Nuevas normas de la OMS para mejorar la atención sanitaria de los adolescentes

12 Nov 2015

Los servicios de salud existentes a menudo fallan en la atención a todos los adolescentes del mundo. A pesar de que muchas de las conductas que comienzan en la adolescencia pueden tener un gran impacto en la edad adulta, hay numerosos jóvenes –con trastornos de salud mental, enfermedades crónicas, conductas de abuso de sustancias, malnutrición, etc.-, que no tienen acceso a servicios clave de prevención, ni reciben la atención médica adecuada.

Así lo afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, junto con ONUSIDA (Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA), ha lanzado un nuevo documento titulado “Estándares Globales para la calidad de los servicios de atención sanitaria de los adolescentes” (Global standards for quality health-care services for adolescents), una guía elaborada con el propósito de ayudar a los responsables de las políticas sanitarias y a los proveedores de servicios de salud a mejorar la calidad de estos servicios.

Para tal fin, el documento postula la implementación de un enfoque basado en una serie de normas o estándares orientados a facilitar el acceso de los adolescentes a los servicios sanitarios que necesitan para promover, proteger y mejorar su salud y bienestar.

De este modo, se determinan ocho estándares globales, a través de los cuales se recomienda hacer los servicios más «amigables para los adolescentes», ofreciendo consultas gratuitas o a precios reducidos, acudiendo a ellas sin cita previa y/o sin necesidad de consentimiento paterno -garantizando la confidencialidad y la no discriminación-, involucrándoles de forma activa en la planificación sanitaria y en las decisiones relativas a su propio cuidado, adaptando a su edad toda la información que reciben, etc. Asimismo, se considera primordial la promoción de la salud mental en la adolescencia, teniendo en cuenta los datos de la OMS que apuntan al suicidio como la tercera causa de muerte y a la depresión como la primera causa de enfermedad entre los adolescentes.

Para poder cubrir plenamente las necesidades de los adolescentes y garantizar su derecho a disponer de una atención accesible, aceptable y eficaz, es imprescindible el cumplimiento total de estas normas, que resumimos a continuación:

Estándar 1. Alfabetización de los adolescentes en salud: El centro de salud implementa sistemas para asegurarse de que los adolescentes estén bien informados sobre su propia salud, y saber dónde y cuándo acceder a los servicios de salud

La OMS advierte que los adolescentes no cuentan con una alfabetización sanitaria adecuada para poder acceder, comprender y utilizar la información de forma eficaz, orientada a promover y mantener una buena salud. Ante este panorama, es crucial fomentar este conocimiento, de cara a incrementar la motivación de los adolescentes e impulsar acciones que pueden llevar a una modificación de los comportamientos relacionados con la salud y los factores de riesgo o de resiliencia.

Estándar 2. Apoyo de la Comunidad: El centro de salud implementa sistemas para garantizar que padres, tutores y otros miembros y organizaciones de la Comunidad, reconozcan el valor de proporcionar servicios de salud a los adolescentes, y apoyen esta provisión y el uso de estos servicios por parte de los mismos

La evidencia indica que, sin el apoyo de tutores, los programas de salud para adolescentes no tienen éxito. Para conseguir este apoyo, el centro debe informar a los miembros de la Comunidad sobre el valor de la prestación de servicios de salud a los jóvenes, desarrollando, a su vez, de forma conjunta con adolescentes, tutores y organizaciones, estrategias de educación para la salud y pautas de conducta, así como un plan de recursos materiales y servicios.

Estándar 3. Paquete de servicios apropiado: El centro de salud ofrece un paquete de servicios que incluye información, asesoramiento, tratamiento, diagnóstico y atención, cumpliendo plenamente las necesidades de todos los adolescentes. Los servicios se ofrecen en los centros y a través de enlaces de referencia y divulgación

Para la OMS, la atención integral es la clave para una atención general de calidad. Sin embargo, alerta de que tanto en Atención Primaria como en otras iniciativas etiquetadas como “amigables para los adolescentes”, el interés se centra en un rango limitado de problemas, prestando poca atención a otras causas significativas de mortalidad y morbilidad, y sus factores de riesgo, tales como los problemas de salud mental -que son la principal causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes-, la nutrición, el consumo de sustancias, las lesiones intencionales y no intencionales, o las enfermedades crónicas. A este serio escollo se añade que los centros de salud tienen una orientación clínica y, a menudo, “se pasan por alto las intervenciones preventivas”. Asimismo, los proveedores de atención de la salud “no tienen una orientación clara” sobre qué servicios deben ofrecer a los adolescentes.

Por este motivo, la Organización señala la necesidad de definir un paquete de servicios con información sobre la salud, asesoramiento, diagnóstico, tratamiento y atención, adecuado a los adolescentes y que sea totalmente accesible.

Estándar 4. Competencias de los proveedores de servicios de salud: Los proveedores de servicios de salud demuestran que cuentan con las competencias técnicas requeridas para ofrecer servicios de salud eficaces a los adolescentes. Tanto los proveedores como el personal de apoyo, protegen y cumplen los derechos de los adolescentes a la información, la privacidad, la confidencialidad, la no discriminación, la actitud libre de prejuicios y el respeto

Las actitudes, conocimientos y habilidades de los proveedores de atención a la salud son el núcleo de la prestación de unos servicios de calidad. Sin embargo, numerosos profesionales de este ámbito “reconocen que carecen de los conocimientos y las competencias técnicas” en aspectos específicos de la adolescencia relativos a la promoción de la salud, intervención y manejo de las enfermedades.

Ante esto, el documento resalta la conveniencia de que el centro garantice que el profesional posee las competencias técnicas necesarias, para aplicar con eficacia el paquete de servicios requeridos y cumplir los objetivos del centro de atender adecuadamente la salud del adolescente. Para tal fin, la OMS subraya el interés de impulsar la formación continua del personal, llevando a cabo diversas acciones, tales como seminarios, supervisión y revisión de casos, facilitando el acceso a recursos de información online, etc.

Estándar 5. Características de las instalaciones: El centro de salud tiene un horario de funcionamiento adecuado, un ambiente acogedor y limpio, y mantiene la privacidad y la confidencialidad. Cuenta con los equipos, los medicamentos, suministros y tecnología necesarios para garantizar que los adolescentes reciben una prestación de servicios eficaz

Este punto no carece de importancia, dado que el proceso de atención puede llegar a ser confuso e incluso abrumador para un adolescente, y el entorno físico del centro (limpieza, las características arquitectónicas que permiten privacidad y confidencialidad) es una característica muy valorada por los jóvenes.

Para adaptar la atención a la adolescencia, la OMS aconseja a los centros llevar a cabo diversas medidas, entre ellas, garantizar un entorno limpio, seguro y accesible a todos los jóvenes, establecer un horario de atención adecuado (por ejemplo, fuera del horario escolar), ofrecerles la posibilidad de acudir a consulta sin cita previa o minimizar las listas de espera.

Estándar 6. La equidad y la no discriminación: El centro de salud ofrece servicios de calidad a todos los adolescentes, independientemente de su nivel socioeconómico, edad, sexo, estado civil, nivel educativo, origen étnico, orientación sexual u otras características

El documento hace hincapié en que la atención debe ser equitativa, permitiendo a todos los adolescentes, y no únicamente a determinados grupos, acceder a la misma. Extendiendo esta equidad a todas las dimensiones de la calidad de la atención enumeradas a través de los ocho estándares, es decir: en los niveles de uso de los servicios, en el nivel de respeto, en la aplicación de las competencias técnicas, en el uso de medicamentos y tecnologías, en la participación en el proceso de atención y su planificación, y en el seguimiento de la experiencia de diversos grupos de adolescentes.

Para ello, el texto insta a los centros a implementar políticas y normas para ofrecer a los adolescentes servicios gratuitos o de bajo costo.

Estándar 7. La mejora de los datos y la calidad: El centro de salud recopila, analiza y utiliza datos relativos al uso de los servicios y a la calidad de la atención, desglosados ​​por edad y sexo, para apoyar la mejora de la calidad. Se anima al personal del centro de salud a participar en la misma

Todo este proceso de manejo de datos, requiere un determinado nivel de conocimientos y habilidades por parte del personal encargado, por lo que es relevante que se les proporcione la formación y herramientas necesarias para gestionar, analizar y proporcionar datos e información a los adolescentes de un modo útil y eficaz.

A este respecto, el apoyo tecnológico juega un papel importante, no sólo para facilitar el manejo de los datos, sino también porque constituye un apoyo a la hora de involucrar a los adolescentes en la planificación, seguimiento y evaluación de los servicios de salud, y en la toma de decisiones relativas a su propio cuidado.

Estándar 8. Participación de los adolescentes: Se implica a los adolescentes en la planificación, el seguimiento y la evaluación de los servicios de salud, en las decisiones sobre su propio cuidado, así como en ciertos aspectos apropiados de la prestación de servicios

En línea con el estándar anterior, se pone de relieve el derecho fundamental de los adolescentes a participar en las decisiones que afectan a sus vidas, dado que ellos conocen mejor sus necesidades, y poseen la capacidad de identificar enfoques y soluciones para adaptar la atención a la salud a sus circunstancias personales. Para ello, tanto el centro como otras agencias y organizaciones de la Comunidad pueden solicitar regularmente a los adolescentes que expresen su opinión sobre los servicios que reciben, bien a través de entrevistas individuales y/o encuestas, bien mediante grupos de debate.

Según indica la OMS, las normas anteriores se basan en la investigación de aquellos países que han comenzado a adoptar medidas para los servicios sanitarios de atención a los jóvenes, así como en la información proporcionada tanto por parte de profesionales de la salud como por más de 1000 adolescentes de todo el mundo.

El documento se acompaña de una guía de implementación y evaluación que describe qué acciones deben emprenderse para desarrollar estar normas y determinar si sus objetivos se han logrado. A este respecto, la OMS se muestra tajante al afirmar que el éxito en la mejora de la calidad de la atención en los centros de Atención Primaria y de primer nivel de remisión está directamente relacionada con el fortalecimiento de los pilares básicos del Sistema Nacional de Salud, a saber: políticas gubernamentales sanitarias, financiación, el refuerzo de las capacidades del personal sanitario –dotándoles de las competencias necesarias para implementar estas normas-, así como la disponibilidad de la tecnología, equipos y medicación necesaria para el óptimo funcionamiento de los centros sanitarios.

Igualmente, como requisito previo a la aplicación de los estándares, es fundamental el desarrollo de un conocimiento compartido sobre la salud de los adolescentes y el establecimiento de las bases para la intervención con los adolescentes, explicitando todo dentro de las políticas y estrategias nacionales de salud.

Fuente: OMS

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