de baja autoestima, “muy representados” entre los problemas de salud mental más consultados y relacionados con otras problemáticas, como falta de comunicación y acompañamiento familiar, reducción de relaciones sociales, presión social y las situaciones de violencia que están viviendo los niños/as y adolescentes.

– El informe subraya el “cuantioso número de consultas” sobre miedo, sensación de soledad, externalización de la ira y la agresividad, de otros trastornos Mentales, obsesiones, trastornos del sueño, aislamiento y fobias.

– Los y las menores están conviviendo en familias que presentan graves problemas de salud mental. En más de la mitad de los casos atendidos, sus familias presentaban problemas psicológicos (52,2%): ansiedad (21,2%), tristeza y depresión (20,7%), miedo (18,8%), adiciones (13,1%), intento e ideación suicido (2,3%), soledad (1,5%), aislamiento (1,4%) y duelo (0,9%).

– En opinión de los autores del informe, este aumento de problemas de salud mental infanto-juveniles es debido a la confluencia de varios factores, entre ellos, “la soledad acompañada (producida por las nuevas formas de comunicación y las tecnologías), la falta de referentes emocionales, los problemas de comunicación, la mayor exposición a la violencia a través de la tecnología y otros problemas graves como el Coronavirus y la actual Guerra de Ucrania, que están generando problemas psicológicos, sociales y económicos que aumentan la frustración, la desmotivación, la incertidumbre, el malestar y en ocasiones su desesperanza”. Todo ello impacta en los y las adolescentes, que se expresan a través de mecanismos de autorregulación emocional perjudiciales para su salud (ideas e intentos de suicidio, autolesiones, trastornos de alimentación, etc.).

A este respecto, son muy evidentes las dificultades emocionales de los niños/as y adolescentes, situándose en la base “de muchos de los conflictos y situaciones de violencia donde emociones como la ira y la frustración no se gestionan adecuadamente”.

– Se registra un aumento de conflictos intergeneracionales, seguramente debido al mayor tiempo que se pasa en casa. Entre los problemas verbalizados por los y las adolescentes, se encuentran las dificultades para comunicarse con sus padres/madres, para aceptar normas y límites, la existencia de menos referentes externos y menos refuerzos y estímulos positivos fuera de casa, menor relación con sus iguales, menos actividades de ocio y tiempo libre, etc.

Asimismo, muchas peticiones de ayuda coinciden con vivencias de situaciones muy violentas y cronificadas (por ejemplo, maltrato intrafamiliar y acoso escolar) y que, tal y como afirma ANAR, “generan una enorme sensación de indefensión de la que quieren poder escapar pero no encuentran solución en su entorno”.

– Dado lo expuesto, la Fundación ANAR pone de relieve la necesidad de contar con más recursos especializados y un mayor número de profesionales destinados a atender temáticas de mayor sensibilidad y riesgo para la salud de los y las menores, para que no exista tanta demora en la atención, se reduzcan las listas de espera y aumente la frecuencia de las citas. Asimismo, resalta la relevancia de formación a profesionales y destaca el rol fundamental de los centros educativos como “observatorios privilegiados”, donde los y las docentes pueden ser figuras importantes para desarrollar competencias emocionales.

ANAR lamenta la existencia, actualmente, de múltiples situaciones que afectan a niños, niñas y adolescentes, especialmente, los/as que están en desventaja y desigualdad: el hecho de que los y las menores con escasos recursos económicos no puedan acceder a la atención y asistencia psicológica que precisan, de igual modo en que no pueden recibirla aquellos/as cuyos padres están separados y uno de ellos se niega a que el niño o la niña la reciba (lo que suele derivar en un procedimiento legal que demora aún más el acceso a este tipo de atención), siendo aún más grave en los casos en que son víctimas de algún tipo de violencia filioparental. Ante esto, la Fundación insta a que se reconozca la figura del psicólogo/a especialista en infancia y adolescencia y sea suficiente con el consentimiento de uno de los progenitores para recibir atención psicológica.

– Con respecto a la violencia ejercida contra niños/as y adolescentes, esta constituye nuevamente el principal motivo de consulta al Teléfono/Chat ANAR, con un aumento preocupante de casos graves, urgentes, frecuentes y de larga duración (se ha pasado de atender 6.259 casos graves de violencia en 2020 a 8.565 casos graves en el año 2021). Entre todas las violencias, el maltrato físico y el psicológico continúan siendo las más predominantes. Todo ello, en un contexto en que la violencia intrafamiliar hacia niños/as y adolescentes “continúa siendo tolerada y admitida como pauta educativa en nuestra sociedad por muchas personas”.

La Fundación ANAR recomienda en su informe el desarrollo del Plan estratégico de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia, que permita “prevenir, detectar e intervenir para erradicar este grave problema que afecta a la sociedad”.

– Para los autores del informe, la repercusión mediática y social que ha tenido el Estudio publicado por Fundación ANAR sobre abusos sexuales, ha contribuido a visibilizar esta temática tabú y silenciada, saliendo a la luz muchos más casos (1.297 casos en 2021 frente a los 717 casos en 2020).

– El informe muestra inquietud ante el crecimiento exponencial de la violencia de género entre niños/as y adolescentes víctimas en sus primeras relaciones sentimentales, multiplicándose por 10 en la última década e incrementándose en un 49,5% tan sólo este año. De los 3.440 casos ayudados en 2021 (2.301 en 2020), el 43,6% de los/as adolescentes atendidos/as no tenían conciencia de la violencia de género. A este respecto, ANAR considera primordial continuar difundiendo campañas que ayuden a niños, niñas y adolescentes a identificar este tipo de violencia, que en el 68,1% de los casos se ejerce a través de la tecnología.

– Si bien con el confinamiento durante la pandemia, muchos niños, niñas y adolescentes dejaron de sufrir acoso escolar presencial, se observa que en 2021 vuelve a repuntar este problema en cotas similares a otros años anteriores, incrementándose en un 68,8%.

El informe recomienda esencial reevaluar medidas en los centros educativos (como reducir las ratios docente/alumno) e implementar la figura del Coordinador de Bienestar para mitigar este u otros tipos de violencia que se sufren en los Centros Escolares.

ANAR expresa su sorpresa ante el “alto nivel de agresividad que se está desarrollando en la sociedad hacia la Infancia y Adolescencia”, especialmente hacia los y las adolescentes, entre los que se ha registrado un incremento de un 30,6%.

– Se ha detectado un aumento de casos de abandono (un 24,3% más) expulsión del hogar a menores (incremento de un 153,7%), relacionados, según el informe, “con problemas de normas y límites y trastornos de conducta en los hogares, donde las madres y padres se sienten desbordados y acaban recurriendo a soluciones extremas”. En estos casos, se recomienda buscar ayuda de un/a psicólogo/a experto/a en infancia que ayude a las familias a encontrar soluciones para lograr una convivencia normalizada y evitar entrar en conductas delictivas.

En los tres últimos años, se ha registrado un aumento de los problemas de violencia en el entorno, incrementándose en un 58,7% tan sólo en el último año. Los datos indican que las violencias que más han aumentado son: agresiones extrafamiliares (206,2%), abuso sexual (109,1%), acoso escolar a otros familiares (53,3%), maltrato físico (52,9%), violencia de género (50,1%), maltrato psicológico (44,6%) y abandono (32,1%).

El documento finaliza con un decálogo de Consejos ANAR para identificar y prevenir la ideación suicida en niños/as y adolescentes.

Se puede acceder al informe desde la página web de ANAR o bien directamente aquí:

ANAR Informe Anual Teléfono/Chat ANAR 2021

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