EL CONSUMO DE ANTIDEPRESIVOS PUEDE AFECTAR AL FETO

2 Mar 2006

Tal y como publicaba el periódico El País la pasada semana, haciéndose eco del estudio aparecido en el último número de la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine, las embarazadas que toman Fluoxetina (Prozac, en su denominación comercial) u otros antidepresivos de la misma familia (los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS) durante la segunda mitad del embarazo pueden estar dañando la salud del feto. Aunque el riesgo absoluto no es muy elevado, sí aumentan significativamente las probabilidades de dar a luz a un niño que desarrolle una hipertensión pulmonar persistente.

 

Christina Chambers, del Departamento de Pediatría y Medicina Familiar y Preventiva de la Universidad de California en San Diego (EE UU), indicaba al mismo periódico que «entre 6 y 12 de cada 1.000 mujeres que toman un ISRS después de 20 semanas de gestación tienen posibilidades de dar a luz a un niño con hipertensión pulmonar persistente«. Aunque los investigadores observaron un mayor riesgo de hipertensión pulmonar en niños cuyas madres habían tomado ISRS en las últimas fases del embarazo, el equipo del estudio señala que las madres quizá necesiten proseguir con este tratamiento durante la gestación.

Aunque resulta una labor complicada encontrar estudios relacionados con los riesgos que entraña el consumo de psicofármacos en el desarrollo del feto, posiblemente a consecuencia de los intereses comerciales que genera la venta de este tipo de fármacos, existen trabajos que apuntan los riesgos del consumo de antidepresivos durante el embarazo. En un estudio similar al anterior, realizado por la misma autora, publicado así mismo en el New England Journal of Medicine, ya en el año 1996, se indicaba que las mujeres que consumían Fluoxetina durante el tercer trimestre de embarazo presentaban un mayor riesgo de complicaciones perinatales, concretamente, mayor riesgo de que el niño presentase 3 ó más anomalías menores en el momento del nacimiento. Se indicaba además, que es posible que algunas de las anomalías más graves permanezcan ocultas y no sean reconocibles en el momento nacimiento, aunque es posible que exista algún defecto asociado al desarrollo del Sistema Nervioso Central que se haga evidente cuando el niño crezca.

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