Partiendo de la evidencia existente en torno al importante papel que juegan los centros educativos en pro de la salud mental de niños y jóvenes, el texto recoge una serie de cambios previstos que implicarían a alumnos, estudiantes y personal en escuelas y universidades, servicios especializados de salud mental, familias y comunidades. Los Planes para los centros educativos y el Sistema Nacional de Salud son los siguientes: 1. Un experto en salud mental en cada escuela y universidad Se pretende que, para el año 2025, todas las escuelas y universidades cuenten con un experto en salud mental. El experto designado será un miembro del equipo que se encargará de promover un enfoque orientado a la salud mental en el ámbito educativo, y llevará a cabo una serie de funciones, entre ellas: supervisar los apoyos que brinda la escuela a los alumnos con problemas de salud mental, ayudar y orientar al personal educativo a detectar a los alumnos que muestran signos de este tipo de problemas, y remitir a los niños a servicios especializados en caso necesario. En este punto, se prevé conocer la opinión pública sobre el modo en que se debería formar y sensibilizar a niños y jóvenes sobre la salud mental en la escuela. 2. Equipos de apoyo a la salud mental trabajando en escuelas y universidades Los equipos de apoyo a la salud mental contarán con personal capacitado que ayudará de forma individual y/o grupal a los jóvenes que presenten problemas de salud mental leves o moderados, tales como ansiedad, bajo estado de ánimo y problemas de conducta. Estos equipos serán dirigidos por expertos en salud mental, actuando, cuando la situación así lo requiera, como enlace con los servicios especializados del SNS. Tal y como señala el documento, el apoyo a la salud mental en la infancia es tan importante como la promoción de la salud física; en esta línea, afirma que incorporar más terapias psicológicas en los centros educativos puede ayudar a cerrar una gran brecha en la provisión de los servicios actuales en relación con los problemas de salud mental comunes, optimizando a su vez, la conexión entre los centros educativos y el Sistema Nacional de Salud británico. De este modo, el Gobierno pretende impulsar un trabajo conjunto entre diversos profesionales que ofrecen apoyo a la salud mental, tales como, psicólogos educativos, orientadores escolares, trabajadores sociales, organizaciones, etc. 3. Reducción del tiempo de espera en la atención recibida El Ejecutivo proyecta reducir el tiempo de espera para acceder al tratamiento. Con los nuevos equipos de apoyo a la salud mental, se podrá detectar de forma temprana posibles problemas y determinar la necesidad de recibir ayuda y/o remitir a servicios especializados, en un tiempo inferior a 4 semanas. 4. Salud mental de 16 a 25 años de edad Otra acción prevista es la creación de un nuevo grupo de trabajo dirigido a la mejora de los servicios de salud mental en jóvenes de 16 a 25 años, que se enfocará en diversas áreas, como, por ejemplo, la salud mental de los estudiantes, y en cómo las universidades, las autoridades locales y los servicios de salud trabajan de forma conjunta por su mejora. A este respecto, el documento hace hincapié en los datos recientes del Institute for Public Policy Research (Instituto para la Investigación de Políticas Públicas), que ponen de relieve un incremento de los problemas de salud mental y bienestar entre los estudiantes universitarios, e insta a seguir mejorando la calidad de los servicios de salud mental para estudiantes, así como la mejora al acceso de las terapias psicológicas.
Asimismo, de cara a incrementar la comprensión de la salud mental, se abordarán diversos aspectos: Las redes sociales e Internet son una parte cada vez más importante de la vida de los niños y los jóvenes; existen diversos estudios que ponen de relieve tanto los aspectos negativos de las nuevas tecnologías (aislamiento social, las presiones competitivas, una mayor exposición a la vulnerabilidad, una mayor probabilidad de acoso cibernético, etc.), como positivos (aumento de la autoestima, apoyo social percibido, más fuentes de ayuda e información, etc.). En este sentido, se espera trabajar de forma conjunta con el Comisionado de Infancia (Childrens Commissioner) para analizar el modo en que las redes sociales afectan a la salud de niños y jóvenes, elaborando un informe posterior, sobre el posible impacto de la tecnología en la salud mental infantojuvenil.
En aras de conocer el modo de brindar un mejor apoyo a las familias que necesitan más ayuda, se recopilará información relacionada con la vinculación entre padres y cuidadores e hijos, y su influencia en la salud mental de éstos últimos, así como la manera más eficaz de apoyar a aquellas familias en las algún miembro presenta un mayor riesgo de desarrollar un problema de salud mental. Los resultados de esta investigación se utilizarán para elaborar una guía sobre programas de parentalidad positiva.
El impacto de los problemas de salud mental en la vida de los niños y los jóvenes puede ser significativo. Según se indica en el Libro Verde, existe una clara evidencia de que el entorno educativo juega un papel esencial en la detección temprana de necesidades de salud mental. Al ser un entorno no estigmatizante, las intervenciones ofrecidas en este contexto son más aceptadas por parte de los niños y las familias. El Gobierno prevé reunir a diferentes expertos en salud mental para analizar el modo más eficaz de prevenir los problemas de salud mental. El grupo de expertos considerará la mejor evidencia y analizará qué investigaciones son necesarias en esta línea.
El libro verde se puede descargar desde la página Web del Gobierno de Reino Unido, o bien directamente a través del siguiente enlace: Transforming Children and Young Peoples Mental Health Provision: a Green Paper |