AFRONTAMIENTO Y MALESTAR EMOCIONAL PARENTAL EN RELACIÓN A LA CALIDAD DE VIDA DEL ADOLESCENTE ONCOLÓGICO EN REMISIÓN

20 Abr 2011

Carmina Castellano(1), José Sánchez de Toledo(2), Tomás Blasco(1), Lluís Gros(2), Lluís Capdevila(1) y Marta Pérez-Campdepadrós(2)
(1)Universitat Autònoma de Barcelona y (2)Hospital Universitari Vall d´Hebron de Barcelona

Contrariamente a lo que podría esperarse por la gravedad de la enfermedad, en la actualidad, la mayoría de trabajos que han evaluado calidad de vida en adolescentes supervivientes a un cáncer infanto-juvenil, indican que ésta es satisfactoria. Sin embargo, estos resultados no son así para todos los diagnósticos oncológicos, puesto que, en los casos en los que el tumor afectó al sistema nervioso central, las secuelas a medio-largo plazo suelen ser mayores y esto puede mermar las capacidades de los adolescentes y, consecuentemente, sus posibilidades de reintegración a una vida normal.

El interés de la psicooncología por los supervivientes y, en particular, por los supervivientes de cáncer infanto-juvenil es relativamente reciente. Por esta razón, el conocimiento adquirido a través de la investigación presenta todavía importantes carencias. Así, el determinar qué aspectos del entorno socio-familiar del adolescente superviviente podrían estar relacionados con su calidad de vida, constituye un ámbito poco explorado sobre el que se han realizado estudios con diversas metodologías que dificultan su contrastación. 

En este sentido, nuestro trabajo pretende aportar datos que permitan esclarecer, en cierta medida, la relación entre la calidad de vida del adolescente superviviente a un cáncer y determinados aspectos de su entorno socio-familiar. Concretamente, se ha analizado en qué medida el estilo de afrontamiento parental y el malestar emocional, que estos padres pueden seguir experimentando a causa de la enfermedad padecida por el hijo/a, puede modular la calidad de vida del adolescente. Para ello, se llevó a cabo la evaluación de 31 adolescentes supervivientes a un cáncer y, en cada caso, de uno de sus progenitores (23 madres y 8 padres).

Nuestros resultados confirman que los adolescentes supervivientes parecen tener una calidad de vida satisfactoria y equivalente a la de sus iguales que no han padecido cáncer, ya que hemos observado el mismo patrón que aparece en población general, siendo las chicas las que, pese a no dejar de presentar valores satisfactorios, muestran puntuaciones inferiores en comparación con los chicos en la dimensión de bienestar psicológico.

Por lo que respecta a los padres evaluados, la gran mayoría dicen hacer un uso elevado de estrategias de vinculación con el problema (p.ej., reinterpretación positiva, aceptación, planificación o afrontamiento activo del problema), en la línea de lo que muestran algunos trabajos de psicooncología pediátrica y supervivencia e, incluso, en la línea de lo descrito en estudios con familias de niños con enfermedades crónicas. En cuanto al malestar emocional de los padres, la mayoría de ellos manifiestan seguir preocupándose muchísimo por diversos aspectos relacionados con la enfermedad padecida por el hijo o hija. Además, la frecuencia de pensamiento en todo ello es media-alta (entre varias veces por semana y varias veces al día). Por ello, parece plausible afirmar que, aunque la enfermedad se encuentre en fase de remisión, los progenitores siguen experimentando malestar emocional a raíz de la experiencia oncológica vivida.

Por último, los resultados obtenidos ponen de manifiesto que este estilo de afrontamiento de vinculación con el problema que usan los padres está relacionado negativamente con la calidad de vida del adolescente, concretamente, con la dimensión de bienestar psicológico; es decir, que un mayor uso del estilo de vinculación correlaciona con un menor bienestar psicológico de los adolescentes. Estos resultados podrían explicarse en base a que un exceso de vinculación y de preocupación por el hijo o hija cuando éste/a ya se encuentra libre de enfermedad, puede vivirse por parte del adolescente como una sobreprotección que, aun siendo comprensible, puede impedir su proceso de adaptación a la normalidad y la recuperación de la funcionalidad anterior al diagnóstico. Pese a que es un momento esperanzador, puede resultar difícil para los padres dejar de preocuparse por el estado de salud de su hijo/a, puesto que, en muchas ocasiones, el miedo a las posibles recaídas o a la aparición de efectos secundarios tardíos sigue estando muy presente. Si bien este patrón de comportamiento de los padres podría resultar adecuado en edades inferiores del hijo o hija, en el momento de la adolescencia, un uso elevado de la vinculación parece ir en detrimento de la percepción de salud –física y psicológica– que el o la adolescente tiene de sí mismo/a, e interferir, a su vez, en su reajuste a la normalidad tras la experiencia oncológica. En resumen, la remisión es un periodo de vital importancia en el que toda la familia debe hacer un esfuerzo de reajuste a la nueva situación de supervivencia, facilitando, de este modo, que el/la adolescente recupere la normalidad lo antes posible y pueda asumir plenamente el rol de adolescente sano/a.

Referencias:
Castellano, C., Blasco, T., Oller, A., Pérez-Campdepadrós, M., Sánchez de Toledo, J. y Capdevila, L. (2009). Calidad de vida en adolescentes supervivientes de cáncer infanto-juvenil. Medicina Clínica (Barc), 133(20), 783–786.

El artículo original puede consultarse en la revista Psicooncología:
Castellano, C., Sánchez de Toledo, J., Blasco, T., Gros, L., Capdevila, L. y Pérez-Campdepadrós, M. (2010). Afrontamiento y malestar emocional parental en relación a la calidad de vida del adolescente oncológico en remisión. Psicooncología, 7(2-3), 415-431.

Sobre los autores:

Carmina Castellano Tejedor. Licenciada en psicología. Becaria en Formación de Investigación del Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona.

José Sánchez de Toledo. Jefe del Servicio de Oncología y Hematología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.

Tomás Blasco Blasco. Profesor titular de psicología. Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación. Universitat Autònoma de Barcelona.

Lluís Gros Subías. Médico oncólogo. Servicio de Oncología y Hematología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.

Lluís Capdevila Ortís. Profesor titular de psicología. Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación. Universitat Autònoma de Barcelona.

Marta Pérez Campdepadrós. Licenciada en psicología. Psico-oncóloga. Servicio de Oncología y Hematología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. 

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