VENTAJAS DE LA DETECCIÓN TEMPRANA COMO ESTRATEGIA PARA TRATAR LA FOBIA SOCIAL

7 Jun 2012

José Olivares, Pablo J. Olivares-Olivares y Ana I. Rosa-Alcázar

Universidad de Murcia

El Trastorno por Ansiedad/Fobia Social (FS en adelante) se puede definir como un patrón de respuestas de ansiedad, intenso y duradero, que aparece asociado a una o más situaciones sociales en las que la persona que lo experimenta se expone al escrutinio de otro u otros. Esta situación se describe como de miedo muy desproporcionado a mostrarse/relacionarse de tal manera que la evaluación de la audiencia resulte negativa y, en consecuencia, humillante o embarazosa para él o ella.

La relevancia clínica de este trastorno viene dada, tanto por su prevalencia como por las repercusiones que ocasiona a quien lo padece. En el ámbito epidemiológico, es el tercer trastorno psicológico con mayor prevalencia, tras la depresión mayor y la dependencia del consumo de alcohol (APA, 2000); puede decirse que, tal como recordaba el profesor Arturo Bados, el 4,5% de los adultos sufren fobia social y que el 9,5% la padecen o la han padecido en alguna época de su vida. Pero el inicio de este trastorno rara vez se produce en la edad adulta; en general, se desarrolla a lo largo de la infancia y la adolescencia. Según nuestros datos, su prevalencia puntual en niños y adolescentes en muestra comunitaria se sitúa en el 8,2% (rango: 14-17 años), dato similar al recogido por Beidel y Turner (2005) y que también sitúa la FS entre los trastornos de mayor prevalencia en este tramo evolutivo. Su distribución por sexos sitúa el trastorno en una proporción de 2:1 o 3:2, siempre a favor del sexo femenino.

Las consecuencias negativas de la FS pueden llegar a interferir de manera muy significativa en la vida, tanto de los adultos como de los niños y los adolescentes. En los niños y adolescentes, sus repercusiones se constatan al menos en tres contextos: el psicopatológico, el académico y el de la psicología de la salud. En el ámbito académico, rehúyen la participación en clase, la presentación en público de trabajos y preguntar dudas al profesor, tanto en público como en privado. La evitación/escape de estas tareas produce generalmente calificaciones muy por debajo de sus posibilidades reales, cuando no termina llevando al abandono completo de los estudios. En el contexto psicopatológico, los datos confirman una elevada comorbilidad con otros trastornos de ansiedad y del estado ánimo, destacando, por su relevancia, los estados depresivos que pueden poner en peligro la vida, o incluso terminar con ella, siendo esto tanto más probable cuanto más temprano se inicia el trastorno. En el ámbito de la salud, se constata un mayor riesgo de presentar conductas adictivas entre quienes presentan FS, así como relaciones entre la ansiedad social y los trastornos alimentarios que pueden afectar de manera significativa a su estado de salud.

Pero a todo ello hay que añadir dos datos más concatenados entre sí. En primer lugar, el derivado de su curso: la FS no solo no remite con el paso del tiempo, sino que generalmente se consolida y generaliza. En segundo lugar, la cronicidad en el subtipo que denominamos generalizado (FSG, en adelante) genera importantes repercusiones negativas para el anclaje social del futuro adulto. Así, por ejemplo, interfiere en el desarrollo laboral, limitándolo en el mejor de los casos o impidiéndolo cuando requiere de la relación con otros, lo que supone generalmente dependencia económica de la familia y ausencia de autonomía para realizar los proyectos personales. Además, la interferencia en la actividad cotidiana se acompaña de un intenso malestar ante la relación o la actuación ante otros, así como de un coste social, tanto por el número de horas de trabajo perdidas por bajas laborales como por los costes derivados del consumo de psicofármacos (Nardi, 2005). Por todo ello, podemos concluir que en los adultos que presentan FS se constata generalmente que su inicio ha tenido lugar en la infancia o en la adolescencia y que la consolidación y generalización del trastorno produce un intenso deterioro personal, laboral y social.

Por todo lo expuesto, no resulta difícil entender/explicar los beneficios que pueden derivarse de un programa centrado en la detección e intervención temprana en la FSG, en el ámbito comunitario y a edades tempranas. Es decir, cuando aún no se ha consolidado ni generalizado en exceso el trastorno. Además, esta estrategia se puede desarrollar en los centros educativos, en horario lectivo, como una parte más del quehacer de la institución, con las ventajas que se derivan de ello.

Pues bien, esto lo que nuestro equipo de investigación comenzó a realizar hace catorce años y que hemos recogido en un trabajo recientemente (Olivares, 2011).

La detección e intervención tempranas que defendemos se insertan dentro del contexto ideológico que sirve de soporte a la Psicología conductual comunitaria. Esta forma de entender la Psicología científica se asienta en el reconocimiento de la necesidad de: (i) concretar en actuaciones específicas el incremento de la sensibilidad de la psicología ante las necesidades reales de la comunidad y (ii) cambiar el estilo de prestación de servicios, por parte de tales instituciones, pasando de una actitud pasivo-receptiva a otra de búsqueda, de detección de necesidades y prestación de servicios. De hecho, esta es la filosofía que orienta el quehacer de la Unidad de Terapia de Conducta del Servicio de Psicología Aplicada de la Universidad de Murcia, en cuyo seno se ha proyectado, desarrollado y fundamentado experimental y empíricamente el Programa IAFS (Olivares, 2005), que sirve de base a nuestro quehacer en detección e intervención temprana en este trastorno.

Referencias:

American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (cuarta edición, texto revisado). Washington, DC: APA.

Beidel D. C. y Turner S. M. (2005). Childhood anxiety disorders. A guide to research and treatment. Nueva York: Routledge.

Nardi, A. E. (2005). Early diagnosis can decrease the social and economic burden of social anxiety disorder. Australian and New Zeland Journal of Psychiatry, 39, 641-642.

Olivares, J. (2005) (Dir.). Programa IAFS. Protocolo para el tratamiento de la fobia social en la adolescencia. Madrid: Pirámide.

Olivares, J. (2011). Catorce años de Intervención en Adolescentes con Fobia Social (1997-2011). Informaciò Psicològica, 102, 90-109.

El artículo completo puede encontrarse en la revista Informaciò Psicológica:

Olivares, J. (2011). Catorce años de intervención en adolescentes con fobia social (1977-2011). Informaciò Psicológica, 102, 90-109.

Sobre los autores:

José Olivares Rodríguez es catedrático de universidad y director de la Unidad de Terapia de conducta del Servicio de Psicología Aplicada (UTECO) de la Universidad de Murcia.

Pablo J. Olivares-Olivares es doctor en psicología y miembro de esta Unidad en calidad de investigador.

Ana Isabel Rosa Alcázar es profesora titular de universidad y subdirectora de la UTECO.

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