“Queremos contribuir a que se haga una Psicología Social cada vez mejor y al servicio del bienestar del conjunto de la ciudadanía”-Entrevista a José Manuel Sabucedo, presidente de la SCEPS

5 Ene 2015

En el año 2012, se creó en nuestro país la Sociedad Científica Española de Psicología Social (SCEPS), una Asociación cuyo propósito es el de dar más visibilidad a esta disciplina, llevando a cabo, para tal fin, diferentes actividades orientadas a fomentar el estudio, la enseñanza y la investigación de la Psicología Social en España.

Para presentarnos esta Asociación y hablarnos en profundidad sobre la misma, Infocop Online ha querido entrevistar a su presidente Jose Manuel Sabucedo Cameselle, catedrático de Psicología Social de la Universidad de Santiago de Compostela.

ENTREVISTA

Para introducir el tema, ¿podría explicarnos qué motivó la creación de la Sociedad Científica Española de Psicología Social? ¿Cuáles son sus objetivos?

La Psicología Social en España es una disciplina con una identidad científica claramente  reconocida. Eso, obviamente, no fue fruto del azar, sino del trabajo realizado por muchos y muchas colegas durante largo tiempo.

José Manuel Sabucedo Cameselle

Alguno de los hechos que contribuyeron a esa consolidación fueron la convocatoria de la primera reunión de la Psicología Social Española que tuvo en Barcelona en 1980, la aprobación del R.D. 1888/1984, que reconocía la especificidad de nuestra área, la celebración en 1985 en Granada del I Congreso Nacional de Psicología Social, la fundación en 1986 de la Revista de Psicología Social. Por tanto, podría decirse que en la década de los 80 del siglo pasado se pusieron las bases de la Psicología Social Española. Lo único que faltó, a pesar de que en la reunión de Barcelona se planteó ese tema, fue crear una asociación científica.

A falta de una asociación, el único espacio que compartíamos los psicólogos y psicólogas sociales eran los congresos bienales. Pero en 2009 dejaron de celebrarse, posiblemente debido a que  ese modelo de congresos, que había sido muy útil en un momento determinado, ya no respondía a las expectativas de una parte importante del área.

En los últimos años, eran cada vez más las personas que comentaban que era necesario crear una estructura organizativa estable de la psicología social española. Nuestra disciplina había logrado un desarrollo y una internacionalización importante, pero al mismo tiempo, los diferentes equipos de investigación y trabajo en España permanecían bastante desconectados. Además, hay toda una serie de objetivos de interés general para los que resulta más eficaz actuar conjuntamente, en lugar de hacerlo cada uno por libre. Ese fue el planteamiento que nos llevó a un grupo de colegas a constituir la Sociedad Científica Española de Psicología Social (SCEPS). La Asociación, por tanto, nació con la finalidad de convertirse en un lugar de encuentro de toda la Psicología Social Española. Una asociación inclusiva que sabe de la importancia de trabajar en común respetando la diversidad y pluralidad que hay en la Psicología Social, al igual que en cualquier otra disciplina.

En la primera asamblea anual de la SCEPS, celebrada el 17 de junio de 2013, concretamos algunos de los objetivos generales que aparecen en nuestros Estatutos. Así, entre otros, se acordó: a) volver a organizar, pero con una estructura diferente, congresos del área, b) realizar actividades formativas para los miembros de la asociación, especialmente dirigidos a los doctorandos y personas más jóvenes, c) posibilitar proyectos de trabajo comunes e intercambios entre los miembros de la asociación; d) incentivar, a través del reconocimiento y premios otorgados por la Sociedad, la calidad del trabajo realizado por sus miembros, e) iniciar una política de comunicación sobre las actividades de nuestra área que se realizan en España y en otros países, f) analizar y tomar posición sobre los temas de carácter científico y profesional que afecten a nuestra área, g) actuar, junto con otras asociaciones científicas, en la exigencia de un mayor apoyo a la I+D+I.

¿Quién compone la Junta Directiva de esta Asociación y cuáles son sus competencias? ¿Con cuántos miembros cuenta la SCEPS a día de hoy?

La Junta directiva de la SCEPS está formada por siete personas. Además del presidente, están los siguientes puestos: vicepresidente (Armando Rodríguez, Universidad de La Laguna); secretaria (Esther López-Zafra, Universidad de Jaén); tesorera (Nekane Basabe, Universidad del País Vasco), y los vocales (Pablo Briñol, Universidad Autónoma de Madrid; Álvaro Rodríguez Carballeira, Universidad de Barcelona) y Marisa Salanova (Universidad Jaume I de Castellón).

La Junta Directiva se ocupa de llevar el día a día de la Asociación, y de cumplir los objetivos establecidos en los estatutos y los acuerdos aprobados en la asamblea anual. Como puedes imaginar, en estos momentos en los que estamos consolidando la Asociación, hay bastante trabajo porque está todo por hacer. Y además, somos conscientes de que debemos acertar en las decisiones que tomemos, porque eso, sin duda, marcará lo que la SCEPS sea en el futuro. Esto supone un plus más de responsabilidad y presión. Pero tenemos la suerte de contar con un amplio y muy valioso número de asociados y asociadas, que conocen perfectamente la importancia de este proyecto y se implican muy activamente en la marcha del mismo. De hecho, esa respuesta siempre positiva y generosa de todos los compañeros y compañeras explica muy bien por qué trabajar en grupo y para el logro de objetivos comunes resulta siempre tan satisfactorio.

Antes de la celebración del Congreso superábamos las 200 personas inscritas a la SCEPS, y durante y después del Congreso se están produciendo nuevas incorporaciones. Teniendo en cuenta los objetivos de la Asociación, la tendencia es que, cada vez más colegas, quieran formar parte de ella y, a través de su participación activa, ayudar a su desarrollo y visibilidad.

¿Podría explicarnos qué tipo de actividades tienen programadas y cuáles se están desarrollando?

En este momento, las líneas prioritarias de actuación son las siguientes. Por una parte, la planificación de diferentes actividades formativas para 2015, que serán financiadas parcial o totalmente por la SCEPS. Entre estas se contemplan las siguientes: el co-patrocinio, con otras asociaciones y grupos de investigación nacionales e internacionales, de conferencias y reuniones monográficas; el apoyo económico finalista para iniciativas tomadas por miembros de la SCEPS; y la organización por parte de la SCEPS de seminarios que constituyan la base de una futura escuela de verano.

La organización del II Congreso de la SCEPS a celebrar en 2016. Se ha abierto un plazo para la presentación de candidaturas y, entre ellas, los socios y socias decidirán la próxima sede. Por tanto, durante el primer semestre de 2015 habrá que empezar a planificar toda la logística de ese Congreso.

Otro aspecto en el que ya se está trabajando es en la política comunicativa de la SCEPS. Para una asociación científica, es fundamental mantener una comunicación constante y fluida entre todos sus miembros. Por ello, por una parte, vamos a potenciar las Noticias Breves, incluyendo más información sobre las actividades de la Psicología Social en España y en el mundo: publicaciones, cursos, colaboración para proyectos de investigación, etc.; y por otra, vamos a darle mucha más proyección al Boletín SCEPS. Al margen de las secciones de entrevistas con destacados miembros de nuestra área, y las dedicadas a temas de la Asociación, queremos también que el Boletín publique artículos de fondo o reflexiones sobre la Psicología Social que no tienen una fácil cabida en las revistas convencionales. La idea es ir convirtiéndola en una publicación que a medio plazo se convierta en referente del área.  

Otro tema que a la JD y a los socios y socias de la SCEPS nos importa mucho, es conservar la memoria de los acontecimientos y actuaciones que fueron construyendo la Psicología Social en España. Porque esa memoria es la que nos dota de identidad. Esa es la razón por la que nos marcamos como objetivo ir creando un fondo documental y audiovisual de nuestra disciplina.

¿Existe coordinación entre esta Asociación y otras entidades Internacionales?

En los estatutos se establece que ese es uno de los objetivos de la Asociación. Cuando antes te comentaba las actividades formativas que pretendíamos llevar a cabo durante 2015, te señalaba que una de las modalidades era a través de la colaboración entre nuestra asociación y otras con intereses similares. Los que formamos la SCEPS creemos firmemente en ese tipo de sinergias.

Como presidente de esta Sociedad, ¿podría señalarnos cuáles son las principales preocupaciones de la SCEPS?

La preocupación fundamental de la SCEPS, como no puede ser de otro modo, es contribuir a que se haga una Psicología Social cada vez mejor y al servicio del bienestar del conjunto de la ciudadanía. Porque esa, y no otra, debe ser la tarea básica de cualquier actividad científica.

Por esa razón, nos interesan tanto las actividades de formación y nos preocupa la política de recortes que se está haciendo en el sistema español de I+D+I que afectan, de forma especial, a nuestras áreas de conocimiento. Eso motivó que, en nuestra primera asamblea de 2013, apoyásemos la Segunda Carta por la Ciencia publicada por diversas asociaciones científicas. Y en el reciente congreso de Sevilla, recordamos que la situación sigue siendo preocupante. Ante situaciones que comprometen seriamente el desarrollo del conocimiento y el bienestar de la ciudadanía, no se puede guardar silencio. La indiferencia o la neutralidad son simplemente inmorales. Esto ya nos lo advirtió Dante Alighieri cuando sentenció que “el peor lugar en los infiernos está reservado para aquellos que se mantienen neutrales en épocas de crisis”.

En un terreno más concreto, otro de los temas que ahora nos ocupa es el de los másteres relacionados con nuestra área. Por una parte, está la situación creada en los últimos meses como consecuencia de la interpretación de la disposición adicional séptima de la Ley 33/2011 General de Salud Pública, de la Orden ECD/1070/2013 y del Acuerdo de la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud (Ministerio de Sanidad), de 29 de julio de 2014. En concreto, se ha procedido, en diferentes Comunidades Autónomas, al registro como centro no sanitario pero con servicios sanitarios a los centros de Servicios Sociales dependientes de los Ayuntamientos. En situación similar se encuentran los centros del sistema de protección a la infancia y adolescencia, los centros del sistema de justicia juvenil, los centros de atención a mujeres víctimas de violencia machista. Ello está ya impidiendo que algunos profesionales de la Psicología, que no tienen el máster en Psicología General Sanitaria, puedan acceder a esas plazas. Pero, además de esto, hay una cuestión más de fondo, que es el propio concepto de salud y el peligro de que la Psicología, como disciplina y campo de conocimiento, acabe cayendo en reduccionismos que atenten contra su propia identidad.

Por esta razón, la SCEPS ha nombrado un delegado y una comisión de estudio de este problema. Es hora de que, desde los ámbitos organizativos de la Psicología, se adopte una actitud proactiva, de cara a defender los perfiles profesionales de la Psicología que se recogían en El Libro Blanco del título de Grado en Psicología (ANECA, 2005), a los que ya había aludido el COP siete años antes.

En este camino tenemos que encontrar puntos de acuerdo y apoyos con organizaciones como el COP, la Conferencia de Decanos de Psicología y otras asociaciones científicas de la Psicología que, al igual que nosotros, están interesadas en brindar nuestro mejor conocimiento para el beneficio de la sociedad en la que vivimos.

Aprovecho esta oportunidad que me brindáis para hacer una llamada al COP para que iniciemos ya el trabajo en esta dirección. Así lo expresamos en la última Conferencia de Decanos de Psicología del mes de noviembre, la cual ha constituido a su vez una comisión interna para abordar también esta problemática.

Sabemos que el pasado mes de noviembre, la SCEPS celebró su primer Congreso, retomando el XII Congreso Nacional de Psicología Social, cuya última edición tuvo lugar en el año 2009. ¿Podría explicarnos qué motivó la celebración de dicho encuentro? ¿Qué temas se abordaron en él?

El Congreso se realizó por la necesidad que muchos percibíamos de recuperar un espacio de encuentro y debate de la Psicología Social Española. No tenía sentido que acudiésemos a congresos internacionales y no fuésemos capaces de intercambiar ideas y proyectos con colegas de nuestro propio País.

La convocatoria del Congreso nos demostró que estábamos en lo cierto. Como comentó en el acto de inauguración Armando Rodríguez, vicepresidente de la SCEPS y coordinador de la organización de ese evento, se presentaron 421 trabajos. Eso desbordó por completo el modelo de Congreso que habíamos diseñado y, por ello, el comité científico tuvo que hacer un duro trabajo para seleccionar los que se podrían presentar. Al final, los dos días del Congreso acogieron 19 Simposios con un total de 94 intervenciones, 22 mesas temáticas que incluyen 107 comunicaciones orales y 120 posters.

Los temas tratados muestran, claramente, el interés por construir un conocimiento que intente aportar soluciones a algunos de los problemas sociales más graves a los que nos enfrentamos como seres humanos: el prejuicio, la inmigración, la violencia en diferentes escenarios, los estereotipos, la desigualdad, las relaciones intergrupales, la deshumanización, la Psicología de la Salud, el bienestar y la calidad de vida, el comportamiento social infantil y juvenil, la Psicología Política, del medio ambiente, del trabajo y de las organizaciones, la salud laboral o la identidad.

Pero además de los ejes temáticos del Congreso, quiero señalar la realización de dos sesiones especiales. Una de ellas, que denominamos “De Barcelona 1980 a Sevilla 2014: recuerdos y testimonios sobre la historia de la Psicología Social Española”, quería servir de homenaje y reconocimiento a todos los que nos antecedieron en estas lides. Los profesores Silverio Barriga, Florencio Jiménez Burillo y Frederic Munné, representaron a todas esas personas. La segunda sesión especial estuvo dedicada a los ganadores del premio de la SCEPS a jóvenes investigadores. En este caso, Silvia Collado, Saulo Fernández y Magdalena Bobowik, presentaron sus trabajos y líneas de investigación.

Finalmente, hay que destacar también el gran número de jóvenes colegas que asistieron y el alto nivel de calidad y rigor en las presentaciones y en los debates. Esto, unido al clima especial de afecto y buen ambiente propiciado por los reencuentros y las nuevas amistades y complicidades generadas, hizo que ese Congreso fuese algo muy especial.

Si me permites, para terminar, aprovecho para agradeceros esta entrevista en una publicación que llega a prácticamente toda la Psicología Española, e invito a quienes se identifiquen como psicólogos/as sociales a unirse a nuestra sociedad, y sumar fuerzas en la defensa y promoción de la Psicología Social. Muchas gracias.

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