La importancia de la Psicología en el Envejecimiento Activo- Entrevista a M. Pérez Salanova, II Jornadas Nacionales Psicología y Envejecimiento

21 Nov 2014

El envejecimiento es un proceso normal propio del ciclo vital, en el cual se producen cambios a nivel biológico, derivados de la edad y no debidos a la influencia de enfermedades o de factores de riesgo de tipo ambiental. Así define la Organización Mundial de la Salud (OMS) a esta etapa de la vida.

En los últimos años, diversos expertos han alertado sobre el progresivo envejecimiento de la población mundial, debido no sólo al incremento de la esperanza de vida, sino también a la reducción de la tasa de natalidad. En nuestro país, concretamente, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los mayores de 65 años constituyen el 17% de la población total, porcentaje que se elevará al 23% y al 30% en el año 2031 y 2050, respectivamente.

Con este telón de fondo, la sociedad actual se enfrenta al desafío de dar una respuesta adecuada a esta población. A este respecto, la OMS señala la importancia de promover un envejecimiento activo, definido como el «proceso de hacerse mayor sin envejecer mediante el desarrollo de actividades físicas, sociales y mentales», impulsando para ello, medidas orientadas a fomentar la participación activa de los mayores en la sociedad, garantizando así la mejora en el bienestar y la calidad de vida de estas personas.

Mercè Pérez-Salanova

En la actualidad, el estudio del envejecimiento desde el prisma de la Psicología ha cobrado gran importancia, prueba de ello, son las numerosas investigaciones que han ido surgiendo al respecto, así como los distintos encuentros que se han celebrado con el fin de difundir y promover el trabajo que desarrollan los profesionales de la Psicología en este ámbito. Tal es el caso de las Jornadas Nacionales de Envejecimiento y Psicología, promovidas por primera vez en 2012 por el Consejo General de la Psicología (COP), coincidiendo con la celebración del Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional.

Dado el éxito de las mismas y la necesidad de continuar con la labor de impulsar y poner en valor el trabajo que desarrollan estos profesionales, los próximos días 27, 28 y 29 de noviembre tendrá lugar la segunda edición de estas Jornadas.

El encuentro, coordinado por el Grup de treball de Gerontología del COP Catalunya junto con el COP, tendrá lugar en Barcelona y, en esta ocasión, el acento se pondrá en el Envejecimiento Digno, en las intervenciones que desde la Psicología se están llevando a cabo y en sus perspectivas de futuro.

Para hablarnos en profundidad sobre este tema, Infocop Online ha querido entrevistar a una de las ponentes de este evento, Mercè Pérez-Salanova, Técnica Asesora Àrea d’Atenció a les Persones de la Diputación de Barcelona y profesora asociada de la Universitat Autònoma de Barcelona. Salanova es psicóloga especializada en el campo del envejecimiento, y actualmente desarrolla su labor como investigadora, dirigiendo proyectos sobre políticas sociales y participación de las personas mayores.

ENTREVISTA

Para introducir el tema, ¿podría decirnos qué se entiende por “envejecimiento digno”? ¿De qué manera puede promoverse?

Envejecimiento digno es aquel en el que el valor humano, el valor persona, es reconocido como fundamento en la relación, en el trato, y por tanto dignidad es respeto.

Promover el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano se corresponde con la concienciación, el estímulo y el apoyo al buen trato y también con medios que aseguren la protección de la dignidad en aquellas situaciones en las que puede estar en riesgo. Dignidad desde el ángulo jurídico-político se corresponde con ciudadanía.

A la hora de realizar acciones en pro de un envejecimiento activo, ¿qué importancia tienen las relaciones intergeneracionales y cómo pueden fomentarse?

La perspectiva del curso de la vida, que es central en el paradigma del Envejecimiento Activo, incorpora la dimensión generacional. Lo hace en dos planos, uno en el que se sitúan las diferentes generaciones –los individuos en sus diferentes etapas vitales-, que  comparten una parte de sus vidas, y un segundo plano en el que se sitúan las diferentes generaciones de personas mayores, las actuales y las futuras.

Las acciones en pro de un envejecimiento activo tienen en común una finalidad: promover que las sociedades se adapten al envejecimiento. Los estereotipos sobre el envejecimiento y aplicados en las personas mayores constituyen un potente obstáculo para esa adaptación. La interacción entre personas de generaciones diferentes es muy útil para desmontar los estereotipos desde las experiencias cotidianas basadas en el reconocimiento de la alteridad. Y en este sentido es importante subrayar la variedad de momentos vitales; a menudo hemos visualizado las relaciones intergeneracionales en escenas protagonizadas por hombres y mujeres mayores y niños y niñas.

En los últimos años, usted ha dirigido proyectos sobre el papel de la mujer mayor en este ámbito. Como experta en el tema, ¿considera necesario tener en cuenta el envejecimiento bajo el prisma de la perspectiva de género? ¿Por qué?

Sí me parece muy necesario porque la perspectiva de género no tiene fecha de caducidad. Cuando dejamos de lado la perspectiva de género, escondemos un eje organizador de las diferencias y de la desigualdad entre las personas. Y a la vez, desdeñar la perspectiva de género en la práctica profesional con personas mayores resulta empobrecedor y en ocasiones claramente puede provocar errores.

La relevancia de adoptar la perspectiva de género no debe justificarse por la mayor presencia de mujeres en la vejez avanzada.

Según su opinión, ¿en qué situación se encuentra la Psicología del envejecimiento y a qué retos futuros se enfrenta? ¿Qué papel juegan los psicólogos en esta área?

Los profesionales de la Psicología tienen un papel importante en el impulso de enfoques y en la realización de intervenciones que promuevan el valor de la dignidad en entornos variados y en circunstancias diversas. Uno de los desafíos para nuestra profesión es la reflexión sobre la posición que adoptamos en nuestra actividad profesional. Hemos de reflexionar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos. No hemos de olvidar que nosotros podemos ser agentes de pasividad y reforzar estereotipos.

Entre los días 27 y 29 de noviembre de 2014, se celebrarán las II Jornadas nacionales de Psicología y Envejecimiento, en las cuales usted asistirá como ponente en una de las mesas redondas que se llevarán a cabo a lo largo del encuentro. ¿Podría adelantarnos sobre qué temas versará?

El paradigma del Envejecimiento Activo, y en su conjunto la 2ªAsamblea Mundial sobre el Envejecimiento, celebrada en el año 2002, enfatizaron en el reconocimiento de las personas mayores como actores sociales. Me parece útil analizar la posición de actores en un contexto, el actual, sustancialmente diferente al que vivimos en los primeros años del siglo XXI con la finalidad de nutrir la reflexión y la práctica a favor del envejecimiento con dignidad. Para ese análisis plantearé algunos resultados de una investigación que estamos finalizando sobre las políticas locales de Envejecimiento Activo en el período 2002-2012 y las experiencias de las personas mayores.

¿Cuáles son sus expectativas con respecto a la celebración de este evento?

Me parece que es una excelente oportunidad para facilitar el contacto y los intercambios entre profesionales que trabajan en el ámbito de la gerontología o que están interesados en este campo, y especialmente para los psicólogos y las psicólogas. El programa ofrece un elenco de temas y ponentes, profesionales e investigadores de diferentes disciplinas, de largo y sólido recorrido, y en algunos casos, además, responsables de aportaciones innovadoras. A mi modo de ver es muy importante que el COP Catalunya y el Consejo General de la Psicología hayan acordado celebrar estas Jornadas dedicadas a la Psicología y el Envejecimiento con el tema elegido.

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