Los problemas de salud mental en Atención Primaria. Un análisis de la demanda y de la percepción de los médicos de familia

3 Ene 2013

Eliana Moreno y Juan Antonio Moriana

Universidad de Córdoba

Los trastornos y/o problemas comunes (también llamados “menores”) de salud mental, representan uno de los motivos de atención más importantes dentro de los servicios de Atención Primaria. Este tipo de problemas con un perfil con características, a veces, más psicosociales que clínicas, saturan en la actualidad las consultas de Atención Primaria.

Esta demanda parece estar relacionada con un exceso en la prescripción de fármacos para tratar casuísticas, fundamentalmente asociadas con sintomatología ansioso-depresiva, que quizás pudieran ser atendidas desde un abordaje principalmente psicológico.

Muchos médicos de familia se encuentran desbordados por la presión asistencial, por el poco tiempo que tienen para intentar atender a sus pacientes y, en ocasiones, por la falta de formación en técnicas psicológicas que les ayuden a enfrentarse a ellos de forma eficaz.

En la última década, se han desarrollado importantes estudios que ponen de manifiesto la elevada prevalencia e incidencia de los problemas de salud mental en la población general. Además, se ha reconocido el papel fundamental que desempeñan los servicios de Atención Primaria de la salud para atender su creciente demanda. En esta línea, han surgido iniciativas y distintos modelos de intervención en países como Chile, Brasil, Australia o Reino Unido, que señalan un cambio hacia un abordaje más integral y adecuado de los problemas de salud mental, con la incorporación de profesionales de la psicología y la implementación de tratamientos psicológicos basados en la evidencia dentro de los sistemas sanitarios públicos.

En el artículo El tratamiento de problemas psicológicos y de salud mental en atención primaria, publicado en la Revista Salud Mental, analizamos las características de las demandas de los pacientes y de las intervenciones ofrecidas por una muestra de médicos de familia, para tratar este tipo de problemas y su percepción sobre los mismos. A partir de la mirada de estos profesionales se indagan aspectos como la administración de psicofármacos, el tiempo dedicado a las consultas, la hiperfrecuentación de los pacientes, la interacción con los servicios especializados, la implementación de guías o protocolos de actuación, la formación en temas de salud mental o la opinión que tienen los médicos sobre la posible incorporación de psicólogos a los equipos de Atención Primaria.

En este estudio, se pone de manifiesto la gran prevalencia que presentan los problemas “menores” de salud mental. Es decir, la presencia de síntomas que no llegan a constituir trastornos establecidos y tipificados (como síntomas de ansiedad, angustia, depresión, etc.) y la presencia de problemas psicosociales (relacionados, por ejemplo, con situaciones como divorcios, problemas familiares, paro, etc.). Un dato especialmente llamativo señala que, los propios médicos consideran que, aproximadamente, un 39% de los pacientes tratados con psicofármacos podrían resolver su problema sin hacer uso de ellos. Además, el 79,2% de los encuestados reconoce que no utiliza el consentimiento informado cuando prescribe este tipo de fármacos. Es decir, no se informa (de forma oral o escrita) sobre los efectos (primarios y secundarios), beneficios, limitaciones y/o alternativas de tratamiento. Esto podría influir sobre la capacidad de los pacientes para ejercer conductas de autocuidado, limita la capacidad de elección (informada) y favorece la naturalización del consumo de psicofármacos, incluso para afrontar problemas menores asociados a circunstancias vitales. Si ni siquiera se dispone de tiempo para “escuchar” el problema del paciente, mucho menos se tiene para intentar ayudarle a buscar una solución. Lo “fácil y rápido” es la prescripción de fármacos como tratamiento de primera línea o elección.

Podemos considerar que este tipo de intervenciones, no sólo podrían ser inadecuadas, sino que entran en contradicción con las principales recomendaciones de organismos internacionales como la OMS.

Cabe preguntarse también, hasta qué punto, intervenciones inadecuadas, además de costosas, pueden incluso llegar a ser iatrogénicas, si tenemos en cuenta que medicalizar problemas menores puede conllevar la cronificación de los problemas de base y la limitación para el desarrollo de habilidades de afrontamiento y autodeterminación de las personas (sin menoscabar los posibles efectos secundarios o los relacionados con la tolerancia y abstinencia).

En este estudio, casi la totalidad de médicos de familia consideró que incorporar psicólogos en el sistema sanitario beneficiaría la prestación de servicios de salud.

Lo que podría estar indicando una apertura a nuevas formas de trabajo, contando con el aporte de equipos interdisciplinares que permitan un abordaje más holístico de los temas de salud.

Hacen falta estudios rigurosos dirigidos, no sólo a comprobar la evidencia de las intervenciones psicológicas en este ámbito, sino también, para demostrar su “rentabilidad” o adecuado equilibrio costes-beneficios (tanto en términos económicos como en calidad de vida y efectos secundarios para los usuarios).

Contratar psicólogos en Atención Primaria supone un gasto, pero también un beneficio que podría repercutir en descargar de pacientes a los médicos de familia, reducir gastos en la prescripción de fármacos (sobre todo en ansiolíticos y antidepresivos), disminuir los efectos secundarios asociados a ellos y mejorar la calidad de vida general de los pacientes (y así contribuir a su bienestar psicológico, que sean más felices, sepan afrontar y resolver mejor sus problemas sin la ayuda de fármacos, etc.).

En esta línea, debemos tener en cuenta que existe amplia evidencia sobre tratamientos eficaces para la mayoría de problemas de salud mental, frecuentes en Atención Primaria, y que en otros países se comienzan a demostrar los beneficios de incorporar psicólogos y guías de tratamientos psicológicos basados en la evidencia en el primer nivel de atención. Asimismo, sólo cabe apoyar y continuar en el camino de sensibilizar a cerca de la necesidad de que las decisiones en términos de políticas sanitarias, diseño de estrategias e implementación de programas de tratamiento, prevención y/o promoción de salud mental, tengan en cuenta una visión más integral de la salud que incluya a la psicología.

El artículo completo se puede encontrar en la revista Salud Mental:

Moreno, E. y Moriana, J.A. (2012). El tratamiento de problemas psicológicos y de salud mental en atención primaria. Salud Mental, 35, 315-328

Sobre los autores:

Eliana Moreno. Psicóloga y máster en Investigación Psicológica Aplicada por la Universidad de Córdoba (España). Trabajó como psicóloga en Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) en Argentina. Ha sido profesora en la Universidad Nacional de San Luis-Argentina. Actualmente es psicóloga e investigadora en el Centro de Atención Infantil Temprana de la Universidad de Córdoba (UCO-España).

Juan Antonio Moriana. Profesor titular de Universidad en el Área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba (España), del cual es actualmente Director. Es Psicólogo Clínico Especialista y ha tenido experiencia profesional previa en el ámbito de la salud mental y servicios sociales.

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