EMOCIONES POSITIVAS: HUMOR POSITIVO

21 Mar 2006

Begoña Carbelo es profesora titular. Departamento de Enfermería en la Universidad de Alcalá. Coordinadora de la línea de investigación humor y salud http://www2.uah.es/humor_salud. Miembro del proyecto humor-aula. Tesis doctoral sobre el Sentido del Humor. Autora del libro «El humor en la relación con el paciente. Masson, 2005. 

                 

                  

Eduardo Jáuregui es profesor de psicología social en la Universidad de St. Louis (Campus de Madrid) y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, con una tesis doctoral sobre la risa y el humor. Es co-fundador de la consultora de formación Humor Positivo (www.humorpositivo.com). 

 Begoña Carbelo y Eduardo Jáuregui

El sentido del humor es una capacidad única del ser humano valorada en todas las culturas. Las investigaciones sobre el humor han proporcionado apoyo empírico a los supuestos «beneficios» del mismo, aunque existen muchas incógnitas y falta comprobar experimentalmente la eficacia del sentido del humor.

¿Qué es el humor? Definición

El término «humor» tiene diversas acepciones en castellano, y los investigadores y teóricos que se dedican a los «estudios del humor» tampoco se han puesto de acuerdo sobre cómo definir los distintos conceptos y fenómenos de este campo.

Nosotros definimos el humor como cualquier estímulo que pueda provocar la reacción psico-fisiológica de la risa (juegos, bromas, chistes, viñetas, situaciones embarazosas, incongruencias, inocentadas, cosquillas…) y el sentido del humor como la capacidad de experimentar y/o estimular esta reacción. Dentro de la enorme variedad de estímulos de la risa, adoptaremos el término humor positivo para referirnos al tipo de humor que provoca una risa inofensiva, al menos en intención, diferenciable del humor negativo (agresivo, ofensivo, etc.). También puede hablarse de un sentido del humor positivo, que busca provocar la risa propia o ajena sin ofender o agredir a nadie, distinto de un sentido del humor negativo, que busca provocar la risa incluso a costa de los demás.

El estudio y la aplicación del humor

La risa y el humor son temas que han suscitado el interés de filósofos y científicos al menos desde los tiempos de la antigua Grecia. Actualmente, y especialmente a partir de los años 70, las investigaciones sobre el humor se desarrollan en distintas disciplinas entre las que se incluyen la Psicología, la Medicina, la Enfermería, la Fisiología, Biología, Sociología, antropología y Educación. La International Society for Humor Studies (ISHS) dispone de una publicación asociada: Humor: International Journal of Humor Research y organiza anualmente una Conferencia Internacional en relación al tema.

 

También está creciendo el número de personas y organizaciones dedicadas a la aplicación del humor en distintos ámbitos, como la American Association for Therapeutic Humor en el caso del humor terapéutico. En Europa y en España empiezan a proliferar algunas iniciativas relacionadas con el estudio y la aplicación del humor como Humor Aula, una reunión anual multidisciplinar promovida por la Fundación General de la Universidad de Alcalá.

 

En la actualidad no existe una teoría comúnmente aceptada para explicar de qué manera el humor provoca la risa, qué tipos de humor pueden diferenciarse, cómo describir las relaciones y diferencias entre estos tipos, o cómo medir el sentido del humor (Jáuregui, 1998).

Los efectos del humor sobre la salud

La idea de que la risa y el humor fomentan la salud no es nueva. En las últimas décadas algunos casos célebres de «curaciones» mediante el consumo y/o producción de material cómico, la proliferación de diversas terapias e intervenciones clínicas relacionadas con el humor y el estudio científico de estos fenómenos ha generado un considerable interés mediático y público en torno al tema. Existen algunos indicios del valor terapéutico que se atribuye al humor (reducción del estrés, elevada tolerancia al dolor, mejorada capacidad para afrontar la enfermedad, percepción subjetiva de mejor salud), pero aún es demasiado pronto para afirmar que la risa es «la mejor medicina». Todavía el campo experimental es joven y presenta deficiencias metodológicas, como escasa población de estudio, lo que obliga a ser cautos acerca de los hipotéticos beneficios (Martín, 2004). Es probable que el humor, y especialmente el humor positivo, tenga efectos beneficiosos para la salud, hay que demostrar con seguridad cuáles son, de qué manera actúan, en qué casos se producen, cuál es su peso, su extensión y sus límites.

El humor en la relación psicoterapéutica

Diversos psicólogos han recomendado el uso del humor en la consulta, argumentando que puede proporcionar importante ayuda en el desarrollo de la relación psicoterapéutica y el trabajo de crecimiento del paciente (Salameh y Fry, 2004). Según estos profesionales, el humor puede servir para establecer la relación terapéutica de manera adecuada, para orientar el diagnóstico, para facilitar la expresión de las emociones y el trabajo emocional, y para ayudar al paciente a observarse y distanciarse de sus problemas.

Diversos terapeutas han expresado serias dudas sobre la idea de emplear el humor en la consulta, e incluso la mayoría de quienes recomiendan esta práctica reconocen que puede tener alguna contraindicación si no se tiene en cuenta el momento, la receptividad y el tema escogido. En relación a estos peligros, los profesionales que recomiendan el humor en la terapia advierten que se refieren al «humor positivo», como lo hemos definido anteriormente: constructivo y no destructivo, integrador y no agresivo, orientado a la superación de los problemas y, sobre todo, adaptado al momento, al paciente y al estilo del terapeuta.

El sentido del humor en las profesiones de la salud

El humor positivo es relevante en la salud de los enfermos físicos y psíquicos, y también en la de los cuidadores –médicos, psicólogos, enfermeros, terapeutas, familiares— que deben atender a sus necesidades y fomentar su recuperación y bienestar. La atención sanitaria a menudo resulta altamente estresante, porque a las presiones, escasez de recursos y problemas asociados a cualquier trabajo se añaden situaciones emocionales límite, escenas altamente desagradables, responsabilidades extremas, peligros de muerte y otros elementos que fácilmente alteran el equilibrio mental del cuidador. Ell sentido del humor es capaz de infundir en el profesional la energía psíquica que su trabajo le exige, ayudarle a controlar y superar su impotencia, a manejar el estrés y el desánimo y a crear un entorno más saludable (Carbelo, 2005).

El papel de la risa en la ampliación y construcción del repertorio individual

Una conocida teoría en el campo de la Psicología Positiva (Fredrickson, 2000) propone que las emociones positivas pueden ampliar el repertorio de pensamientos y acciones del individuo y fomentar la construcción de recursos para el futuro. Esta teoría de «ampliación y construcción» (broaden and build) tiene interesantes aplicaciones en el caso de la risa.

En primer lugar, el humor positivo tiende a fomentar la construcción de los lazos interpersonales y grupales que todo individuo necesita para sobrevivir, desarrollarse y realizarse como persona y miembro de la sociedad. Pero, además, la risa (incluso en simios y otros mamíferos) estimula el juego, que supone la práctica de futuras competencias, y de esta manera permite ir creciendo y desarrollándose como individuo y miembro de la sociedad. Los niños, que aún lo tienen todo por aprender, juegan con su entorno, sus compañeros y sus cuidadores para ir aprendiendo a moverse, a percibir, a relacionarse, a comunicarse y a realizar todas las rutinas y actividades requeridas por su cultura.

Hay que destacar que en las últimas décadas, en el campo de la pedagogía, diversos autores han propuesto una mayor integración del humor y el juego en la práctica educativa, argumentando precisamente que esta metodología se adapta mejor a nuestra manera natural de aprender (Fernández Solís, 2002).

El Sentido del Humor como Fortaleza

La Psicología Positiva también se ha centrado en las fortalezas y virtudes humanas, rasgos de la personalidad duraderas y, concretamente, características positivas que aportan sensaciones placenteras y gratificación. Dentro de la clasificación de seis virtudes universales y 24 «rutas» para practicarlas desarrollada por Martin Seligman y Christopher Peterson (Ver Seligman, 2002), los autores incluyeron también el sentido del humor (refiriéndose, asumimos, a un sentido del humor positivo según nuestra definición).

 
           

Concluimos

Desde el punto de vista de la psicología positiva, el sentido del humor no se trata de un mero remedio para prevenir o ayudar a superar la enfermedad, sino una virtud que fomenta un mayor bienestar y disfrute de la vida, e incluso, como hemos visto, el crecimiento hacia una mayor humanidad y plenitud. En este sentido es relevante que diversas culturas (por ejemplo las tradiciones budistas e hinduistas) consideran que un sentido del humor positivo es tanto el resultado como la causa de un elevado nivel de sabiduría o madurez emocional.

Ver referencias bibliográficas del artículo 

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