Es necesario incorporar el aprendizaje socioemocional para combatir el discurso de odio en los centros educativos, informe de la UNESCO

8 Nov 2022

“Es posible enseñar y aprender estrategias para hacer frente al discurso de odio y rechazarlo. La educación puede ser un instrumento muy eficaz para abordar el discurso de odio desde su raíz”. Así lo establece el documento publicado por la UNESCO, que lleva por título Afrontar el discurso de odio: respuestas educativas.

El discurso de odio, cuya incidencia se ha visto agravada en los últimos años a nivel mundial, es especialmente agresivo en Internet y tiene consecuencias muy negativas en el comportamiento de la sociedad, acompañándose de un aumento de las agresiones hacia determinados grupos de la población.

Se trata de un fenómeno complejo y multifacético, que requiere una respuesta multisectorial, en la que se incluya a los sistemas educativos. Según señalan los expertos, los centros educativos juegan un papel central en la vida de los jóvenes y sus familias y pueden erigirse como promotores de cohesión social entre la población. “Las escuelas deben ser un ejemplo de los principios que promueven y deben facilitar el respeto, la transparencia y la participación en la toma de decisiones y fomentar la no violencia y la igualdad de género”, indica el documento.

En el texto se analizan los desafíos y ventajas que supone implantar estrategias frente al discurso de odio en los contextos educativos y se ofrecen recomendaciones para establecer medidas en esta dirección. Conseguir que los alumnos de todas las edades aumenten su concienciación sobre las repercusiones del odio y adquieran conocimientos, aptitudes y confianza para convertirse en defensores activos de sociedades más pacíficas, tolerantes, inclusivas, seguras y sostenibles se plantean como algunos de los objetivos a incorporar en los centros educativos.

Entre las medidas que se recomiendan en el texto para lograr la implementación de estrategias para prevenir la violencia entre los jóvenes, los autores del documento señalan las siguientes:

  • Fomentar la educación para la ciudadanía mundial y crear más conciencia sobre los derechos humanos y las responsabilidades civiles. En este sentido, es fundamental que los alumnos y alumnos desarrollen habilidades para analizar en profundidad las causas y motivaciones de las personas que difunden discursos de odio, así como para saber resistirse frente a “la simplicidad y el atractivo de las retóricas basadas en el miedo y el odio».
  • Comprender las causas y las consecuencias del discurso de odio.
  • Incorporar múltiples perspectivas y promover el pluralismo y el pensamiento crítico para contrarrestar el odio y los prejuicios.
  • Fomentar la equidad y la inclusión social mediante el aprendizaje social y emocional.A este respecto, se ha demostrado que “el desarrollo de las competencias emocionales vinculadas a la regulación de la atención mediante la conciencia plena y la resiliencia emocional regula y reduce la agresión y la violencia, y promueve un comportamiento pacífico y prosocial. Al mismo tiempo, el desarrollo de competencias sociales como la empatía, la cooperación y las aptitudes de solución de conflictos puede ayudar a establecer y mantener relaciones interpersonales de apoyo y capacitar a los jóvenes para promover la justicia social y la equidad”.
  • Promover la alfabetización mediática e informacional y la educación para la ciudadanía digital a fin de hacer frente al discurso de odio online.
  • Fortalecer las capacidades de los educadores para afrontar el discurso de odio y sus causas profundas.
  • Reforzar las escuelas como centros de cohesión social.
  • Apoyar los programas comunitarios y la participación de los jóvenes, tanto online como fuera de ella.

Para la consecución de los objetivos mencionados, los expertos hacen un llamamiento a los responsables de las políticas educativas para:

  • Integrar la educación para la ciudadanía mundial en los planes de estudios e invertir en programas educativos específicos y adaptados al contexto para prevenir el extremismo violento, junto con el racismo, el antisemitismo y otras formas de intolerancia.
  • Promover la educación relativa a los derechos humanos y la defensa de la libertad de expresión, creando conciencia sobre la diferencia entre una violación ilegítima y las limitaciones legalmente autorizadas.
  • Elaborar e integrar en los planes de estudio nacionales programas educativos que sensibilicen sobre las causas y consecuencias del discurso del odio, acompañados de formación para los educadores.
  • Ofrecer recursos y formación a organizaciones de la sociedad civil, centros de documentación e información y museos que promueven educación sobre pasados violentos y los orígenes de la violencia y el odio.
  • Examinar los planes de estudios y los materiales didácticos para garantizar que no contengan estereotipos ni un lenguaje tendencioso y que incluyan perspectivas diversas.
  • Apoyar la elaboración de materiales y pedagogías inclusivos y pertinentes que incorporen las diferencias étnicas, lingüísticas y religiosas, garantizando que la educación respalde el desarrollo de la identidad de los alumnos y sus sentimientos de pertenencia a un grupo que comparte una humanidad común.
  • Garantizar que los sistemas e instituciones de educación defiendan la libertad de expresión, respetando las ideas y opiniones contradictorias y opuestas.
  • Invertir en la promoción del aprendizaje socioemocional y su integración en los planes de estudios nacionales y en la preparación de capacitación del profesorado orientada a reforzar las competencias clave necesarias para oponerse y no reproducir a los discursos de odio y fomentar la tolerancia y la aceptación entre los alumnos.
  • Formular políticas y estrategias nacionales de alfabetización mediática e informacional para ayudar a los alumnos a evaluar críticamente y verificar la información y los medios de comunicación, así como a reconocer las retóricas de odio.
  • Invertir en la educación para la ciudadanía digital a fin de enseñar a los alumnos sus derechos y responsabilidades online, ayudarlos a relacionarse con otros usuarios de forma activa, sensible y ética, y animarlos a participar en comunidades y movimientos digitales que tratan de contrarrestar el discurso de odio en línea y fuera de ella.
  • Trabajar con todas las partes interesadas en preparar ciudadanos digitales más informados y responsables, en especial mediante políticas de toda la escuela sobre educación para la ciudadanía digital y actividades extracurriculares, como clubes de alfabetización mediática e informacional.
  • Impulsar una formación de docentes, tanto inicial como continua, para ayudar a los educadores a afrontar el discurso de odio en la educación, incluyendo información sobre intervenciones en el aula y pedagogías que fortalezcan la resistencia de los alumnos frente a discursos conexos.
  • Fortalecer la capacidad de los directores y administradores de instituciones educativas a fin de establecer políticas contra la discriminación, programas de mentoría y apoyo y herramientas de evaluación para abordar y prevenir el discurso de odio, incluso mediante enfoques de toda la comunidad que vayan más allá de sus instituciones.
  • Crear estructuras de apoyo y orientación para establecer un enfoque de toda la escuela que fomente la tolerancia, la inclusión y las oportunidades de diálogo e intercambio, fuera del aprendizaje formal, con objeto de afianzar la resistencia frente al odio y los prejuicios. Esto incluye actividades extracurriculares, como deportes, actividades artísticas y culturales, y trabajos comunitarios.
  • Ofrecer recursos y apoyo financiero a las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a abordar y contrarrestar el discurso de odio.
  • Fomentar la formulación de estrategias educativas preventivas contra el discurso de odio.
  • Reforzar las sinergias entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado al elaborar estrategias de atenuación contra el discurso de odio, incluidas las iniciativas educativas.
  • Garantizar la participación de los jóvenes en estos procesos.
  • Ayudar a las organizaciones juveniles a integrar la alfabetización mediática e informacional en sus políticas y estrategias.

Se puede acceder al documento en la propia Web de la UNESCO y en el siguiente enlace:

Afrontar el discurso de odio: respuestas educativas

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