La importancia de la atención psicológica a familiares y enfermos de Alzheimer

23 Sep 2015

COP Castilla-La Mancha

María Dolores Gómez Castillo

Decana del Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha

El pasado lunes, 21 de septiembre, se celebró el Día Mundial del Alzheimer que, como cada vez que conmemoramos un día mundial, pretende sensibilizar a la población sobre las consecuencias de esta enfermedad que en nuestro país afecta a 3,5 millones de personas, cifra en la que se incluyen no sólo aquellos que la padecen, sino también los familiares que los cuidan, según datos de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA).

Y, precisamente como profesional de la Psicología, me permito escribir estas líneas pensando tanto en los familiares como en los propios enfermos.

La enfermedad de Alzheimer afecta a la capacidad cognitiva, específicamente a la memoria, y, posteriormente, a todos los ámbitos del funcionamiento de la personalidad, incluidos los biológicos y sociales, generando un importantísimo deterioro que hace que los escalones que se bajen no se vuelvan a subir.

Los familiares, que han de ir afrontando y adaptándose a los cambios conforme éstos se producen, y que también han de encargarse de los cuidados de los enfermos, necesitan de un apoyo psicológico específico que pueda paliar, en la medida de lo posible, la frustración y el sufrimiento de ver como esa persona a la que se ama se va deteriorando lenta, pero inexorablemente.

La Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), ha elegido como lema para este año «Avanzando juntos», y ese avance lo debe encabezar, por una parte, la comunidad científica con la búsqueda de más líneas de desarrollo en la investigación de tratamientos más eficaces para la enfermedad y, por otra parte, la mejora del tratamiento social y psicológico. En este sentido, los profesionales de la Psicología debemos estar muy presentes y tenemos mucho que decir, porque este colectivo al que represento en Castilla-La Mancha puede ser un pilar fundamental en el que los familiares de los enfermos puedan apoyarse durante todo el proceso de la enfermedad.

Cualquier persona que haya tenido a su cargo familiares que hayan padecido ésta o cualquier otra enfermedad, estará de acuerdo conmigo en que los «cuidadores» son, en muchas ocasiones, los grandes olvidados a pesar de haber sufrido en primera persona angustia, impotencia, dolor, o desesperación, emociones y sentimientos que, también en muchos casos, hay que ocultar bajo una coraza para poder reunir las fuerzas necesarias que nos hagan seguir adelante y no desfallecer.

La enfermedad de Alzheimer, que supone un proceso devastador para el que la sufre, resulta igualmente destructiva para el cuidador, quien necesitará una gran fortaleza y voluntariedad, así como un evidente apoyo social y psicológico.

Los profesionales de la Psicología pueden ayudar, tanto a enfermos como a familiares, en el proceso de adaptación y en el avance personal ante el desarrollo de la enfermedad de un modo adecuado, gestionando un progreso individual del que se puedan extraer experiencias en positivo, afianzando el recuerdo para paliar el olvido.

Por eso quiero animar, no solamente a los enfermos y familiares, sino también a las múltiples asociaciones existentes en esta materia, a que cuenten con la ayuda y el asesoramiento de una consulta de Psicología sin miedos ni tabúes, así como a reivindicar a las administraciones la revisión de las medidas de ayuda y apoyo psicológico en estas situaciones extremadamente duras, que hoy por hoy resultan escasas e incluso, en algunos casos, inexistentes.

El Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha se suma éste, y el resto de los días del año, a la lucha por la sensibilización que conmemoramos. Así es como podremos entre todos cumplir el lema de este año, avanzar juntos.

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