La necesidad de potenciar el bienestar y la salud mental en las escuelas

“Los centros educativos tienen la oportunidad única de identificar y apoyar a los niños que experimentan dificultades emocionales y de conducta”. Así de contundente se muestran los expertos de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud que han elaborado el manual titulado Promoting wellbeing and mental health in schools (Fomentar el bienestar y la salud mental en la escuela).

La publicación está especialmente dirigida al profesorado de Educación Primaria, y en ella se ofrece información básica para entender la importancia del cuidado de la salud mental de los alumnos y recomendaciones para potenciar un clima escolar sensible a las necesidades psicológicas del alumnado.

Crear entornos de aprendizaje seguros y de apoyo, en los que los estudiantes se sientan cómodos pudiendo hablar sobre sus problemas de salud mental y en los que el profesorado disponga del conocimiento y herramientas adecuadas para manejar a este conjunto de niños y niñas que plantean un enorme desafío para el desarrollo de la clase, resulta una estrategia eficaz para reducir la incidencia de problemas de salud mental en la población adolescente y mejorar la resiliencia de los alumnos frente a las dificultades de la vida diaria.

Tal y como señalan los autores del documento, conocer en qué consiste la salud mental ayudará al profesorado a establecer las claves en el aula para proteger y mantener una buena salud mental, entender las conductas y necesidades de los alumnos con problemas de salud mental, reducir el estigma en torno a la salud mental y mejorar las actitudes de toda la comunidad escolar hacia estos problemas y ayudar a los alumnos que lo precisen a obtener ayuda especializada.

“Cada alumno que entra en clase debería poder elegir su camino en la vida. Los profesores les deberían preparar para ello, garantizando su desarrollo intelectual, su autoestima y su bienestar social”, indica la publicación.

En el manual se explican las características e hitos que se producen en cada etapa del desarrollo desde el nacimiento hasta la preadolescencia teniendo en cuenta el desarrollo cognitivo, el desarrollo social, el desarrollo del lenguaje y el desarrollo ético o moral, así como los factores que pueden afectar a este desarrollo, entre los que se encuentran las influencias familiares, escolares y sociales y culturales.

“Dado que los niños pasan una cantidad significativa de tiempo en la escuela, sus relaciones existentes y el contacto directo con el profesorado hacen de las escuelas un entorno esencial para promover la salud mental y el bienestar”, recoge el manual. Los directores de los centros también desempeñan un papel determinante en la promoción de la salud mental mediante acciones como la elaboración de códigos de conducta y protocolos de actuación y la integración de horarios y espacios adecuados y sensibles a las necesidades psicológicas de los estudiantes.

A este respecto, la OMS señala que los centros educativos que tienen más éxito en la promoción y cuidado de la salud mental de sus alumnos y alumnas disponen de un equipo directivo comprometido e implicado, una cultura escolar basada en la confianza, la integridad, la igualdad de oportunidades y el respeto mutuo, unas políticas y procedimientos claros para toda la escuela en materia de comportamiento y salud mental, acordados y aplicados con éxito.

El manual incide en la necesidad de erradicar prácticas de enseñanza que se ha comprobado que tienen un efecto negativo y dañino para el niño o niña y su desarrollo, como el castigo corporal y que, además, no son eficaces para la modificación de la conducta de los menores. De hecho, el castigo corporal hace que los alumnos sean más agresivos, al imitar estos comportamientos punitivos y anima a los estudiantes a someterse a las figuras de autoridad, mientras dudan de esas mismas figuras de autoridad, disminuye su capacidad de concentración y su interés por aprender, impide el establecimiento de habilidades de cooperación y de colaboración mutua, dando lugar a abandono escolar temprano, y no permite educar sobre los comportamientos deseados en una situación dada.

El manual ofrece de manera didáctica una explicación de las peculiaridades de diferentes trastornos de salud mental y del comportamiento (trastornos de ansiedad, depresión, fobia social, fobias específicas, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático, pensamientos de suicidio y autolesiones, depresión, problemas de regulación emocional…), trastornos del neurodesarrollo (como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el trastorno del espectro del autismo, dificultades de desarrollo intelectual) y otros problemas de conducta (como el trastorno negativista desafiante y el trastorno de conducta). Para cada problemas de salud mental  o del comportamiento, se proporciona una breve descripción desde el punto de vista del estudiante, los principales síntomas y su impacto en el entorno escolar y algunas sugerencias para manejar estas situaciones en el aula, optimizar el rendimiento de estos alumnos y facilitar un clima escolar favorable al bienestar psicológico de cualquier estudiante.

La literatura científica reconoce que los niños con niveles más altos de bienestar psicológico tienen niveles más altos de rendimiento académico y participan más en la escuela, por lo que integrar el cuidado de la salud mental en los procesos de aprendizaje es una estrategia mucho más potente que el marco tradicional de enseñanza, limitado a la adquisición de conocimientos.

Se puede acceder a la guía en la propia Web de la PAHO y en el siguiente enlace:

Promoting wellbeing and mental health in schools