EL PSICÓLOGO, HERRAMIENTA ESENCIAL Y PREVENTIVA EN LA INTERVENCIÓN EN EMERGENCIAS – ENTREVISTA A ISABEL VERA Y ELENA PUERTAS

23 Abr 2009

Bajo el lema «Para salvar vidas: seguridad en las situaciones de emergencia», la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha celebrado este año el Día Mundial de la Salud, señalando con ello la importancia de la seguridad de los servicios de salud y la preparación del personal sanitario que atiende a los afectados por situaciones de emergencia.

Con motivo de la celebración de este día, Infocop Online ha querido profundizar en este tema entrevistando a Isabel Vera Navascués y Elena Puertas López, psicólogas del Equipo de Psicología de Catástrofes de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y con una amplia experiencia en la intervención directa con afectados por emergencias y catástrofes.


Isabel Vera


Elena Puertas

ENTREVISTA

Con la celebración del Día Mundial de la Salud, este año la OMS destaca la importancia del entrenamiento y preparación de los diferentes grupos de intervención (personal sanitario, bomberos, policías, etc.) para la actuación en situaciones de catástrofes y emergencias. Como expertas en este ámbito, ¿qué lugar debería ocupar el proceso de entrenamiento en habilidades de apoyo psicológico, autocontrol emocional o manejo del estrés en dichos colectivos?

La formación en manejo del estrés y apoyo psicológico debería ser una formación transversal en el entrenamiento de todos los grupos de Intervención.

Teniendo en cuenta las tareas de los grupos de intervención (Bomberos, Policía, Guardia Civil, Actuantes de Protección Civil, etc.), se debería diseñar un programa completo de prevención del estrés en el ámbito organizacional que incluya actividades antes del desempeño profesional, (adecuada selección de personal y formación orientada a cada puesto de trabajo), durante (rotación del escenario de trabajo, periodos de descanso, apoyo psicológico del equipo, etc.) y después (técnicas grupales y psicoeducativas, seguimiento, etc.)

Este abordaje global, desde nuestro punto de vista, conseguiría reducir en los intervinientes los efectos del estrés, mejorando su salud, mejorando el funcionamiento de las organizaciones (menor absentismo y menores bajas laborales), y finalmente en la sociedad en general, reduciendo los costes de distintas enfermedades potenciadas por el estrés.

¿Qué puede aportar la Psicología en el campo de las emergencias y las catástrofes? Desde su punto de vista, ¿qué función tiene el psicólogo en estas situaciones?

La Psicología en el campo de las emergencias aporta conocimientos substanciales desde distintos ámbitos de su disciplina (clínica, social y organizacional).

El ámbito de la Psicología social aporta un conocimiento del comportamiento colectivo en catástrofes y de la dinámica de los grupos en estas situaciones, así como las técnicas para cubrir las necesidades de información pública por parte de los afectados.

En el ámbito clínico, proporciona información sobre las posibles reacciones de los afectados ante incidentes críticos y sobre cómo desarrollar una intervención psicológica en situaciones de crisis y, en el campo organizacional, proporciona información sobre cómo asesorar en las repercusiones psicosociales de la gestión de la emergencia: organización de equipos, comunicación intergrupal y coordinación, toma de decisiones, resolución de conflictos y gestión del estrés en estas situaciones.

El papel del psicólogo en intervención inmediata en catástrofes es fundamentalmente preventivo.

Puede acompañar a los afectados y familiares para modular las consecuencias psicológicas del suceso, ayudándoles a enfocar de forma adaptativa la espera, la incertidumbre, los trámites legales, el inicio del duelo si lo hubiera y, en general, todos aquellos aspectos que habitualmente pueden generar confusión y embotamiento psicológico en una situación psicológicamente extraordinaria.

 

La intervención del psicólogo no tiene como objetivo rebajar el dolor y el sufrimiento, ni ayudar a llorar, pero sí puede ayudar a manejar crisis agudas de ansiedad o fuertes sentimientos de desesperanza e indefensión que suelen aparecer. Además, puede ayudar a enfocar el inicio del duelo para que en un futuro no se convierta en un duelo patológico, y orientar pautas y estrategias de afrontamiento a medio y largo plazo.

Por otra parte, el psicólogo puede asesorar a los gestores de la emergencia sobre aspectos que pudieran producir una victimización secundaria en los afectados si no se enfocan de una forma adecuada, como son la comunicación directa entre instituciones y afectados, la transmisión pública de malas noticias según las variables concretas que rodean a la emergencia. También puede asesorar sobre las circunstancias que pueden reducir el impacto, si hay necesidad de identificación visual de cadáveres, sobre la optimización, psicológicamente hablando, en la organización de las capillas ardientes, sobre el reconocimiento y recogida de objetos personales, en la preparación de rituales de despedida, etc.

Finalmente, el psicólogo puede desarrollar una intervención psicológica con intervinientes encaminada antes de la intervención, a que conozcan las situaciones potencialmente estresantes y aprendan a manejarlas, y al finalizar la propia intervención, a través de técnicas grupales y psicoeducativas que ayuden al manejo del estrés.

El psicólogo, es por tanto, una herramienta esencial y principalmente preventiva en la intervención en emergencias y catástrofes.

Desde la Dirección General de Protección Civil se organizan cursos de formación en estos aspectos para personal de los diferentes equipos de intervención ¿Qué grado de satisfacción o acogida tienen este tipo de cursos en dichos colectivos? ¿Cuáles son las principales necesidades que presentan estos intervinientes a la hora de enfrentarse a una emergencia o catástrofe?

La Dirección General de Protección Civil y Emergencias, a través de la Escuela Nacional de Protección Civil (ENPC), pretende ser un referente en el ámbito de la Psicología de catástrofes.

Desde el año 1997 se vienen desarrollando diferentes acciones formativas en el ámbito de la Psicología de emergencias y catástrofes

Actualmente, se desarrollan varios tipos de actividades formativas en el ámbito de la Psicología de Catástrofes dirigidos a psicólogos del ámbito de emergencias y desastres, a gestores de emergencia y responsables de los distintos grupos de intervención, y a los distintos grupos de intervención en sí, que trabajan en este ámbito:

  • Cursos sobre Intervención Psicológica en Catástrofes, con el objetivo de profundizar en conocimientos, técnicas y habilidades para el buen desempeño de la intervención psicológica en catástrofes y facilitar unas directrices comunes y consensuadas de intervención. Estos cursos van dirigidos a psicólogos del campo de las emergencias y catástrofes.

  • Cursos sobre Habilidades Psicosociales en la Gestión de Emergencias, que pretenden desarrollar habilidades directivas en los gestores de emergencias, trabajando conocimientos y habilidades en comunicación, gestión de conflicto, toma de decisiones y manejo del estrés, dirigidos a responsables de los grupos de intervención con capacidad de decisión para implantar estas iniciativas en sus equipos de intervención.

  • Cursos Sobre Apoyo Psicológico, Autocontrol Emocional y Manejo del estrés, que pretenden ayudar a los grupos de intervención a adquirir estrategias de afrontamiento ante situaciones críticas y a disminuir su vulnerabilidad a las secuelas psicosociales que este ámbito laboral pueda producir. Estos cursos van dirigidos al personal de los distintos grupos de intervención en emergencias y catástrofes.

  • Jornadas Técnicas de ámbito nacional e internacional sobre aspectos psicosociales en emergencias y catástrofes (Prevención, Planificación, Intervención y Rehabilitación), con el objetivo de intercambiar experiencias, conocimientos, técnicas o modelos de intervención entre los distintos colectivos participantes en este ámbito.

  • Aparte de estas actividades formativas, en la mayoría de los cursos que se realizan en la ENPC se introducen unos módulos específicos sobre manejo del estrés en el interviniente y apoyo psicológico.

Estas actividades formativas están muy demandadas, de hecho, en la mayoría de los cursos existe lista de espera porque hay mas peticiones que las plazas que se pueden ofertar y suelen ser cursos muy bien valorados.

En cuanto a las necesidades principales que plantean estos colectivos van orientadas a identificar sus particulares fuentes de estrés y sus recursos personales para hacerles frente, desarrollar habilidades para manejar el malestar psicológico producido en algunas de sus intervenciones y tener pautas adecuadas para comunicarse con los afectados en emergencias y catástrofes

La ausencia de formación especializada en habilidades de apoyo psicológico por parte del personal de emergencias, ¿qué consecuencias puede suponer, tanto para los afectados como para los propios profesionales?

Para los afectados, una consecuencia sería que se perdiera la posibilidad de disponer de apoyo psicológico de forma inmediata, lo que está demostrado que dificulta la capacidad de afrontamiento de la situación. Además, podría aparecer una victimización secundaria, también denominada «segunda herida», que es el malestar psicológico añadido en los afectados debido a una inadecuada atención por parte de los intervinientes e instituciones implicadas.

Para los intervinientes, la consecuencia directa puede suponer que no ayuden lo suficiente a los afectados a través de un primer apoyo psicológico en la «zona cero». Por otro lado, que desarrollen algún tipo de malestar psicológico que les impida desarrollar su tarea de intervención de forma adecuada, malestar que podría acumularse por tratarse de tareas que cotidianamente tienen que ver con el dolor y el sufrimiento humano.

Por primera vez, la OMS se centra en los propios equipos de profesionales como grupos vulnerables y como elementos clave para poder hacer frente a una emergencia o catástrofe. Además, el personal de emergencias, por las características del contexto en el que trabaja, está expuesto a numerosas situaciones de estrés, que pueden afectar su rendimiento. ¿Qué riesgos para la salud puede suponer la actuación en estas situaciones?

Los riesgos psicológicos más frecuentes para la salud de los intervinientes, están relacionados con el desarrollo de diversas formas de estrés disfuncional, entendido como todos aquellos síntomas (físicos, cognitivos, conductuales…) que sobrevienen por el distrés. También se ha observado el aumento en el consumo y abuso de sustancias tóxicas (alcohol, drogas, etc.) y síntomas asociados al estrés postraumático secundario, producido por estar en permanente contacto con el material traumático de los afectados, lo que, en ocasiones, provocaría un padecimiento parecido a éstos. Pueden darse algunos cuadros depresivos y de algunas formas de ansiedad y, cada vez más estudiado y frecuente, el burnout o síndrome del quemado, que se caracteriza por un desgaste físico y emocional con respecto a las tareas que tienen que llevar a cabo, con sentimientos de despersonalización y hostilidad por el estrés acumulado durante largos periodos de tiempo.

¿Qué técnicas y herramientas ofrece la Psicología para paliar los efectos negativos del estrés en el personal interviniente?

Además de la prevención primaria ya citada con anterioridad, una herramienta importante desde el punto de vista psicológico es el apoyo psicológico en la situación concreta de la intervención, si el interviniente se encuentra en mal estado. También, las técnicas denominadas defussing y debriefing, que son técnicas grupales con distinto grado de estructuración, y se realizan en fechas posteriores pero muy cercanas a la intervención, y que consisten en identificar y exponer al grupo los distintos aspectos de la intervención, pero desde el punto de vista de la vivencia psicológica de cada uno de los miembros, con objetivos preventivos y psicoeducativos.

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